Bajo la consigna Venexodus, unos 300 venecianos con valijas en la mano, denunciaron el despoblamiento de la ciudad de los canales. Los precios altos en el centro histórico y el hecho de que muchos departamentos y casas se han convertido gradualmente en establecimientos turísticos por ser más rentables, obligan a la población local a irse de la ciudad.

Según un censo realizado este mes, el centro de Venecia cuenta con 55.000 habitantes, mientras que en 1990 aún se contabilizaron 78.000 residentes. La mitad de la población tiene más de 60 años y sólo 9.000 son menores de 18 años.

El alcalde de Venecia intenta desde hace mucho tiempo controlar el problema del turismo. Su última idea es que los turistas paguen más.

"Sin los venecianos ya no me llamo Venecia", "Adiós Venecia" "Yo no me voy, ocupo y resisto", se podía leer en las pancartas que enarbolaban los manifestantes.

Ante el ayuntamiento, un hombre vestido de dogo, como se conocía a los dirigentes históricos de la República de Venecia, se subió a una góndola para simbolizar la huida de los habitantes. "Nos estamos convirtiendo en Pompeya, una ciudad que la gente visita, que dicen que es magnífica pero donde no vive nadie" explicó a la AFP Matteo Secchi, presidente de la asociación Venessia.com, organizadora de la manifestación.

"Los venecianos no están contra los turistas. Es justo que los turistas puedan visitar Venecia, pero también es justo que los venecianos puedan vivir ahí. El desafío es conseguir gestionar esos dos mundos diferentes" añadió. Los manifestantes pidieron una verdadera política de alojamiento pública, ante la explosión de los alquileres. Los propietarios prefieren los alquileres de corta duración, y los habitantes aseguran que al mismo tiempo hay 2.000 departamentos del sector público vacíos.

En los últimos doce meses llegaron a Venecia alrededor de 24 millones de personas, que entre restaurantes, hoteles, transporte y gastos en las tiendas dejaron en las arcas de la ciudad alrededor de 1.500 millones de euros.

Tal es la "invasión" que en el barrio del Castello aparecieron hace unos meses, por ejemplo, panfletos con un inscripción muy clara: "Tourists go away" (Turistas váyanse).

Las oleadas de turistas, día tras día recorren las bellas pero abarrotadas calles y plazas de la que es una de las ciudades más visitadas del planeta. En los embarcaderos desde donde parten o llegan los vaporetti, embarcaciones que ofician de ómnibus, a menudo hay discusiones y peleas entre los turistas y los residentes, que tienen prioridad para subir a