¿Cuáles son las expectativas que tenés con respecto al nuevo Ministro de Turismo?
Son altas. En muchos aspectos la gestión anterior dejó la vara alta, en otros no claramente. El turismo receptivo es una de las grandes falencias, por ejemplo, pero no creo que pueda atribuírsele a Turismo ya que tuvo mucho que ver el Ministerio de Economía. Ahora vamos a ver qué pasa en esta nueva etapa; hay muchos cambios y voluntad de trabajo, es cuestión de que todos nos pongamos los pantalones largos y empecemos a pensar en función de una política de turismo global. 
 
Para el turismo receptivo, ¿que cosas se deberían poner en marcha?, porque promoción hubo siempre...
Sí, la promoción existió. Pero tenemos un problema muy difícil de resolver porque el destino se ha vuelto caro. No es que el bife de chorizo, la excursión o el hotel se encarecieron, todo el país lo hizo. La tarea que le estamos proponiendo al ministro de Turismo es juntarnos los presidentes de las entidades y armar un documento donde podamos establecer pautas de trabajo que permitan modificar esa situación.
 
¿Aún después de la unificación del dólar es caro?
Sí, y no pasa por una cuestión del tipo de cambio, que de por sí estaba completamente distorsionado. Hoy podrá estar a 15 o 17, pero ¿quién le pone el cascabel al gato para saber qué número tiene que ser?
Si yo hago un sinceramiento y/o devaluación del 40 o el 37 por ciento y automáticamente el kilo de carne aumenta un 37 por ciento, estamos en la misma situación, y seguimos siendo caros para el exterior. Eso por un lado.
Por el otro hay una problemática a nivel país, respecto a la composición de los costos, que hace que sea un destino caro. Pero no es por capricho, es caro llegar porque estamos al final del mundo, además, estamos soportando una de las mayores presiones tributarias de la historia con un agravante enorme, la distorsión que hay. ¿Por qué? Porque todo se ha ido desajustando, los topes no se han modificado, vos soportás una inflación de un 30 por ciento anual, entonces crece el IVA, crece tu facturación, por que la inflación hace que crezca el número, y si vos dejás el tope en el mismo valor que antes, empezás a entrar en otras alícuotas como Ingresos Brutos. Si dejaste el precio fijo durante cinco años, al 30% anual de inflación, ese valor pasa a ser un chiste. Cuando se empezó a combatir el lavado de dinero en el 90 y pico el tope para pagar en efectivo eran 1000 pesos, ¿sabés cuánto es hoy 21 años después? ¡1000 pesos! Esa distorsión es lo que nos hace caros.
No se puede hacer magia. 

Pero eso ya es una ecuación macroeconómica…
Sí, y es muy compleja porque escapa al hotel y al gastronómico. La operatoria del negocio es cara. Si vos me preguntás si pueden hacer este cambio, yo te digo que creo que por lo menos tienen todas las herramientas.

Las herramientas y la voluntad del pueblo…
Sin lugar a dudas, pero además cuentan con Capital, provincia de Buenos Aires, Nación, Córdoba, Mendoza... o sea, las provincias más importantes en términos de volumen, están bajo el mismo signo político. Se les presenta una oportunidad gloriosa. Hay mucho por hacer y hay mucha responsabilidad, que todos debemos asumir, pero hay que llevarlo adelante, porque lamentablemente, en muchos aspectos, hay cosas que no aguantan más. La rentabilidad de la hotelería está en el peor momento de la historia. Es un desastre.
No nos olvidemos que al aumento del 30% del ABL en la ciudad de Buenos Aires, se le suma la luz y después vendrá el gas.  

¿Esa situación crítica es igual en todo el país?
No. Buenos Aires está particularmente mal en cuanto a la hotelería, comparado con destinos turísticos del interior. Toda la política de Turismo Interno que llevó adelante la anterior gestión del Ministerio ha sido muy buena y se ha generado un movimiento muy fuerte, pero ese movimiento fue de las grandes ciudades hacia el interior del país. La ciudad de Buenos Aires se ha quedado dormida en ese aspecto, y lamentablemente cocodrilo que se duerme es cartera...
El interior aprovechó esa circunstancia 
Si y lo muy bien. Es cierto que en un fin de semana largo el turista prefiere ir a lo autóctono que ir a una urbe, pero si le buscás la vuelta, ofreciéndole beneficios en espectáculos, gastronomía, etc., también vienen. Pero la realidad es que esto se inclinó básicamente hacia el interior al que le fue muy bien, las economías regionales realmente tuvieron un impulso importante, y a nosotros como país nos viene bárbaro, porque no es lo mismo ser un país que vende Buenos Aires, a ser un país que vende el Norte, el Sur, el Litoral... Todo esto te da un abanico muy grande de opciones. Ahora bien, si vos eso no lo trabajás en sintonía en todos los destinos, volvés a crear “vendo el Norte o vendo el sur”, porque para colmo, las tarifas aéreas son tan caras que no se pueden manejar, o sea, no te podés mover.

Con lo cual también debería haber algún convenio con las aerolíneas para aprovechar esa circunstancia. 
Sí, por eso la idea del Ministro y la nuestra como presidentes de las entidades que componemos la CAT, estamos tratando de ponernos de acuerdo, porque no se puede manejar solo. No es lo que necesita FAEVYT, ni FEHGRA, ni AHT, esto es un conjunto y lo resolvemos entre todos. Hay que resolver el destino Argentina. 

Desde la AHT, ¿qué necesitarían del Ministerio?
Estamos necesitando que se revierta este concepto de país de turismo interno a país de turismo receptivo. Si vos precisás divisas y crear fuentes de trabajo, necesitás, sí o sí, que venga el turismo del exterior.
Hoy se ha descuidado. Y esto no pasa solamente por un tema de promoción, pasa por crear las condiciones para que el turismo venga. 

Estoy de acuerdo. Podés tener la mejor promoción del mundo pero si los costos no están a la altura, no hay resultados. Y ahí es donde hay una responsabilidad empresaria...
Totalmente. Tiene que haber un compromiso de partes. Nosotros le tenemos que presentar al Ministro un documento, un plan de trabajo y elaborarlo conjuntamente y ellos nos tendrán que decir “nosotros necesitamos esto para darles esto otro”. Nadie tiene que trabajar a pérdida. 
Es fundamental que el ministro de Economía y el de Turismo tengan diálogo, y si ahora que lo pueden tener no lo aprovechamos, estamos jorobados. 

Pero la actividad privada tiene que salir de su ostracismo y proponer cosas a buscar esos incentivos, junto con el gobierno, porque hasta ahora era como que no había una acción de lobby, de hecho no existe esa palabra en el turismo argentino....
Lamentablemente, el turismo argentino no tiene buen marketing. Siendo una industria que genera 1.200.000 puestos de trabajo, con el 7% del PBI, no hemos tenido jamás un subsidio. El concepto de la gente es que el turismo es plata. La gente no logra conceptualizar que el turismo es trabajo. Yo tengo un hotel que trabaja de lunes a lunes, los 365 días del año las 24 horas. No hay Navidad, no hay Semana Santa, no hay feriado, no hay nada. Pero la gente no tiene esa dimensión. 

Eso es por la mala comunicación. La actividad turística, no ha transmitido la importancia de eso...
Es muy difícil que la gente tome conciencia porque yo te pregunto a vos ¿cómo publicitan las empresas de turismo, los hoteles o los cruceros sus productos? ¿Con los empleados laburando o con la gente en una pileta en traje de baño?

Pero tampoco comprás un auto porque ves una fábrica con sus trabajadores...
Pero está permanentemente el laburo de los sindicatos y tomás conciencia de que ese auto lo construyó alguien. Y no tenés el mismo concepto de que para que vos estés en una pileta, hay una persona que viene con una bandeja en la mano para llevarte una gaseosa. 

Pero uno de los sindicatos más fuertes de este país es el del rubro de ustedes y es UTHGRA, pero desde el lado empresarial no hay una presencia fuerte.
Porque este preconcepto de que el turismo es solamente gastar plata, se contrapone con el concepto de que el turismo es una industria, y yo tengo que crear las herramientas para proteger esa industria, porque: ¿quién va a traer divisas al país? El turismo las puede traer de forma inmediata; ¿quién hace inversiones que no se mueven más? los hoteleros. Si yo logro traer una cadena internacional a poner un hotel en Santiago del Estero, le estoy dando un valor a eso que no tiene nombre y que perdura en el tiempo. Cuando hablo de proteger, me refiero a crear las condiciones para que eso funcione, para que en vez de crear 1.200.000 puestos de trabajo, haya 2 millones y eso lo lográs poniendo un hotel y haciendo toda una cadena a partir de ese hotel: gastronomía, guías, transporte, etc.  
Para nosotros el gran desafío es darnos a conocer frente a un Gabinete que hoy tiene diálogo, frente a un Presidente que tiene predisposición de trabajo en equipo, y explicar concreta y claramente qué es el turismo, ¿por qué hay países que viven del turismo? No estamos errados. España tiene 65 millones de turistas, nosotros tenemos 5 millones y es interno. Claro que ellos tienen a Europa alrededor.
Evidentemente hay cosas que nosotros no estamos haciendo y hay políticas de turismo que tomar porque es una forma fundamental de generación de divisas, de creación de puestos de trabajo y que te va a permitir sí o sí, colocar a la Argentina en el centro del mundo, con una ventaja enorme de que estamos lejos de los grandes conflictos. 
Nosotros tenemos un país extenso con todo tipo de climas, paisajes, bellezas naturales. Estamos lejos de los grandes conflictos bélicos y el terrorismo y el argentino tiene un gran don de servicio, pero no logramos tener una política para aunar todas estas virtudes y desarrollarlas. 

El Ministro habla de armar un equipo aunque al empresariado siempre antepone su empresa, y es lógico.
Tenemos un país bendito en un montón de cosas y muy complejo en otras. Acá cada 10 años volás por el aire. Cíclicamente la economía de nuestro país te pasa de mendigo a millonario y al revés con una facilidad que no tiene nada que ver con el giro del turismo en sí mismo. 
En esta nueva etapa, donde por primera vez un Partido sin tradición política llega a la presidencia, quizás sea el momento para lanzar un concepto completamente distinto, no puede ser que la ecuación de mi empresa gire alrededor de la cotización del dólar. Si vos te dedicabas a trabajar en lo que tu empresa te indicaba, y no prestabas atención a las medidas económicas que iban a venir, te la ponías de gorro. 

Porque nunca existió la posibilidad de decir “basta de ciclos, laburemos para que haya continuidad”.
Bueno, esperemos que ahora suceda. Y que el gobierno le pueda exigir a los empresarios compromiso y que el Estado se dedique a controlar el cumplimiento de esos compromisos, pero no el control que se hace hasta ahora en el cual toda la carga está transferida a las empresas. 
No puede ser que hoy en la era de los sistemas tengas muchísima más carga administrativa que hace 20 años que se facturaba a mano. Hoy el administrativo está agobiado, no termina nunca. 
La presión de la AFIP o de los Gobiernos provinciales es imposible de soportar. La única área del hotel que tiene más gente que antes es la de Administración.
Yo me tengo que preocupar en cómo tengo un mozo más para que el cliente en la mesa espere menos; o una mucama más para que haga menos habitaciones o para que el huésped tenga una persona más a quien preguntarle algo. 
Todo eso es lo que termina siendo el “costo argentino”. Y es lo tenemos que plantearle al gobierno. 

Claro pero si el Estado no lo conoce, porque no se le ha sabido transmitir lo que se genera a partir de estas medidas, seguramente va a seguir pensando “son de Turismo, tienen plata”. 
Es así.De ahí lo que decíamos antes de mala comunicación para que se sepa que no tiene tanto que ver con un impuesto sino con lo que se genera a partir de ese impuesto. 
Nosotros hemos sido un sector que no nos hemos manejado bien en términos marketineros, y tampoco lo hemos hecho bien en función de equipo; ese es un Mea Culpa que la dirigencia nuestra tiene que hacer porque si no entendemos eso estamos complicados. Si cada uno por su cuenta va a golpear puertas no llegamos a nada porque todos vendemos un mismo producto. Eso es lo que debemos madurar y ponernos rápidamente en sintonía.