El gabinete del Presidente estadounidense, Barack Obama, no se cansa de insistir con que las causas de la crisis que tuvo que atravesar su país a finales de esta década hay que buscarlas en las políticas neoliberales que inauguró Ronald Reagan hace treinta años. Cualquier parecido con Argentina, es producto de la coincidencia.
Como parte de las medidas para paliar la situación y reactivar el mercado, desde la Casa Blanca impulsarán un nuevo proyecto monumental de inversión, y los destinatarios serán principalmente sectores ligados a la industria turística, dado que el plan contempla la construcción de rutas, líneas ferroviarias y aeropuertos.
La cifra que se maneja es de 50 mil millones de dólares, que serán inyectados a lo largo de los próximos seis años, siempre que el Congreso apruebe en los próximos días su viabilidad. Este no es un dato menor, puesto que el Partido Republicano se ha mostrado en contra de las políticas intervencionistas de reactivación impulsadas por el oficialismo.

De cara a las elecciones
“Quiero que Estados Unidos tenga la mejor infraestructura del mundo”, dijo el mandatario, e indicó que el dinero se invertirá en mejorar y ampliar la red de autopistas, y poner en marcha el tren de alta velocidad.
Presionado por las elecciones legislativas de noviembre próximo, Obama hizo el anuncio en un acto en Milwaukee (Wisconsin), durante la celebración del Día del Trabajo. Ansioso por convencer a los estadounidenses de que sus políticas económicas están funcionando, el presidente presentará esta semana varias iniciativas, tal como informó el diario El País.
Según el discurso del presidente en Mil–waukee, el plan de infraestructura está pensado para mejorar la competitividad de la economía de EEUU, reforzar la innovación y crear empleo con el que sostener el crecimiento futuro.
En concreto, Obama pretende reformar o construir 240 mil kilómetros de rutas, 6.400 kilómetros de vías férreas, de “costa a costa” del país, y rehabilitar 250 kilómetros de pistas aéreas, publicó el matutino español. Asimismo pretende actualizar y descentralizar el sistema de control aéreo para reducir el tiempo de viaje.
Por su parte, un importante funcionario del gobierno reconoció que la inversión planeada en infraestructura no tendría un impacto inmediato en la economía, y admitió que los primeros empleos derivados de esta inversión sólo se ve