El Director Gerente de Turar analiza el mercado turístico y sostiene que, de cara al futuro, la situación es esperanzadora.

Desde su rol de empresario, ¿cómo ve al país?

Lo veo con optimismo. No es un momento fácil, como siempre, pero tengo esperanzas. En especial para el turismo. Evidentemente, hay cosas por mejorar.

En lo que va del año, ¿cuál es el balance para la empresa?

Comparado con el 2016 estamos en un nivel similar de ventas; hemos aumentado un 5 por ciento en la facturación. Recién ahora se está comenzando a ver movimiento para el 2018 aunque viene muy tranquilo. Creo que esto se debe a que tenemos un dólar más previsible, entonces, la gente ya no se apura tanto, como en otros años, a comprar por adelantado.

La previsibilidad, ¿cómo impacta en los negocios?

Nos permite proyectar. En este país todo es medio imprevisible, pero como se está manejando (el gobierno), avizoro una buena temporada para nuestro verano, al igual que el invierno próximo (el verano europeo). Por ahora, además, los precios no han aumentado. De hecho, estamos congelando tarifas de 2017 para 2018, y en dólares.

En cuanto a productos, Turar se especializa en Europa y Estados Unidos, dos destinos que, por diversas razones, se vieron afectados negativamente.

Es cierto. Pero si bien es cierto que Estados Unidos sufrió el paso del huracán Harvey, primero, e Irma, después, hasta ahora no hemos tenido cancelaciones. Lo mismo que para Europa, aunque allí hemos notado que la venta se tranquilizó después de los sucesos de Barcelona. No obstante, no hubo cancelaciones de lo que ya se había vendido.

Cambiando el eje: ¿cómo nos ven el exterior?

Muy bien, la gente afuera es más optimista que nosotros, los argentinos. Uno de los principales motivos es que notan que el país se abrió al mundo. Y es cierto.

¿Cree que esa apertura se verá reflejada en los números del turismo receptivo?

Evidentemente. El turismo está aumentando, pero no en la medida que deseamos, pese a los esfuerzos particulares que hacemos, a los viajes al exterior, y a las presentaciones en las ferias. Pasajeros hay, no vamos a decir que no. En principio hay que señalar un par de problemas: uno pasa por las tarifas aéreas hacia Buenos Aires, que son caras desde el exterior. Por ejemplo, me pasó cuando estuve en Colombia que me dijeron que un pasaje de avión les cuesta unos 800 dólares, lo mismo que ir a Madrid, y está bastante más lejos! Otro problema es que las tarifas internas también son elevadas, por lo menos en cuanto a pasajes aéreos.

¿Qué rol juega la tecnología en este panorama?

Hoy por hoy, es donde uno más invierte y donde más futuro se ve. De hecho, tengo muchos años en esto, y hay cosas que ahora se pueden hacer que antes eran imposibles. Antes, entre otras cosas, había problemas de comunicaciones, o estaba la imposibilidad de realizar reservas. O sea, treinta años atrás era impensado hacer una reserva en el momento en que te la pedían. Ahora entramos a un sitio web las 24 horas, los 365 días del año, hacemos la reserva, la confirmamos automáticamente y emitimos el voucher. !Es algo maravilloso!

También dio lugar a la aparición de otro tipo de cliente, uno mucho más preparado y demandante, ¿no?

Es que Inernet trajo muchas facilidades. Históricamente era: venía un pasajero, tenías que hacer el itinerario y le dibujabas un machete. Hoy ya nadie te pide eso. Sin embargo, nosotros, como mayoristas, no tenemos mucha relación directa con el cliente final.

Pero sí las agencias de viajes ¿qué rol juegan en la cadena de comercialización?

Nosotros vivimos gracias a las agencias de viajes. Ya sea de Capital Federal o del interior del país. En ese aspecto, notamos que la opinión de las agencias, por lo menos nuestras clientas, es dispar, algunas bajaron las ventas mientras que otras siguen vendiendo bien.