El Caribe se encuentra comprendido por un montón de islas que les dan la bienvenida a sus viajeros con paisajes paradisiacos, naturaleza vibrante y clima tropical y soleado, ideal para aquellos que buscan escapar del frio y del gris de las grandes ciudades. Es necesario remarcar tres islas que se distinguen por su cultura, su población y su historia. Sint Maarten y StMartin y Cuba son algunos de los lugares más elegidos por los viajeros.

Las dos primeras tienen la particularidad de que conviven en una misma isla Francia y Países Bajos. Ubicado en el Caribe Oriental St. Martin y St Maarten se encuentran rodeados por una cadena de cerros repletos de naturaleza que combinan de forma ideal con el turquesa y blanco de su bahía. Sin barreras físicas que separen a estas dos naciones, la movilidad por la isla es muy sencilla y pueden llevarse a través de autos o en ferry.

Pero para arribar al destino, hay que tener en cuenta que todos los vuelos internacionales llegan al Princess Juliana, que es el aeropuerto del lado holandés.

Para visitar la isla no es necesario presentar una visa, pero si contar con el pasaporte vigente. Entre sus 37 playas, las actividades posibles a realizar son: tirolesa, buceo y senderismo. Otro imperdible será su gastronomía que mezcla sabores de más de 80 nacionalidades.

 Continuando el recorrido por el Caribe, otra joya imprescindible es Cuba. Este país cargado de historia y cultura, alberga una mixtura de biomas de los que resaltan su selva tropical y sus bahías y cayos.

Para arribar al destino, las opciones con escala. Por ejemplo, Copa que tiene frecuencias a Santa Clara y La Habana; mientras que Latam y BoA conectan con la capital de Cuba. Un dato a tener en cuenta es que desde enero Andes tendrá vuelos charter a Cayo Blanco.

Saint-Maarten: vitalidad y cultura 

Ubicado en el Caribe Oriental, este destino está protegido por una cadena de cerros verdes que ofrecen vistas de los valles, el mar y las islas vecinas. Su paisaje montañoso está conectado por una red de autopistas que permiten conocer estos variados escenarios. 

El clima es tropical durante todo el año, con noches frescas. El pintoresco entorno hace de St. Maarten una isla paradisíaca y serena. Con más de 37 playas, parques costeros y eco-lounges, explorar la naturaleza de esta isla es posible gracias a que ofrece innumerables aventuras con vistas panorámicas, senderos que llevan a piscinas y sumideros naturales.

En contraparte, la capital, Phillipsburg, está llena de espíritu creativo e industrial donde se puede realizar paseos de compras, degustar la gastronomía local y disfrutar de actividades a un costado de la bahía y frente a un horizonte infinito. 

La ciudad cuenta con una gran variedad de opciones de transporte, como autobuses locales, varias estaciones de taxis, recorridos guiados en bicicleta e incluso recorridos en vehículos todo terreno.

Ya sea sobre tierra o bajo el agua, St Maarten ofrece una gran cantidad de aventuras al aire libre. Desde recorrer la isla en cuatriciclos, descubrir tesoros submarinos haciendo buceo, hasta jugar tenis en el Port Plaiscance Conuntry Club o también disfrutar de un partido de gold en la Torre Mullet Bay. 

Su gastronomía también es otra experiencia única. St. Maarten se ha convertido en el hogar de más de 80 nacionalidades que también trajeron su cocina con ellas, creando un verdadero crisol de platos que estarán disponibles para probar durante la estadía.

Ya sea que se encuentren de mochilero, de vacaciones en familia o grupo, o mismo en una escapada romántica, la isla ofrece docenas de hoteles, resorts, alquileres de casas y tiempo compartidos y bed and breakfast. No importa donde se encuentren ubicados estos alojamientos, los paisajes únicos resaltaran desde cualquier punto de la isla. 

Al ser parte del reino de Países Bajos, la moneda oficial utilizada en la isla es el Florín Antillano neerlandés, aunque también se acepta el dólar. 

Saint-Martin: aromas y colores vibrantes 

Esta isla francesa se encuentra entre el océano Atlántico y el mar Caribe. Con un clima perfecto, el destino se adapta a las necesidades de cada viajero con ingredientes necesarios para pasar una estancia inolvidable. El francés es el idioma oficial, aunque los habitantes se comunican en inglés. De este lado de la isla, la moneda es el euro, pero para el turismo también se acepta el dólar. 

Entre las playas de ensueño, los deportes acuáticos son las actividades más requeridas por el viajero. Sin embargo, las galerías de arte y el Mercado de Marigot darán la posibilidad de disfrutar los colores y los aromas de las especias locales. 

Por otro lado, la Reserva Natural de Saint-Martin permite conectar con la flora y fauna de la isla a lo largo de un territorio marino y terrestre de más 3200 hectáreas con islotes y zonas pantanosas. Para combinar esa exploración con la aventura, La Loterie Farm, situada al pie del Pic Paradis, es una antigua azucarera construida en 1771 que en la actualidad funciona como un parque de actividades donde se puede practicar senderismo, disfrutar de una piscina de agua dulce y disfrutar en plena selva tropical. 

A la hora de descansar, este lado de la isla ofrece un hotel de 5 estrellas, residencias hoteleras y villas con múltiples habitaciones, las cuales ofrecen imágenes espectaculares al atardecer.

Tanto en algunos alojamientos, como en los restaurantes de la isla, la selección de pescados, langostas y crustáceos, carnes y barbacoas son infaltables. La decoración, los aromas, sabores e incluso acento del personal transportan a los viajeros a miles de kilómetros de distancia, mientras que disfrutan de experiencias culinarias en prestigiosos restaurantes, pequeños bistrós, locales costeros y lolos de playa. 

Para el segmento corporativo, el destino ofrece infraestructura dotada con equipos modernos y conexiones diarias desde Canadá, Estados Unidos, Europa y Sudamérica. St-Martin ofrece espacios con salones de baile, hoteles con conexión a internet e instalaciones especialmente adaptadas para las reuniones de profesionales, viajes de incentivo o seminarios. 

La isla cuenta con dos aeropuertos y múltiples puertos. El Aeropuerto Internacional Princesa Juliana, del lado holandés, y el Aeropuerto de Grand-Case Espérance, del lado francés. Ambos se encuentra frente a las aguas del Caribe. Son reconocidos por su aterrizaje en la playa, ya que la pista está a solo un par de kilómetros de las playas principales de ambos destinos.

Desde Estados Unidos, las aerolíneas que aterrizan en destino son: Delta, American Airlines, Jetblue, Spirit y United, Copa Airlines (St Martin), entre otras. Desde Canadá, conectan Air Canada, Air Transat y Sunwing. A tan solo dos horas de distancia, Ámsterdam y París se vuela por KLM, Air France y Air Caraibes. 

Para ingresar a los destinos es necesario presentar un pasaporte válido, pasajes de ida y vuelta, reserva válida de alojamiento en hotel o apartamentos. Desde Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Perú, Paraguay, Ecuador y Uruguay no es necesario tramitar una Visa.  

Aruba, una isla feliz 

Ubicada en el caribe holandés, frente a las costas de Venezuela, Aruba no solo es conocida por sus paisajes dignos de admirar, sino que también destaca por ser una isla con población feliz. 

Un estudio realizado en colaboración con la Autoridad de Turismo de Aruba y el Colegio Rosen de Administración Hotelera de la Universidad de Centro de Florida, arrojó que el 78 % de la población de la isla es feliz, mientas que el 76 % expresó su satisfacción con su vida a largo plazo. 

Y es que las autoridades destacan que esta realidad es una cuestión que se encuentra en el ADN de la isla. El turismo es el segundo motor económico del destino, lo cual —según el estudio— da satisfacción a la gente local y produce beneficios materiales que le permiten al gobierno perpetuar con la felicidad. 

Aruba se encuentra rodeada por la calidez del mar y los refrescantes vientos alisios, da hogar a las playas de arena blanca y a las delicias culinarias. Si bien es una superficie pequeña, el destino recibe cruceros y más de 100 vuelos directos que dan la bienvenida a todos su visitante. 

En sus bahías, los deportes acuáticos y las cuevas recónditas, rodeadas por piedra caliza, acompañan durante toda la estadía al pasajero que disfruta de un clima seco y cálido 

Reconociendo la historia, el destino también ofrece la oportunidad de conocer el legado de los antepasados buscadores de oro. En el Parque Nacional de Arikok se encuentran los restos de las minas de oro históricas de Miralamar. Además, se encuentran dos molinos de oro, uno en la costa norte en Bushiribana y el segundo en el extremo de la laguna española.

Además, el viajero también puede recorrer los cambios profundos de roca hasta las cuevas que intrigan por sus cámaras húmedas y misterios. Como recomendadas se encuentran la Cueva Guadirikiri y la Cueca Fontein. La primera se encuentra iluminada por el caudal de luz de sol que se cuela en el techo, mientras que la segunda es reconocida por los dibujos de los arahuacos en el techo que aportan historia y sentido a la visita. 

Como otra actividad se pueden recorrer las galerías, tiendas y boutiques de San Nicolás para llevarte piezas auténticas de Aruba o si no disfrutar de hacer deportes como Windsurfing, kayaking, buceo, golf o tenis.

Para descansar luego de un día cargado de actividades, Aruba tiene alojamientos de 5 estrellas ideales para escapadas románticas y cenas elegantes. En caso de ir en grandes grupos de amigos, se pueden alquilar casas o departamentos para disfrutar de experiencias más auténticas. Finalmente, los resorts de tiempo compartido son otra de las opciones en el amplio catálogo. Cuenta con trece hoteles de este tipo ideales para las familias. 

Sin embargo, no importa donde se esté alojado porque en los restaurantes del destino se podrán encontrar con una amplia gama de sabores para disfrutar de experiencias gastronómicas únicas. En bares elegantes y en pequeños tesoros locales, se saborea diferentes tipos de carnes y ricos sabores internacionales como el mahi mahi fresco, pargo colorado, barracuda y todos pescados el mismo día y adobados en salsa criolla.

Cuba, hogar de bahías y cascadas 

Como otra joya imprescindible dentro del caribe, se encuentra Cuba. Este país cargado de historia y cultura, alberga una mixtura de biomas de los que resaltan su selva tropical y sus bahías y cayos.

Siendo el país más grande en extensión territorial, recorrer en pocos días se hace imposible. Sin embargo, vale la pena pasar por el destino para comprobar las cascadas naturales más grandes las cuales vienen acompañadas del olor al café de las plantaciones cercanas.

La visita ideal para los amantes del ecoturismo se encuentra en el Parque Natural Topes de Collantes. Sus grandes bosques montañosos, sus frías aguas, sus sinuosos senderos y la flora y fauna autóctonas de Cuba hacen de esta reserva natural una de las más hermosas de la isla.

Un extenso sendero por el interior del parque conduce desde las afueras de Villa Caburní hasta su impresionante cascada, el Salto del Caburní. Con un desnivel de 65 metros, las aguas se estrellan contra su pared rocosa formando varias cascadas. Al acercarse a la cascada, se encontrará con un estanque de agua clara con una vista fantástica de este espectáculo natural en su entorno.

Por otro lado, continuando dentro del parque se encuentra el Salto de Vegas Grandes es la segunda cascada más alta de Cuba. El sendero tiene un nivel de dificultad medio debido a sus pendientes muy inclinadas y a los casi 8 kilómetros de caminata para llegar hasta allí, aunque en el camino se pueden vislumbrar aves endémicas cubanas, cuyos cantos escucharás en todas partes a lo largo del camino.

Cascada Salto Vegas Grandes.

Constatar los sabores más sazonados del caribe y la belleza de su naturaleza esta a tiro de avión. Latam Airlines permite la conexión desde Varadero, Santa Clara y La Habana a Buenos Aires. Para ingresar solo se necesita un pasaporte vigente y un seguro medico.