Un antiguo refugio de la realeza inca en la cima de una montaña tenía elegantes salones y plazas parecidos a los de la enigmática ciudadela de Machu Picchu, que se encuentra a 30 km. Sin embargo, solo un puñado de turistas aventureros lo visitan a diario, luego de una agotadora caminata de dos días hacia esas cumbres
borrascosas.

 Pero el aislamiento de Choquequirao, considerada una ciudadela hermana de Machu Picchu, podría ser pronto algo del pasado, pues el gobierno aprobó la construcción de un moderno teleférico que estará suspendido a más de un kilómetro de altura sobre el profundo cañón del río Apurímac y facilitará la llegada a esas ruinas. El recorrido desde la ruta tomará apenas 15 minutos.
 El teleférico será el primero con que cuenta Perú y se espera que empiece a funcionar en octubre de 2015. Cubrirá una extensión de 5,1 km a 1.400 metros de altura sobre un río y se proyecta que transportará unas 400 personas por hora en ambos sentidos.
 La obra, según los entendidos, permitirá aliviar la creciente presión turística que soporta Machu Picchu, patrimonio cultural de la Humanidad.
“La idea es dar la oportunidad a mucha gente que tantas veces llega a Machu Picchu y se queda dos, tres días, si no más, para que se vayan a otros sitios y descongestionar la visita a Machu Picchu”, dijo Fernando Astete, director del Parque Arqueológico Machu Picchu.
 Ambas ciudadelas se ubican en la región del Cusco, pero a Choquequirao solo se puede llegar por un viaje en ruta de cuatro horas seguido de una penosa y extenuante caminata de 12 a 16 horas continuas para descender por el cañón del río Apurímac y nuevamente ascender por un camino zigzagueante hasta las ruinas arqueológicas, ubicadas a 3.033 metros de altura.
“Es una travesía terrible... El camino es muy angosto, peligroso, y muy pesado... Tenemos cinco turistas al día que llegan a Choquequirao pero caminando 16 horas, sin las condiciones mínimas para cualquier eventualidad como un accidente. No hay dónde dormir, dónde alimentarse, no hay nada'', dijo el presidente del Gobierno Regional de Apurímac, Elías Segovia, describiendo la odisea actual que pasan los viajeros.
 Se cree que Choquequirao, cuyo nombre significa “cuna de oro'”, fue el lugar donde se refugiaron los últimos incas que huyeron del Cusco tras la derrota de Manco Inca ante los conquistadores españoles. Se encuentra en las estribaciones del nevado Salcantay, rodeada de precipicios y profundos abismos, y cuenta con exquisitos edificios, murallas, sistemas de riego y terrazas de diferentes niveles, que se estima componen solamente 30% del complejo arqueológico abierto al turismo, ya que lo demás está aún tapado por la vegetación.
 Ahora las autoridades desean poner esta maravilla de arquitectura inca en el circuito turístico mundial a través del teleférico, cuyos trabajos de construcción se prevé se inicien a fines de este año con una inversión de
equivalentes a 45 millones de dólares.
 El ministerio de Vivienda y el gobierno regional de Apurímac se aprestan a iniciar el proceso de licitación del teleférico y ya habrían expresado interés empresas