Fernando Gorbarán analizó las perspectivas del mercado de Congresos y Convenciones en nuestro país. El dirigente señaló los aciertos en la política comercial de Aerolíneas Argentinas, con quienes firmarán un acuerdo, anunció la segunda etapa de los planes con Sectur e InProTur, analizó el futuro de las ferias de Turismo y subrayó la importancia de un segmento cuya derrama económica “es exponencial”.

El intenso calor de marzo no es un impedimento para que Fernando Gorbarán vaya de un lado a otro de su oficina de la calle Luis María Campos para dar argumentos a su enfático discurso. El joven presidente de AOCA inició su segundo mandato al frente del organismo con expectativas renovadas y serias intenciones de dar solución definitiva al problema que genera la ausencia de un centro de convenciones en Buenos Aires.

¿Cuáles son los objetivos de tu segunda gestión al frente de AOCA?
Lo que nos planteamos fue, en primer lugar, concluir algunos procesos que llevan su tiempo, como la generalización del tema del IVA a las empresas internacionales que participan en Argentina, seguir trabajando para que la actividad esté reconocida como tal en los organismos públicos, seguir consolidando AOCA en el esquema federal (hemos conformado una comisión directiva que tiene representantes en los principales lugares donde hoy se llevan adelante eventos).
Por otra parte, queremos aprovechar este segundo período para encarar un desafío que comenzó con una sesión de trabajo de todo un día en Sofitel Cardales, que es animarnos a pensar los próximos 25 años de actividad: me tocó como presidente la celebración del primer cuarto de siglo de la entidad, y hoy nos animamos a ser ambiciosos e imaginarnos cómo será la actividad en el futuro.
Hay algunas cosas que nos llenan de satisfacción en cuanto al reconocimiento que consiguió el sector. Hoy, al hablar de Turismo de Reuniones, ya no es necesario explicar de qué se trata, tanto la prensa como los organismos conocen de lo que estamos hablando, saben, por ejemplo, que el turista del que hablamos gasta tres veces más que un pasajero tradicional, o que nuestra actividad rompe con la estacionalidad y es parte central del Turismo.
Esto nos ha permitido llevar a cabo planes exitosos como el de Marketing Estratégico y de Promoción, junto con el InProTur y la Sectur, para mejorar el posicionamiento de Argentina a nivel internacional en la captación de eventos, congresos y exposiciones. Este nuevo mandato arranca con la segunda etapa del Plan, de consolidación y mayor trabajo profesional, con el desafío de establecer, junto a una institución educativa como la Universidad de Buenos Aires, un método sistemático de medición de la actividad económica que genera nuestro sector.
Estamos trabajando también para que nuestro sector incorpore el uso de la Marca País en la comunicación de los eventos que se hacen en Argentina. Además, estamos intentando establecer un convenio macro con Aerolíneas Argentinas, para poder lograr que la línea aérea de bandera vuelva a ser el transportador oficial de los grandes eventos que se hacen en nuestro país, como sucede en Chile y Brasil, donde sus líneas de bandera están claramente sinergizadas con la actividad de exposiciones y congresos.

¿El centro de convenciones de la Ciudad de Buenos Aires sigue siendo una cuenta pendiente?
Eso es algo sobre lo que no nos vamos a cansar de reclamar, insistir y trabajar. La ciudad es emblemática en cuanto al volumen que representa nuestra actividad y necesita imperiosamente su palacio de congresos. Esto no puede demorar más, tiene que ser una política de Estado, hemos interactuado mucho con el Gobierno de la Ciudad, con esta gestión y las anteriores, pero el tema ya no permite más dilaciones y se tiene que tratar seriamente por todas las fuerzas vivas de la ciudad.
Por suerte, en el interior del país esta tendencia es positiva, los principales destinos turísticos lo han entendido y lo han tomado como una verdadera política de Estado, es el caso de Córdoba, que quedó como el segundo destino de Argentina a nivel congresos, Catamarca con su predio de Exposiciones, Neuquén, Bariloche con el lanzamiento de su proyecto de centro de convenciones, Rosario, Santa Fe, Mendoza con el mejoramiento de sus instalaciones y la creación de un nuevo centro en la zona este o Salta, que inauguró su Centro de Convenciones hace dos años.
Hoy nos llena de alegría poder contar casi con 25 Buró de Convenciones en todo el país, producto de que se ha entendido que este sector tiene una dinámica de promoción y trabajo distinta que el turismo tradicional, y que necesita un alto grado de profesionalismo, capacitación y compromiso del Estado junto al sector privado para llevarlo adelante.

¿En qué instancia están las negociaciones?
Yo no lo calificaría de negociaciones, lamentablemente es la nada misma.
El proyecto que tenía el empresario De Narváez con el predio ferial de La Rural vuelve a fojas cero, con un claro rechazo de todos los sectores políticos de la Ciudad respecto de la instalación de un centro de convenciones allí.
Yo no quiero abrir un juicio de valor acerca de si está bien o mal, o si los vecinos tienen o no razón. Lo que sí me parece es que así como se pone énfasis en rechazar una idea que existe, no veo que haya interés de las mismas fuerzas para dar una solución al tema.
Pasan los años, los gobiernos y las legislaturas, y algún día Buenos Aires se encontrará en el dilema de no estar al nivel competitivo de las demás ciudades latinoamericanas. Sobre todo, teniendo un socio comercial estratégico como Brasil, que tiene claramente un proyecto de inversión fuertísimo (más aún por haber ganado ser sede de los Juegos Olímpicos de 2016 y la Copa del Mundo 2014) en este segmento.  
Este ya no es un debate sobre si un jefe de gobierno tiene que construir un hospital o un centro de convenciones: las dos cosas son necesarias, pero con la creación de un centro de convenciones se va a generar más trabajo y más posibilidad de que la ciudad recaude para construir no uno sino tres hospitales.
En mi caso particular, además de dirigente de AOCA me toca ser presidente de una compañía que es del Estado alemán, que entendió que tiene que tener este tipo de empresas, con su predio y su centro de convenciones, y además decidió invertir en Argentina.

La nueva etapa de Aerolíneas Argentinas y la regionalización de Aeroparque, ¿son hitos importantes para el sector?
Yo soy optimista con Aerolíneas Argentinas. Veo trabajar un equipo profesional, aunque también están presentes otros intereses: hay mucha gente que le conviene que no tengamos una buena aerolínea, hay viejas cuestiones sindicales que son difíciles de resolver. Sin embargo, creo que la actual gestión está orientada hacia lo que está necesitando nuestro país. La política de agregar nuevas naves, el nuevo plan de negocios, la incorporación de rutas con Brasil que es nuestro principal socio comercial y sin duda hay que apuntar los cañones hacia allí.
Siempre dije que el tema de la conectividad es fundamental para nuestro negocio, hay que apuntar al desarrollo de hubs regionales. Córdoba tiene un gran potencial para ser un hub para conectar con el NOA. No tiene sentido seguir forzando el tema de las rutas directas. La existencia de Madrid y Barcelona es un ejemplo de lo que significa un hub regional.
Me parece muy inteligente el apoyo a las líneas regionales como el caso de Sol y Andes, que están demostrando que están haciendo un buen trabajo y hay que apoyar esas iniciativas. Es un caso de un buen rol del Estado, subsidiando hasta que las compañías logran un punto de equilibrio y luego reduciendo el nivel de subsidios para que la compañía sea autosuficiente.

Respecto de las ferias internacionales de Turismo, ¿cómo ve el futuro de este tipo de encuentros? ¿Cree que están en retirada como opinan muchos, hay que modernizarlas de alguna manera?
Esto ha sido debate de las últimas semanas. Creo que hay dos cosas; por un lado, el sector privado argentino -y hay que hacer un mea culpa- a veces no aprovechamos las oportunidades que el sector público nos brinda; hablo claramente del Instituto Nacional de Promoción Turística. El Instituto, la Sectur y la CAT hacen un montón de actividades de promoción que muchas veces son desaprovechadas por el sector privado. Por eso me parece bien que se abra el debate acerca de si no hay interés o no se genera o no se transmite o no se motiva al sector privado de que participe activamente en estas acciones; yo creo que hay que repensar las acciones. En aquellos mercados donde haya menor interés habrá que reducir la presencia, buscar otras maneras inteligentes de hacer marketing. También hay otra cuestión y hay que debatirlo como gente adulta: generalmente el sector privado elige las ferias que son fáciles; no elige los mercados difíciles. Cuando se trata en los lugares que no son habituales o -hasta diría- idiomáticamente fáciles a la hora de hacer negocios hay una retracción del sector privado. Ahí también hay que acompañar al sector, hay que capacitarlo. Por ejemplo, me parece que Alemania es un mercado con un potencial enorme pero está mal explotado.

“El sector no necesita subsidios sino infraestructura”

“Los Congresos y Convenciones mueven 6 mil millones de dólares en el mundo, y en Argentina facturaron más de 2 mil millones de pesos durante el 2009. Tuvimos un crecimiento del 10 por ciento respecto de 2008 en dinero, pero hubo un retraimiento en la cantidad de eventos y empresas participantes. Cuando uno mira lo que esta actividad le implica a la economía, el que se apropia de esa plusvalía no es la compañía que lleva a cabo el evento sino el Estado. El sector no necesita subsidios para sobrevivir sino infraestructura, ahí es donde tiene que estar la política de Estado, dándole las facilidades a un inversor privado que quiera hacer un centro de convenciones”, explicó el presidente de AOCA.
Impuestos distorsivos
“Hay cuestiones como el impuesto al sello que consideramos que son distorsivos y han generado complicaciones”, dijo Gorbarán.
“Por otra parte, el tema del Impuesto a los Ingresos Brutos, del cual los expositores internacionales estaban exentos, y con el presupuesto 2009 de la Ciudad de Buenos Aires se empezó a aplicar nuevamente. Ya conversamos con las autoridades que nos prometieron que van a revisar el tema, aunque todavía no tenemos novedades.
El impuesto al cheque también nos afecta, cada vez que hacemos un presupuesto tenemos que agregar el 1,2 en el precio, dado que las cifras que manejamos son siempre superiores a los 1000 pesos, que es lo que puede percibir una  empresa en efectivo. Consideramos que es un impuesto regresivo. Y en lo personal, creo que desalienta la bancarización del sistema. Hoy vemos en todos los mercados maduros que los sistemas están totalmente bancarizados, hasta la facturación. Acá lo que se genera es que la gente trata de eludir pasar sus operaciones a través del sistema bancario”, concluyó el dirigente.