Eco-Hotel en Sudáfrica
Las cien perforaciones que regulan la temperatura del edificio son solo una de las características ecológicas del hotel construido en la ciudad sudafricana de Ciudad del Cabo. El "Hotel Verde" está a unos 400 metros del aeropuerto y a 22 kilómetros del centro de la capital.
También tiene bombas de calor internas, funcionamiento de velocidad variable en bombas y ventiladores y controladores inteligentes. Una bomba de calor interna utiliza el agua de un campo geotérmico como disipador de calor, de acuerdo a las demandas térmicas del edificio.
El ingeniero de sostenibilidad del hotel, Andre Harms, explica cómo es posible el ahorro de energía. “Podemos hacer pasar el agua a través de estas tuberías y básicamente acceder a la temperatura del suelo. En verano, cuando hay una fuerte de demanda de frío, tenemos un exceso de agua caliente. Imaginemos que hace 30 grados en el exterior, algo común aquí en Cabo Verde, y el suelo está a 19 grados. Hacemos circular el agua caliente por debajo del terreno y así pierde temperatura, liberando parte de la energía, y vuelve a subir más fría.”
Además de la climatización geotérmica, la construcción del edificio se realizó con técnicas para reducir el uso de materiales.
En el cemento se introdujeron bolas de plástico huecas y recicladas, con las que se consiguieron ahorrar unas 1284 toneladas de hormigón, un material que requiere mucha energía para su producción.
El reciclaje garantiza que el agua de las duchas y los baños puede reutilizarse en las cisternas del váter, disminuyendo el consumo de agua del hotel.
El agua de la lluvia y del subsuelo también se recicla, como explica Harms. “Cuando el agua llega a un cierto nivel es necesario extraerla. En lugar de dejar que se escape, la trasladamos a un tanque para utilizarla en el lavado de coche, el riego y otras actividades.”
Los paneles fotovoltaicos proveen sombra, pero también energía. Están situados también en la fachada norte del edificio, no solo para generar electricidad, sino también para restar luz a las ventanas donde da más el sol.
Los huéspedes del hotel también contribuyen al suministro energético cuando utilizan el gimnasio. Los ascensores usan energía regenerada, lo que supone un ahorro de entre un 20% y un 35% de electricidad.
El agua de la lluvia y del subsuelo también se recicla. Una vez filtrada, se utiliza para el riego de hierbas y vegetales que después se destinan al restaurante del hotel. Las diferentes medidas suponen un considerable ahorro del 37% de agua potable.
La cocinera Yolande Burguer explica como intentan reducir el impacto ecológico del hotel. “Cultivamos nuestras lechugas y hierbas en los hidropónicos y dentro de poco los utilizaremos con otras verduras. Y sacamos los recursos de pequeñas empresas en un radio de 160 kilómetros.”
Abierto al público en agosto de 2013, el hotel plantea incentivar a los huéspedes que utilicen toallas más de una vez o no conecten el aire acondicionado con descuentos o regalos en las consumiciones.
Fuente: euronews.