El sueño de la Revolución de los Aviones sedujo a propios y extraños. Con la apertura, nuevamente, de las Audiencias Públicas para solicitar rutas, viejos conocidos y nuevos actores se presentaron con el fin de mostrar su estructura de negocios y sus intenciones de explotar diversas rutas tanto nacionales como internacionales. Ahí entró a jugar una de las empresas más cuestionadas hasta el momento: FlyBondi, la primera en aplicar el modelo low cost en el país y con una base de operaciones alternativa como es el caso del Aeropuerto de El Palomar, que también ha tenido sus idas y vueltas.

La “revolución” parecía gozar de buena salud e incluso a mitad de este año, el gobierno reglamentó la quita del piso tarifario. La medida comenzó a regir a partir del 15 de agosto y se aplica en aquellos pasajes que sean adquiridos con un mes de anticipación y sean de ida y vuelta. La banda tarifaria se había quedado sin techo en el año 2016 y hasta ese momento, el máximo y el mínimo eran regulados por el Estado. “Este sistema es beneficioso para el pasajero por la reducción de precios, porque aumentarán las promociones muy agresivas en temporada baja que es donde hay menos ocupación en las aeronaves”, afirmó  en ese momento el ministro de Transporte Guillermo Dietrich. Las empresas comenzaron a competir con una serie de precios desorbitantes y en pocas horas los tickets volaron, literalmente. 

Pero lo bueno dura poco y con las primeras corridas del mercado por el aumento del dólar y posterior aumento del barril de crudo, hicieron que el sueño comience a flaquear. Las operaciones de la mayoría de las empresas aeronáuticas argentinas son en pesos porque se dedican a los vuelos de cabotaje, y los costos -que se abonan en dólares-, suben cada vez más. Pero eso no parecía preocuparle a Julian Cook, CEO de FlyBondi, quien durante su exposición en InverTUR afirmó que esta condición no los afectaba, algo que este medio terminó desmintiendo al dialogar con una fuente cercana a la empresa quien afirmó que los problemas estaban -y que eran lógicos al tener sólo operaciones de cabotaje- pero que contaban con un “colchón” que los respalda en situaciones como las que está atravesando el país. Un colchón que se especula que debe ser bastante grande ya que la operación de la empresa, según datos de la EANA no supera el 70 por ciento de ocupación -con una operación que hasta ahora fue netamente de cabojate hasta el inicio de los vuelos a Asunción del Paraguay- y lanzan tarifas agresivas (a 8 pesos más impuestos por ejemplo), por lo que quedaría en duda hasta donde están dispuestos a perder en este contexto inflacionario. (Ver recuadro “De dumping y otras yerbas”). Un tiempo después, y en conversación con LN+, Cook terminó admitiendo de manera oficial que “este año no fue rentable, pero nunca fue la idea. Una empresa que empieza tiene que hacer una inversión importante”.

Algo no anda bien

El primer indicio de que la revolución de los aviones está por lo menos dando un cimbronazo, es la tormenta perfecta que está atravesando Aerolíneas Argentinas, en donde claramente no hay ningún colchón para soportar su espalda. El déficit cero parece una idea lejana y la competencia con los precios ultra low cost no dejan entrever un buen panorama al que se le suman factores ya mencionados como la suba del barril de combustible, algo que la empresa no tenía previsto y por esta razón es que su presupuesto se disparó más de lo planificado. 

Cuando el horno ya no estaba para bollos, el presidente Mauricio Macri en plena inauguración del Hilton Pilar -y en plena realización de una de las asambleas aeronáuticas que terminó durando 11 horas- afirmó que desde que Aerolíneas se estatizó, “los argentinos tenemos que poner plata todos los meses para que funcione. Todas las demás líneas aéreas no requieren que el Gobierno ponga plata”. 

“Es cierto que todos los meses hay argentinos que vuelan por primera vez, pero aún sigue siendo menos del 5 por ciento de la población. No es justo que el 95 por ciento de los que no lo usan tengan que pagar para que funcione”, arremetió, provocando una ola interminable de momentos mediáticos en los que la opinión pública se dividió, una vez más. 

En medio del conflicto paritario entre la empresa y los gremios, quien también salió a hablar fue Luis Malvido, CEO de Aerolíneas Argentinas, quien en una entrevista con Antonio Laje, aseguró que la compañía está “virtualmente quebrada y tiene que pedirle plata al Estado para pagar los sueldos”.

En el mientras tanto, la negociación salarial con los gremios sigue en el tira y afloje. Los sindicatos piden que se les aplique la cláusula gatillo en los sueldos del mes de septiembre, además de la negociación paritaria para el período 2018/19.

El sueño que no avanza 

“Lasa informa a los señores pasajeros que nuestra compañía está en pleno proceso de reconfiguración, en búsqueda de socios estratégicos, es por ello que hasta que no se complete dicho proceso, suspendemos nuestras operaciones por una semana más, es decir, hasta el día sábado 8 de diciembre inclusive”, rezaba un comunicado emitido por la empresa Lasa Líneas Aéreas el 29 de noviembre y hasta el cierre de esta edición, las operaciones no habían sido reanudadas. 

“Pedimos disculpas por las molestias ocasionadas pero la situación económica actual del país, con una devaluación fuera de cualquier parámetro normal, la dolarización del combustible y la perforación de la banda mínima de tarifas, hacen un combo explosivo que lleva a nuestra Compañía a reconfigurarnos para continuar con las operaciones”, sostuvieron y arremetieron: “Lamentablemente en este momento del país, se castiga a quienes trabajamos, invertimos en él y dimos todo, y se premia a quienes apuestan a la bicicleta financiera. Esperamos el apoyo del Gobierno Provincial y Nacional, que han levantado las banderas de las conectividades regionales y que hasta hoy no han dado señales”. 

“Este modelo de negocios se creó con un dólar a 18 pesos y el 30 de agosto, con el vuelo de bautismo, salimos de Neuquén con el dólar a 27, una hora después aterrizamos en Santa Rosa con un valor de 35 y cuando llegamos a Mar del Plata estaba en 42”, detalló Juan Silenzi, CEO de la empresa. 

La propuesta de la empresa era seductora, ya que buscaba unir destinos de la Patagonia y Mar del Plata sin la necesidad de pasar por Aeroparque (con 19 rutas aprobadas). Una propuesta tentadora para pasajeros que necesitaban conectarse con sitios del sur argentino que le llevaría hacer varias horas en micro o en auto. Para el año que viene, Lasa tenía planificado comenzar a volar hacia las ciudades chilenas de Puerto Montt y Temuco, pero aún no se han pronunciado al respecto. 

La empresa invirtió 73 millones de dólares para comenzar a operar, que se dividieron en  seis aviones Embraer ERJ 145 (de 50 butacas), 126 puestos de trabajo y un hub en Neuquén.

Ahora Lasa tiene una serie de desafíos para enfrentar. Por un lado deberá conseguir un socio estratégico -que en un comienzo se rumoreó que iba a ser Avianca Argentina-, por el otro deberá presentarse ante la ANAC para justificar su capacidad financiera, algo que el organismo le solicitó para la operación de los próximos seis meses, acompañado por una garantía, “si quisiera retomar sus operaciones”. Además , la ANAC resaltó que se encuentra vacante el cargo de Director o Gerente de Operaciones dentro del organigrama de la aerolínea, por esta razón es que le ordenó que le “deberá designar uno en cumplimiento de las Regulaciones Argentinas de Aviación Civil (RAAC) para poder operar bajo la normativa que regula el transporte aéreo de pasajeros”.

Pero los problemas de Lasa no parecen terminar ahí. Según publicó el sitio La Mañana de Neuquén, distintos trabajadores denunciaron que el jueves de 27 de noviembre 90 empleados de la empresa recibieron por parte de los gerentes un mensaje de WhatsApp en el que les anunciaba que no se presenten más a sus puestos de trabajo hasta nuevo aviso. Los trabajadores también sostuvieron que hace dos meses no perciben su sueldo.

También para Andes Líneas Aéreas

La compañía que nació en Salta hace 12 años, y que se potenció en los últimos dos con nuevas rutas y el leasing de cuatro aviones Boeing 737-800 que la llevó a acceder a una cuota de mercado que superó el 6 por ciento, también se vio afectada a consecuencia de las nuevas reglas del mercado, además de los elevados costos operacionales. Por esta razón es que tuvo que achicar el 40 por ciento de su estructura, por lo que, entre otras cosas, devolvió los cuatro B737-800. 

“Andes Líneas Aéreas se caracterizó a lo largo de su existencia por adecuarse a los diferentes contextos con eficiencia, logrando así competitividad y eficacia en un mercado caracterizado por la inestabilidad y los ciclos cambiantes. Así como en 2016, donde se lanzó la llamada “revolución de los aviones” nuestra compañía supo reaccionar poniéndose a la cabeza de esa transformación; hoy es necesario ajustar esas acciones y proteger las rutas más sólidas en la espera de que el mercado de estabilice”, destacaron desde la empresa.

En lo particular, el Gerente General de la compañía, Horacio Preneste, comentó que la situación de la empresa comenzó a cambiar a partir de mayo que luego se intensificó con la devaluación. “Cuando adquirimos los aviones el dólar estaba a 14 y cuando los devolvimos a 42. El precio del combustible se fue a 75 dólares el barril, por lo que tuvimos un doble aumento y todo eso se constituyó en una tormenta perfecta”, graficó el ejecutivo. 

“Lo que se nos produjo fue una situación de crisis y en ese sentido nosotros decidimos tomar el toro por las astas y tomamos la decisión antes de que la realidad la tome por nosotros”, aseguró Preneste. Asimismo aseguró  que la demanda de vuelos charters que realizaban al exterior también se vio afectada de manera considerable a partir de la devaluación. 

En lo que respecta al futuro, el Gerente General tiene la expectativa de que la situación mejore. “¿Cómo va a mejorar? Bajó el precio del crudo, se estabilizó el dólar y tenemos la expectativa de que también baje la inflación, con lo cual esperamos que en marzo cambien los vientos con este tema y comience a moverse otra vez”. 

De dumping y otras yerbas

El sueño de Julian Cook se cumplió. Se quitó la banda tarifaria que no permitía perforar el piso de los precios de los pasajes. De inmediato, Flybondi comenzó a vender pasajes de manera precipitada a precios alocados que también obligó a que por ejemplo, Aerolíneas Argentinas ponga tarifas a 500 pesos, cuando su situación económica no era la más cómoda. 

Esto sería tan solo un ejemplo, anticipando lo que está sucediendo por estos días: pasajes a 9 pesos, más impuestos, que suman un total de 220 pesos por tramo (sin incluir valijas en bodega y otros gastos). Algo que está muy por debajo de los costos de operación que lleva cada vuelo. ¿Cuál es la verdadera espalda financiera de Flybondi?

“Sacar las tarifas mínimas no es ni bueno ni malo siempre y cuando se tomen las medidas que corresponden. En otros países que se ha regulado, existen mecanismos antidumping y anti depredatorios. Nadie puede estar vendiendo por debajo de sus costos, nadie puede estar perdiendo dinero para comprar mercado, nadie puede quitar mercado con dinero que tiene de otra cosa para destinarlo a cubrir su pérdida, inventando tarifas que no cubren los costos”, sostuvo el Gerente General de Andes Líneas Aéreas Horacio Preneste.

 

 

Todavía hay más

Cuando el conflicto salarial de los gremios con Aerolíneas llegó a su máximo nivel, la Administración Nacional de Aviación Civil emitió la Resolución 895/2018, la cual modifica la RAAC (Regulaciones Argentinas de Aviación Civil) 61 y reglamenta los modos de convalidar y revalidar los certificados de idoneidad aeronáutica de pilotos otorgados por autoridades competentes extranjeras.

“Están autorizando la convalidación de pilotos extranjeros para que nos reemplacen”, arremetió el titular de APLA, Pablo Biró y sentenció: “A los pilotos argentinos nos van a tener que matar para echarnos de nuestro país”. Esto motivó que la semana pasada los pilotos de APLA y UALA anunciaran un paro de 48 horas que finalmente fue suspendido debido a la conciliación obligatoria que dictó la Secretaría de Trabajo.

Por parte de la ANAC, afirmaron que “No es una medida para dejar a los argentinos sin trabajo y contratar extranjeros, lo que es un planteo disparatado de los gremios locales instrumentado como herramienta de presión política y extorsión, con los pasajeros de rehenes, como suelen hacerlo cada vez que se reúnen en “asamblea”.

Al cierre de esta edición, y luego de una reunión de más de tres horas entre APLA, UALA y la ANAC en la sede de la Secretaría de Trabajo (en Callao al 100), se resolvió que se suspenderá la aplicación de la Resolución 895/18 hasta el viernes 28 de diciembre mientras avanza la mesa de diálogo.