Este primer ensayo estuvo inicialmente previsto para agosto de 2007, con el objetivo de poner en marcha el programa comercial en mayo de 2008. Los plazos se han ido incumpliendo una y otra vez. Boeing reunirá hoy en su planta de Everett, cerca de Seattle, a prensa, accionistas y empleados para el primer despegue del Dreamliner, previsto para las 10.00 hora local (16.00 hora argentina).
Tras su partida, el aparato aterrizará cuatro o cinco horas más tarde en un aeropuerto al sur de la ciudad. Boeing ha puesto muchos recursos y esperanzas en este nuevo modelo, que es la encarnación material de la visión que tiene el grupo norteamericano para el futuro de la aviación comercial global. Mientras que su rival europeo Airbus augura que en las próximas décadas las compañías aéreas apostarán por concentrar sus operaciones en grandes "hubs" (centros de interconexión de vuelos), y por ello ha diseñado el superjumbo A380, con capacidad para entre 550 y 800 pasajeros; Boeing prevé que el sector optará por vuelos punto a punto, por lo que requerirán aparatos de tamaño medio.
En esta gama es en la que se encuentra el nuevo 787 Dreamliner, de largo recorrido y con capacidad para entre 210 y 250 pasajeros usuarios.
Airbus, en cualquier caso, respondió al Dreamliner lanzando el programa de su futuro A350, que competirá directamente con la joya del grupo norteamericano. Hasta el momento, Boeing ha recibido 840 pedidos de 55 clientes por valor de 140.000 millones de dólares.
La compañía pretende entregar el primer aparato de este modelo a la aerolínea japonesa All Nippon Airways (ANA) en el último trimestre de 2010.
Algunos expertos no descartan que el grupo no pueda cumplir con estos plazos. Boeing podría necesitar más tiempo para corregir los problemas que puedan producirse durante el vuelo de hoy.