El velatorio se reanuda a las 7 de la mañana de este lunes en la sala 001 del Complejo de Forestier Pose en la esquina de Nueva Palmira y Cufré y el sepelio tendrá lugar a las 11, en el Cementerio Parque del Recuerdo. La mayoría de todos quienes estábamos anoche acompañando a la familia de Mario, no podíamos hacernos a la idea que su muerte hubiese acontecido. Gladys Hernández su esposa, su amiga, su socia, su compañera de toda la vida mostraba gran entereza al igual que sus hijos Claudio y Alejandro. Quisiera poder abstraerme de mi estado emocional para escribir este artículo pero sé que no va a ser fácil, pues deberé hacerlo con el corazón, más que con la mente y las manos.
Desde que me enteré de la mala noticia, supe que tenía que hacerlo y aún ahora que empecé a teclear, no tengo muy claro el orden. Es uno de los tres o cuatro obituarios que jamás hubiera querido escribir.
Pensé que quizás debería circunscribirme exclusivamente a repasar sus logros y enumerar sus cargos pero eso, lo pueden hacer otros, hasta mejor que yo.
Voy a intentar compartir con los lectores del PDA mi versión, con el respaldo que me  dan más de 47 años de amistad.
Mientras yo ingresaba como cadete a Viajes Cynsa en 18 de Julio 1120 esquina Plaza Cagancha, Mario trabajaba allí en contaduría. Lo hacía desde las 6 de la mañana a las 9, hora en que se iba al Banco República a cumplir su horario, para regresar al final de la tarde y trabajar de nuevo en la agencia hasta la noche. Así empezó su carrera en el turismo, como mensaje quizás, como ejemplo de que nada es fácil en la vida, pero que se puede llegar a todo, como lo hizo él.
Las primeras acciones de la sociedad anónima que presidía otro grande, Bruno Musitelli, se las regaló el Contador Lino Bensich, su padrino y con su esfuerzo permanente y voluntad inquebrantable, fue forjando su destino hasta convertirse en el dueño absoluto de la empresa.
Cynsa fue una gran empresa, una de esas agencias de viajes integrales que cubrían absolutamente todos los aspectos y sectores del turismo, todos.
Fue cambiando, evolucionando, adaptándose a los tiempos, desarrollando la sucursal de Buenos Aires y la empresa de transporte carretero en Uruguay, la cual en determinado momento vendió y es así que hay dos Cynsa en el Río de la Plata: Viajes Cynsa la empresa de transporte en Uruguay y Cynsa Tour Operator en Argentina (click aquí), cuyo presidente es su hijo Alejandro y es una de las firmas de vanguardia en turismo receptivo en el vecino país.
Amestoy fue presidente de casi todo lo que tiene que ver con el turismo y de alguna manera también con el transporte.
Hasta ayer era el único sobreviviente de los ex-Presidentes de AUDAVI, Asociación Uruguaya de Agencias de Viajes y de los cuatro ex-presidentes uruguayos que tuvo COTAL, Confederación de Organizaciones Turísticas de América Latina.
Fue fundador y Presidente de la CAMTUR, Cámara Uruguaya de Turismo y de ANETRA la Asociación Nacional de Empresas de Transporte carretero.
Fue un activo militante del Partido Nacional y en su representación fue Diputado Nacional y Ministro de Turismo.
Actualmente era el Gerente General de la Cámara de Comercio de la Aeronáutica del Uruguay y tenía a su cargo un sector importante de la actividad en Uruguay de American Airlines.
Personalmente, además de aquel inicio en coincidencia que se dio en 1965, a partir de 1974, cuando ya era dueño de Cynsa me salvó dándome trabajo (inexistente posibilidad en esa época) y casi dos décadas más tarde, cuando iniciaba la CAMTUR, me designó primer Secretario Ejecutivo de la Cámara Uruguaya de Turismo y con su apoyo, pude diagramar el sistema de promoción del programa Uruguay Natural Invita en cxoordinación con el Ministerio de Don José Villar Gómez.
Hemos compartido viajes, mesas de trabajo y de las otras, hemos dialogado mucho siempre y desde que hago el Portal, siempre estuvo pendiente, alentando y participando, pruebas contundentes de ello, las dos últimas: su participación en la mesa redonda sobre seguridad, junto a Alfredo Etchegaray, Horacio Yanes y Radamés Montero, emitida en Portal de América Radio del domingo 21 de mayo (click aquí)  y la nota que me mandó desde Miami para publicar, acerca de la salida del Doctor Lescano del Ministerio de Turismo, que figura en los artículos relacionados al presente.
Anoche, durante el velatorio, muchos recordaban las diferentes maneras en que fueron ayudados por Mario. En mi caso, a lo largo de tantos años, ambos honramos la amistad, brindando y recibiendo, coincidiendo y discrepando, marchando juntos y estando distanciados, pero para cerrar, quiero compartir algunas cosas que lo pintan de cuerpo entero, algunos aspectos con los que pretendo hacer justicia a su memoria.
Siempre tuvo fama de duro y sin embargo, durante toda su vida repartió afecto, solidaridad y amor, siendo un gran guía y soporte de su familia y postergando lo que fuese por ella, incluido el protagonismo que durante muchos años había forjado y fue verdadero amigo de sus amigos y hábil negociador y componedor, entre la actividad privada y los gobiernos de turno.
Cuando en 1974 todos se iban del país yo también lo intenté y me fui a Buenos Aires. A pesar de tener opciones a muy buenos trabajos, no aguanté el desarraigo y retorné. En Montevideo no había trabajo en ningún lado. El Golpe de Estado del año anterior había destruído a la actividad y cuando lo llamé para preguntarle si tenía algo para mi, me contestó que no tenía nada pero que igual fuera al día siguiente. Fui y me inventó un cargo de RRPP. A los pocos días se produjo la vacante en la jefatura de turismo sudamericano y allí me puso. Al año siguiente falleció mi padre. Además del gran dolor de la pérdida, junto a mis hermanos no sabíamos como afrontar los gastos del sepelio y en eso estábamos cuando Mario me llamó y sin yo haber hablado una palabra con él ni con nadie de la empresa, me preguntó cuanto me cobraba la funeraria y me autorizó el vale a descontar por mes, por un importe que como imaginarán, significaba varios sueldos. En 1993, me llamó para la Cámara de Turismo y lo único que me preguntó fue cuanto quería ganar como Secretario Ejecutivo y me designó, en un puesto que en ese momento, era como ser DT de la selección, todos lo querían.
Cuando hace algún tiempo tuve ciertos enfrentamientos que determinaron mi decisión de dejar para siempre la actividad gremial en la prensa turística, me dio su total respaldo con una frase muy clásica de acuerdo a su temperamento: "si das un paso atrás, que sea únicamente para tomar impulso para pegarle una piña a alguien". Ni él ni yo, nunca le pegamos a nadie.
Chau Mario, hasta siempre. Lo vamos a extrañar (nunca pude tutearlo), lo quise mucho y al igual que unos cuantos amigos, estoy llora