Turismo espacial: ¿mito o verdad?
Todo indica que esta modalidad dejará de ser un sueño para convertirse en realidad. Son varios los proyectos en danza que prometen en menos de una década poder viajar y dormir fuera de la atmósfera terrestre.
Cada vez es más común que los viajeros opten por destinos turísticos exóticos para pasar sus vacaciones. Tomarse unas semanas para recorrer los paisajes de los países nórdicos, dejarse llevar por la intención de conocer la cultura china o caminar sobre la congelada superficie antártica ya no se encuentran entre los planes más alocados.
El turismo espacial se fue colando poco a poco entre las posibilidades de conocer lugares exóticos. ¿O quién no se acuerda del primer turista espacial, Dennis Tito, el millonario norteamericano que pagó más de 20 millones de dólares para una estadía en la Estación Espacial Internacional del 30 de abril al 6 de mayo del 2001? Hoy son varias las empresas que buscan convertirse en los “operadores turísticos del espacio”. Virgin Galactic, una empresa que pertenece al multimillonario y empresario, Richard Branson, fue de las primeras en alzar la mano para ofrecer experiencias espaciales a cualquier persona. Desde entonces, empresas como SpaceX, Xcor, Virgin Galactic y Blue Origin han trabajado para poder comercializar viajes con regularidad, lo cual no han conseguido aún.
Sin embargo, salir a dar una vuelta al espacio conlleva una serie de requisitos que van más allá de tener una buena suma de billetes en los bolsillos. Un completo entrenamiento previo, tener cierta complexión física y un óptimo estado de salud son puntos indispensables para concretar este exclusivo paseo.
¿Cuánto cuesta?
Ahorrar durante muchos años para llevar a cabo esta odisea puede no ser suficiente, ya que el costo es exageradamente elevado.
La NASA anunció hace poco que abrirá la Estación Espacial Internacional (EEI) al turismo. El laboratorio orbital, exclusivo hasta ahora para proyectos científicos, recibirá viajeros en un futuro próximo, que llegarán a través de cohetes como el Space X de Elon Musk. No será necesario llegar a ser astronauta, pero sí tener los, aproximadamente, 50 millones de euros que costará el viaje.
La estadía en el centro de investigación ubicado en la órbita terrestre cuesta 35 mil dólares por noche, con la aclaración de que el requisito es realizar 30 pernoctes como mínimo. Y pondrán límites: solo 12 astronautas privados podrán viajar cada año a la EEI.
Por si eso fuera poco, hay que sumar también la preparación física que requiere realizar una travesía de esta magnitud.
Es por ello que este viaje no es para cualquiera. La aventura espacial es un lujo que un pequeño porcentaje de la población mundial podría darse. Se espera que el avance tecnológico conlleve a costos más accesibles y permita, de esta manera, que más gente pueda disfrutar de la experiencia.
El primer hotel espacial
Una de las pioneras en presentar proyectos de hoteles en el espacio fue la empresa Bigelow Aerospace que está haciendo pruebas con un módulo inflable de fibra de carbono que podría resistir su estancia en la órbita. Se calcula que dicha estancia podría costar entre 5 y 10 millones de dólares. Otra compañía, Axiom Space, con sede en Houston, también está coordinando vuelos y espera despegar por primera vez en 2020.EEUU también explicó que pedirá propuestas al sector privado para añadir un módulo comercial a la estación espacial y seleccionará el proyecto definitivo hacia finales de año.
La Fundación Gateway ha diseñado el primer alojamiento ubicado en el espacio con la intención de empezar a comercializarlo en 2025: el proyecto Von Braun Space Station. De esta forma, esta compañía se unirá a otras tales como Orion Span, que también se encuentran trabajando para llevar turistas al espacio o a la luna.
Se prevé que el establecimiento, que tendría capacidad para 300 huéspedes, cuente con gimnasio, cocina, restaurante, bar y habitaciones individuales. Tim Alatorre, el arquitecto que está ideando el proyecto, indicó que “ir al espacio se va a convertir en otra opción de viaje para los turistas, como ir de crucero o a Disney World”.
El objetivo planteado por la Fundación Gateway es que el Von Braun reciba unos 100 turistas por semana. “Debido a que los costos del viaje son muy elevados, todavía existe una concepción generalizada de que solo las personas muy ricas podrán acceder. Sin embargo, la Fundación Gateway tiene por objetivo minimizar al máximo el costo para que estos viajes estén disponibles para la mayor cantidad de gente posible”, agregó Alatorre.
Pero además de turistas espaciales que deseen sentirse astronautas pero con todas las comodidades de un buen hotel, la estación acogerá también a agencias espaciales nacionales que realicen investigaciones de baja gravedad.
Para una mayor comodidad por parte del turista, el establecimiento contará con gravedad artificial, basada en una serie de conceptos desarrollados en los años ‘50 por el ingeniero aeroespacial Wernher von Braun, de ahí que la estación lleve su nombre.
El hotel tendrá gravedad artificial
La Von Braun consistirá en una rueda de 190 metros de diámetro que girará para crear una fuerza gravitacional similar a la que se siente en la luna.
El anillo interior -the docking hub- será el lugar donde aterricen las naves para descargar pasajeros y cargas, mientras que el exterior funcionará como “columna vertebral” de la estación y proporcionará infraestructura a todo el conjunto. Alrededor del volante habrá 24 módulos individuales equipados para dormir, entre otras funciones de apoyo.
Conectados entre sí y presurizados, estos módulos incluirán depósitos de agua y aire, gimnasio, cocina, restaurante, bar e instalaciones para el personal, así como instalaciones reservadas a la investigación científica y la formación.
“También habrá muchas de las cosas que se encuentran en un crucero: restaurantes, bares, conciertos, cine y hasta charlas educativas”, afirma Alatorre.
Entre las actividades que se les propondrán a los huéspedes estarán basquet de baja gravedad o escalada. Eventualmente, se ofrecerán “viajes de campo” espaciales, con posibilidad de visitar otras estaciones espaciales o a la luna.
El traje de astronauta
La empresa estadounidense Under Armour acordó ser socio técnico para el diseño de ropa espacial junto con Virgin Galactic en su afán por concretar los viajes al espacio. La intención es ofrecer prendas seguras, funcionales y cómodas para facilitar la travesía a los valientes turistas.
También diseñarán una bota espacial más funcional, con el mismo estilo y elementos de diseño que el traje espacial. Inspirándose en el calzado de los pilotos de autos de carrera, implementaron la sensación de ligereza para brindar una movilidad óptima, alejándose de las botas grandes con buen volúmen para un ajuste preciso y una agradable sensación de confort.