Durante años, uno de los territorios vírgenes más importantes de Venezuela, ha sido centro de atención de múltiples miradas e intereses: la Isla La Tortuga, una isla paradisíaca del Caribe que ha sobrevivido al turismo depredador. Esta isla, la segunda más grande después de Margarita, ha sufrido, desde la época colonial, embates de deseo con el objetivo de explotar sus majestuosos recursos naturales.

Los primeros intentos de esta depredación se remontan hacia 1623 cuando los pobladores holandeses reventaban las salinas del este de la isla en Carenero, robándose de esta manera el cloruro sódico del territorio. Colocaban dinamita y abrían la entrada al mar, generando las lagunas rodeadas de manglares que aún se observan hoy en día.
Hoy, casi 400 años después, dueños de rancherías ilegales y turistas que arriban en yates, helicópteros y avionetas tampoco han sabido cuidar las potencialidades de este paisaje único.
Precisamente, la ausencia de servicios básicos como agua dulce, electricidad y comunicaciones la han convertido en un paraíso impenetrable para el desarrollo de infraestructura turística. Un lugar difícil de colonizar.       
Estudios realizados en el 2005 por oceanógrafos y biólogos marinos, reseñaron sobre el hallazgo de nuevas especies de aves, nunca antes registradas, y poblaciones xerófitas, plantas capaces de soportar largos períodos de sequía; al tiempo que advertían sobre preocupantes condiciones ambientales que sufría su reservorio de vida marina: los arrecifes coralinos.

Depredación de La Tortuga
Según declaraciones recientes de la viceministra de Calidad y Servicios Turísticos del Ministerio del Poder Popular para el Turismo, Esther Hernández, las embarcaciones que habían estado visitando el lugar, aunque zarpaban autorizadas por el Instituto Nacional de Espacios Acuáticos y bajo la vigilancia del Comando de Guardacostas; no cumplían con el aún vigente Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso.
"Muchos dejaban la basura de los yates, encallaban en los arrecifes de coral, y una cantidad de cosas que nosotros como máxima autoridad de la zona consideramos que era necesario frenar", señaló Hernández.
La Tortuga está situada en el mar de las Antillas al borde norte de la fosa de Cariaco. Se encuentra a 170 kilómetros al noreste de La Guaira, a 120 km del oeste de Margarita, a 85 km de la Laguna de Unare y a 72 km del cabo Codera. Se localiza, al menos, a 4 horas de Higuerote y Guanta.

Ecosocialismo en acción
Todo comenzó con una idea: "No cambiemos el clima ¡Cambiemos el sistema!", frase de Hugo Chávez en la conferencia internacional de la Organización de Naciones Unidas sobre cambio climático (Dinamarca 2009), que impulsó la posibilidad de crear nuevas formas sociales en Venezuela para relacionarnos con los otros y con el ambiente.
En esta misma línea el Ministro de Poder Popular para el Turismo, Andrés Izarra ha detallado que el ente que preside está desarrollando un "plan maestro" turístico que comprende la construcción de 1.200 habitaciones 100% ecológicas; como también el desmantelamiento y demolición de agentes ilegales que constantemente incurrían en delitos de vertido ilícito, descargas contaminantes y ejecución de actividades degradantes en este ecosistema natural.
La visión que se prevé para lograr el desarrollo turístico de la Isla La Tortuga comprende un aprovechamiento de las áreas naturales en un esquema de bajo impacto ambiental que derive en la conservación del espacio único, similar modelo que se ejecuta en las Islas Maldivas en el océano Índico.
"Esta visión, compartida por el pueblo venezolano, forma parte de la construcción del país por medio de la relación del hombre con su espacio, no solo como un ente pasajero, sino como ente dinamizador en la preservación del planeta Tierra, línea maestra del Plan de la Patria ideado por el Comandante Supremo Hugo Chávez", comunicó el venezolano Ministerio de Poder Popular para el Turismo.