La Trochita, de regreso en Esquel
El pasado sábado 13 de agosto, con una gran presencia de vecinos y turistas, arribó a la ciudad de Esquel “La Trochita” -el emblemático tren de trocha angosta-, luego del accidente sufrido en el mes de abril por los fuertes vientos. En conferencia de prensa, el Coordinador del Viejo Expreso Patagónico detalló, entre otras cosas, que fueron tres los vagones que arribaron a la ciudad. Asimismo, anticipó que la próxima semana se sumarán más vagones, con el fin de terminar la formación.
De ahora en más, se utilizará un protocolo para la partida del servicio, con limitaciones en el caso de vientos fuertes. En este sentido, se instalarán anemómetros para la medición de la intensidad del viento en los puntos más críticos. La próxima salida de “La Trochita” será este fin de semana largo.
El tren fue reparado por completo en los talleres de El Maitén, cabe destacar que las piezas son réplicas artesanales fabricadas en los talleres ferroviarios de dicha localidad, las formaciones son del año 1922 y el sistema de trabajo es como el de aquella época, totalmente artesanal. Cada vez que entra una locomotora a reparación no solamente se cambia la pieza, sino que primero se la hace para poder reponerla. Los trabajos de reparación y restauración de los cinco vagones –incluido el coche comedor- fueron todo un éxito. Las tareas que se llevaron a cabo en el exterior de los vagones fueron ajustes de ventanillas, reparaciones en los techos, cabios de algunas tablas de revestimiento exterior y en los peldaños de los estribos. En cuanto a las reparaciones en el interior de los vagones, se arreglaron los asientos, el porta equipajes, puertas, y se fabricaron nuevos asientos. También, se hicieron cambios de tablas de revestimiento interior, y se fabricaron ocho mesas para el coche comedor, además de reparar ventanillas, bajo mesada y puertas.
Siendo “La Trochita” uno de los atractivos más importantes de la zona, junto con La Hoya y el Parque Los Alerces, su reparación significó mucho, no sólo a nivel turístico, sino también por el valor afectivo que tiene para los habitant