La sucesión de hechos casi escandalosos desde que Flybondi inició sus operaciones deja muchas dudas acerca de su futuro.

Dicen que “escoba nueva siempre barre bien”, pero parece que esto no se aplica a FlyBondi. La revolución de los aviones tiene a la empresa comandada por el suizo Julian Cook en un papel protagónico, pero hasta ahora sólo dio algunas buenas actuaciones, mientras que el resto son muchas más improvisaciones que se salen del libreto. Si se recorre la cronología, desde la Audiencia Pública realizada en diciembre de 2016, hasta la actualidad, todos los sucesos estuvieron a la vista, pero a los que le corresponde controlar el correcto procedimiento de una empresa aérea, están mirando para otro lado.

Saltando algunos pasos, como la escandalosa y reducida suma con la que Cook decía que iba a iniciar su operación en el país, hay que remontarse a su debut precipitado a fines de enero de este año. El marketing y su forma amigable de captar pasajeros, es indiscutible. Con su primer avión B737-800, bautizado como “Nelson”-nombre del perro de la compañía-, iniciaron sus operaciones en la ciudad de Córdoba un mes después de que el avión aterrizara en territorio argentino. Antes de eso, en un vuelo de prueba en esa misma ciudad sufrieron un traspié, ya que los 20 minutos que tenía que durar el viaje, finalmente fueron 12. Se especuló mucho en los medios sobre las causas de que el vuelo fuera tan corto, pero finalmente salieron airosos afirmando que era una falla que no requería declarar una emergencia y que los pasajeros, amigos e invitados de la empresa, nunca estuvieron en peligro. A la par de esto, la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas- Austral (UALA), efectuó una fuerte denuncia que tuvo muy poca difusión y constituyó un hecho aún más grave que el pequeño y escandaloso vuelo. Denunciaron a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) por falta de controles y a través de un comunicado afirmaron que FlyBondi en ese vuelo de prueba utilizó la nomenclatura Radiotelefónica de la serie 2000-FO2710 que le corresponde a Austral Líneas Aéreas. “Hemos tomado conocimiento que el vuelo de la empresa FlyBondi despegado desde el aeropuerto de la Ciudad de Córdoba, lo ha hecho con la nomenclatura Radiotelefónica cuyo numeral correspondía a la serie 2000 (FO2710), el cual es de público y notorio conocimiento que corresponde a la Empresa Austral Líneas Aéreas”, afirmaron en la misiva.

“Este es un hecho de tamaña gravedad, ya que la confusión en la designación en comunicaciones con el control aéreo y maxime en situaciones de emergencia como la acontecida, directamente afecta la seguridad operacional, presentando potencialmente consecuencias catastróficas”, agregaron.

Consultados por este medio, ni la ANAC ni los controladores de la provincia de Córdoba dieron explicaciones al respecto. Desde FlyBondi afirmaron que no estaban informados de lo sucedido.“Es la primera vez que escucho sobre esta denuncia. Nosotros tenemos nuestra propia frecuencia”, explicó Julian Cook. La denuncia quedó flotando tanto desde los organismos oficiales, como desde la prensa masiva que no se hizo eco o tomó el hecho de forma superficial.

Oficina taller

Entre otras tantas desprolijidades que la empresa tiene, y la ANAC y el Ministerio de Transporte les perdona, FlyBondi tiene un container en Córdoba- su base de operaciones- que funciona como taller y que a simple vista no lo parece. Si bien la propia empresa afirmó que la ANAC le había habilitado ese taller, más adelante Julian Cook afirmó en una entrevista que este sitio funciona como oficina. “El taller de Córdoba es un container oxidado, ni un taller de autos es así, y se supone que un taller aéreo es casi un quirófano”, esgrimió el titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) Pablo Biró.

En Córdoba, FlyBondi recibió un fuerte respaldo por parte del gobierno provincial. El 13 de julio del 2017 desde el ejecutivo anunciaron que la compañía iba a contar con una serie de beneficios impositivos que no todas las empresas áreas de origen argentino poseen.

Preocupación

Recientemente el legislador Marcos Fariña, del bloque Unión Por Córdoba (UPC) firmó un comunicado en la que se reza: “La Legislatura de la Provincia de Córdoba declara su preocupación por la falta de seguridad manifiesta en el servicio aéreo que ofrece la empresa low cost `FlyBondi´, a un mes de inaugurada la ruta aérea -desde y hacia nuestra provincia- llevan registrados varios hechos que ponen en cuestionamiento la seguridad que recibe el viajero por parte de la empresa prestataria”. Este comunicado se realizó luego de que el lunes pasado, un vuelo que debía cubrir la ruta Córdoba-El Palomar, tuvo que ser cancelado por un problema técnico. Las versiones indicaban que hubo un problema, otra vez, con uno de los motores, algo que la empresa desmintió en un comunicado. “Queremos desmentir las versiones periodísticas de diversos medios sobre la causa de la cancelación del vuelo FO5433 IGR-COR. La misma se debió a una falla técnica en el sistema hidráulico que no tuvo carácter de gravedad”, afirmaron, aunque por varias horas los pasajeros se tuvieron que quedar en el aeropuerto.

La imagen de la empresa ya no es la misma desde el comienzo y son muchos los pasajeros que utilizan las redes sociales para expresar su descontento por diversas demoras o cancelaciones o también hechos bochornosos como el sucedido en Bariloche, en donde por un problema de peso, las valijas de los pasajeros viajaron en transporte terrestre. Todo esto es, tal vez, fruto de su apuro e inmadurez por comenzar a operar una cantidad de rutas que un sólo avión no puede cubrir. Ahora con tres en su haber, se puede llegar a normalizar la situación, pero aún así, los problemas no parecen tener final.

Palomar sí, Palomar no

El aeropuerto de El Palomar, la base operativa de la aerolínea en Buenos Aires, también tuvo -y tiene- diversos inconvenientes. Como es de público conocimiento, se han realizado denuncias en lo referido al medio ambiente y a los derechos humanos, razón por la que luego de una medida cautelar y posteriormente una inspección ocular, la jueza Martina Forns a cargo del Juzgado Federal en lo Civil y Comercial y Contencioso Administrativo 2 de San Martín, autorizó la actividad aeronáutica en El Palomar con 77 vuelos (?) mensuales “no pudiendo exceder de tres vuelos diarios, tres despegues y tres aterrizajes (SIC) hasta tanto no se realice una Nueva Evaluación de Impacto Ambiental y se autorice por el ORSNA, debiéndose presentar en autos por su correcta y legal evaluación”. El día del debut, el aeropuerto no pudo ser utilizado para el primer aterrizaje de FlyBondi en Buenos Aires debido a las fuertes lluvias y a la baja visibilidad de la pista, por lo que se tuvo que desviar a Ezeiza. Por otro lado, este aeropuerto no cuenta con un adecuado sistema de drenaje, por lo que es riesgoso que opere allí los días de tormenta ya que las posibilidades de deslizamiento se acrecientan, algo que llama poderosamente la atención teniendo en cuenta que este lugar está pensado para que otras empresas de modelo low cost lo utilicen.

Sin plan B

Antes de que FlyBondi despegara desde El Palomar, la medida cautelar aún seguía vigente, por lo que reinaba la incertidumbre de qué iba a pasar con los pasajeros que ya habían adquirido sus tickets. En una conferencia de prensa, el Ceo de la empresa, alegó que confiaba en que la jueza Forns iba a dar luz verde y que la operación que tenían planeada se podía realizar. Ante la pregunta de si existía un “Plan B”, Cook dijo que no existía tal cosa, por lo tanto, se dejó entrever una vez más la improvisación que hoy hace que la empresa tenga que suspender 72 vuelos debido a la resolución judicial que indica que desde allí no se pueden realizar más de 3 vuelos por día. Según datos de la compañía, esta acción afecta a 10.000 pasajeros que tienen que ser acomodados en otros vuelos o en otras empresas como Aerolíneas Argentinas o Andes Líneas Aéreas. Mientras tanto, los problemas continúan y desde los organismos oficiales no hay ningún tipo de llamado de atención, algo que en otros países lleva directamente a la cancelación de operaciones. ¿Cuál será el punto límite para que comiencen a actuar?

El caso LAW

La Dirección General de Aviación Civil del Perú (DGAC) del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) decidió suspender el permiso de vuelo a la aerolínea chilena Latin American Wings ( LAW) hace dos semanas. La decisión se tomó luego de una serie de vuelos suspendidos y demorados en el territorio peruano, dejando varados a un centernar de pasajeros en reiteradas oportunidades.

Al respecto, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), en su calidad de Autoridad Nacional de Protección del Consumidor, ha sido informado por la DGAC acerca de la suspensión provisional del permiso de operaciones de LAW: “Esto en razón de que la citada aerolínea no ha cumplido a la fecha con formular un programa de vuelos que asegure el cumplimiento normal de sus itinerarios”.

Esta dura medida rige desde el 4 de marzo, pero la DGAC le otorgó una licencia de vuelo especial hasta el 15 de marzo con el fin de que cumplan con los itinerarios ya programados.