"Hoy un 40% de nuestros socios consideran un cierre definitivo"
Roberto Amengual, presidente de AHT, habló en vivo con Mensajero en "Charlas de turismo" y analizó el complejo escenario que atraviesa la industria hotelera.
¿Con qué problemáticas se encuentra hoy la hotelería, a casi dos meses de cuarentena nacional?
-Venimos de dos meses o más de cero ingresos. La caja se reduce drásticamente con cada día que pasa. El ATP fue un gran alivio para la mano de obra, que es uno de los principales costos que tenemos. Sin embargo, no logramos ningún tipo de respuesta con respecto a los servicios públicos. El 87% no consiguió que le respondan sobre la potencia contratada de la luz, y el 13% restante no quiere decir que haya tenido una devolución favorable. Todos estamos obligados a contratar una potencia mínima, y los hoteles, por su extensa superficie, cuentan con grandes potencias y ahora debemos abonar esos costos fijos. No tenemos chance de pagar, y menos por una potencia que no estamos utilizando. La prohibición de corte por 90 días con posibilidad de planes de pago tampoco se está respetando, ya que en algunas jurisdicciones están amenazando con cortar el servicio cuando sólo van 60 días. Nuestra crisis no se terminará con el levantamiento de la cuarentena, ya que probablemente estemos entre seis meses y un año sin soluciones en cuanto a los ingresos. Después, en lo que respecta al agua y al gas, al no poder constatar los medidores, las empresas están cobrando por consumo presunto, que viene de los meses de mayor ocupación. Así que es sumamente superior a lo que deberíamos estar abonando. Es muy complicada la situación que atravesamos en relación a los servicios públicos. En el tema impositivo, AFIP todavía no dio exenciones. Lo mismo ocurre con los impuestos inmobiliarios provinciales y municipales. Todavía tenemos que pagarlos y cada una de estas exigencias hacen que la caja sea más chica y que los establecimientos estén más próximos a un quiebre.
¿Con qué palabra calificarías el momento que atraviesa el sector?
-La que se me ocurre es "desesperante". Nosotros veníamos frenando ya desde principios de febrero, ya que nuestros asociados dependen del turismo de reuniones y a comienzos de ese mes iniciaron las cancelaciones de eventos. Estamos ingresando al tercer mes de ingresos bajos o nulos y seguimos esperando el tema de los créditos. Según la CAT, sólo uno de cada seis prestadores turísticos están recibiendo préstamos. En general, las excusas son que las empresas no califican porque necesitamos por lo menos seis meses para terminar de pagar los costos fijos. Por eso, las instituciones crediticas no quieren prestar con los plazos de gracia que se deberían cumplir en nuestro caso.
Una vez que se levanten las restricciones, ¿cuánto le tomaría a la hotelería volver a operar con cifras cercanas a la normalidad?
-Estamos hablando de dos años. El turismo es el cuarto complejo exportador de Argentina y el principal generador de empleo por millón de dólares invertidos. Por eso, el Gobierno debiera estar muy interesado en proteger estas fuentes de trabajo. Además, representamos el 7,1% del empleo formal, por lo que cualquier caída en este sector es drástica para los objetivos del Gobierno con respecto a lograr empleabilidad y formalidad. Primero habrá una reactivación del sector local. En China se está viendo que las primeras escapadas son a destinos locales y con oferta de naturaleza. De todas formas, con el corredor entre Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Tucumán, la gente podrá comenzar a circular libremente por allí. AHT ya lanzó una guía de buenas prácticas para que sus asociados se vayan preparando. Si el turismo nacional vuelve a funcionar en su máxima potencia será un buen salvataje para poder superar esta instancia. Igualmente, el corporativo local también será muy importante. A medida que más industrias se vayan levantando habrá mayor necesidad de alojamiento. Estamos a la espera de que se llegue a eso. Después, a nivel internacional nos veremos inmersos en la complejidad de que todos los destinos estarán compitiendo con otros países desesperados por recuperar pasajeros. Competiremos de una manera bastante salvaje con el resto de los prestadores mundiales. Sin embargo, Argentina tiene mucho para ofrecer y sobre todo en el aspecto de la naturaleza, que será muy valorada.
¿Cuántas entidades de la AHT están hoy en riesgo de quiebra?
-Tenemos 330 asociados y con la pandemia esa cifra creció. Se ve que los servicios que proveemos les resultan atractivos, lo cual es muy bueno para nosotros. No tengo el número exacto, pero por las últimas encuestas se puede decir que hay un 40% de nuestros asociados que está considerando un cierre definitivo. Esto involucra el aspecto no menor de cuánto tendremos para recuperarnos de esta crisis, ya que no sólo se trata de los meses que pasamos sino de los que se vienen. El cierre de un establecimiento no es fácil y menos en esta coyuntura, pero creo que se verá una contracción de la oferta hotelera en el país.
¿Cuánto tiempo más puede aguantar un hotel en estas circunstancias?
-Depende mucho del hotel y de si está cumpliendo con sus obligaciones fiscales, pago de servicios públicos y demás. Algunos pueden estirarse hasta tres o seis meses más, y otros no pueden ni 15 días más. Depende mucho del contexto, del tamaño y de las previsiones que haya hecho el hotel. Por ejemplo, con la ley de Ingresos Brutos que salió en Buenos Aires el año pasado, muchos establecimientos largaron sus reservas para poder reinvertir. Se comprometieron 450 millones de pesos en reinversiones en hoteles de la provincia y eso salió de las reservas de cada uno. Muchos que en otras circunstancias tendrían un mayor respaldo ahora están en una situación muy preocupante.
¿Tienen medido de cuánto sería la caída en ocupación para 2020?
-Teniendo 3 o 4 meses de ingresos al 0% es probable que caiga en un tercio o en la mitad entre un año y otro. En China, por ejemplo, se están viendo niveles de ocupación de entre el 5% y el 15% al cuarto mes de pandemia. Hablar de esas cifras implica una reducción de más del 50% interanual.
¿Cómo tendrán que reinventarse los establecimientos que trabajan con turismo receptivo o corporativo y que en una primera instancia deberán limitarse a recibir sólo pasajeros nacionales?
-Lo principal será darles tranquilidad a los turistas de que se cumplen los protocolos de sanidad. Esa será una de las reconversiones más importantes. Habrá un turismo nacional circulando, por lo que para captarlo tendremos que comunicar cuáles son los protocolos que estamos desarrollando. No sirve tener alcohol en gel en todos los ascensores y áreas públicas si no lo comunico.
Una de las posibilidades que manejan las autoridades es que tanto aerolíneas como hoteles retomen sus funciones, pero con su capacidad reducida a la mitad. ¿Hoy ustedes están en condiciones de abrir de esa manera?
-No, no se puede. El hotel no está preparado para trabajar al 50% y no habría propósito, ya que las habitaciones son unidades de aislamiento total, por lo que no habría ningún problema en que haya una persona en cada una. Lo que sí hay que ver son los espacios comunes de check-in y check-out, ascensores, desayuno. En eso consisten las buenas prácticas, que son algunas medidas que se pueden tomar en estos espacios para que funcionen. Hoy los supermercados establecen cuánta gente puede ingresar. Acá sucederá lo mismo y se verá cuántos huéspedes pueden ir subiendo a los ascensores, por ejemplo. Después se puede llegar a establecer la capacidad máxima del hotel en cuanto a las plazas. Uno que recibe cuádruples puede ser distinto a uno de singles, pero no tendría ningún propósito reducir la capacidad. Si sucede eso, habría que duplicar la tarifa automáticamente por un tema de punto de equilibrio. Será imposible salir de la crisis económica dentro de unos meses si debemos aumentar los precios y la gente no puede acceder a los alojamientos.
¿Cuál es la "nueva normalidad" a la que tendremos que acostumbrarnos en un hotel? ¿Qué pasará, por ejemplo, con las áreas de desayuno?
-Hay dos modalidades que se están evaluando, ya que el desayuno buffet no estará habilitado durante los primeros meses. Una alternativa es que se lleve directamente a la habitación y la otra es el take away, con un espacio en el que el huésped pueda tomar su caja y llevarla al cuarto.
¿Qué opinás de los sellos COVID Free?
-Es una certificación de buenas prácticas de salubridad. Es lo mismo que podríamos llegar a hacer acá. Sin embargo, yo estoy en contra del nombre, ya que es imposible garantizar eso. Es confuso y genera potenciales demandas. Imaginate que una persona contraiga coronavirus en un "espacio COVID-Free". Estaría bueno que no lo llamaran así en caso de que en Argentina se pudiera desarrollar un protocolo de buenas prácticas a implementar para cumplir con las exigencias de sanidad. Sería apuntar a algo inconcebible, incluso porque hay muchas personas asintomáticas. Por lo tanto, es imposible saber si alguien tiene la enfermedad aunque se mida la temperatura.
¿Cómo surgió la guía de buenas prácticas que lanzaron desde AHT?
-Fue por necesidad de nuestros asociados. Como institución trabajamos para que el tiempo sea lo más provechoso posible. Es una de las cosas que hicimos para abordar el "día después". Nos asesoramos con los infectólogos de Swiss Medical, que están trabajando con muchos hoteles que reciben huéspedes infectados con COVID-19. Con esto generamos recomendaciones para las distintas áreas de un hotel. A esta guía la pensamos para los más grandes y también puede ser implementado de manera reducida para los más pequeños.
¿Cómo van a desarrollar la capacitación para que el personal adquiera estas nuevas formas de trabajar?
-Hace un mes rediseñamos nuestra plataforma de capacitación y en solo un mes ya tuvimos más de 2700 horas de formación. Ahí vamos a subir todo el protocolo sanitario en diferentes cursos para que sean más accesibles para todos los empleados. Estamos lanzando webinars online y, luego, uno de los próximos cursos disponibles será de housekeeping. Con esta modificación incrementamos de manera drástica nuestra capacidad en línea.
¿Cómo están trabajando hoy con Hoteles Más Verdes?
-Actualmente tenemos más de 150 establecimientos certificados y otros 70 que están pasando el proceso de certificación a distancia. Todas las etapas que se pueden hacer de manera remota se están llevando a cabo y sólo quedará la auditoría para más adelante. Este programa está abierto para todos y estamos muy contentos, porque este tiempo que tenemos ahora es ideal para repensarnos y reconfigurarnos.
¿Están pensando un protocolo nacional junto a Nación y al resto de las entidades del sector?
-Siempre trabajamos en conjunto todas las instituciones. Se está hablando de un protocolo nacional, porque había muchos municipios que habían empezado a largar cada uno el suyo. A esta propuesta conjunta se adherirían todas las provincias y localidades para darle una comunicación clara al viajero. Son muy buenas todas las instancias que están haciendo de manera particular, pero es importante que exista esto a nivel nacional para que todos sepamos claramente las reglas del juego.
¿Qué están esperando hoy en materia crediticia?
-Fundamentalmente que lleguen instancias de tasas subsidiadas. Nuestro petitorio es una línea de créditos al 0% con plazos de gracia decentes, de por lo menos seis meses. El préstamo no puede ser para pago de sueldos, sino que debe ir directamente a reactivar el capital de trabajo y la cadena de pagos. Para relanzarnos tenemos que contar con un crédito que nos permita volver a operar.
¿De qué manera trabajan con las distintas filiales de AHT?
Nos reunimos permanentemente, aprovechando las plataformas digitales. Los vamos acompañando en muchos aspectos. Hay algunas que tienen problemas específicos en el aspecto contable, mientras que otros se preparan para una apertura inminente, como es el caso de Santa Fe y Jujuy. Por eso, necesitaban las buenas prácticas y cómo implementarlas. Después, el tema del ATP llevó mucho tiempo de charlas y explicación.
¿Habrá una apertura de hoteles discriminada por tamaño de las ciudades, en función de que en el AMBA se concentra alrededor del 60% de los casos de coronavirus del país?
-En principio, habrá un protocolo inequívoco para todos y de fácil acceso. Después puede haber algunos requisitos que se impongan en Buenos Aires, por ejemplo. No tanto por la exigencia en sí, sino por la demanda del turista internacional. Si observamos que en todas las capitales del mundo se pone en marcha algún requisito específico que no estaba previsto en las buenas prácticas, es muy probable que Buenos Aires, como un destino eminentemente turístico receptivo, lo imponga de manera informal y se empiece a desarrollar.
¿Hoy cuáles son las tareas del Observatorio Económico Hotelero?
-El observatorio cambió en función de la situación, ya que antes medía procedencia de pasajeros, tarifas y niveles de ocupación. Hoy eso, obviamente, está frenado. Actualmente se encarga de consultar cómo vienen las empresas con los ATP, los servicios públicos y los beneficios otorgados.
¿Tienen decidido qué va a pasar con la edición 2020 de Hotelga?
-Hay que ir viendo cómo avanzan las restricciones. Tal vez se pueda postergar un tiempo. Esperemos no tener que suspenderla, porque es una feria muy importante. Además, habrá proveedores de nuevos productos y servicios a los que tendremos que adaptarnos y será importante tenerlos a disposición.
¿De qué manera aconsejarías a los hoteles que hoy están con sus puertas cerradas y a la espera de la reanudación?
-Hay que aprovechar el tiempo al máximo. Existen muchísimas cosas por hacer, como capacitar al personal, apostar a la formación y a las certificaciones. Se pueden desarrollar cosas en el hotel que tengan costos mínimos y que normalmente son difíciles de ejecutar cuando hay huéspedes. Hay mucha formación online de distinta índole, desde Excel, Word y Power Point hasta servicio de ama de llaves, idiomas, administración del tiempo y resolución de conflictos. También hay que reorganizar los equipos y evaluar qué cosas no se estaban haciendo bien. En la hotelería siempre te lleva por delante la operatoria y por eso nunca hay tiempo para nada. Ahora sí lo tenemos y creo que es un buen momento para avanzar en todo eso que venimos posponiendo.