Visto y oído
Durante la ceremonia de Fair Play entre Brasil y Argentina, el piso 23 del Panamericano estaba a full entre representantes de la prensa y funcionarios de turismo de uno y otro país. Mientras el ministro Enrique Meyer esperaba junto al delegado de turismo de Río de Janeiro, Claudio Magnavita, a tener conexión directa con la TV de Brasil, un moderno dron con cámaras de video salió a hacer tomas desde el aire del trascendental momento en que el Obelisco se vistiera de amarillo y verde. Si bien el ruido que producía era molesto, la muestra de poderío tecnológico no dejaba de ser interesante. Sin embargo, lo más interesante fue cuando el cibernético pájaro sin alas conducido a control remoto sufrió un traspié técnico y se precipitó a tierra, rompiéndose en mil pedazos. La seriedad del momento impidió que los allí presentes rompieran en carcajadas, pero la cara de terror que pusieron los dueños de esta maravilla tecnológica, no será olvidada por mucho tiempo. Qué momento Macaya!!
Es bien sabido que uno de los más altos funcionarios de la cartera de turismo es un apasionado hincha del Rojo, equipo de fútbol que el domingo pasado se jugaba el ascenso a la Primera A en un simple trámite futbolístico ante Patronato de Entre Ríos, cuyo gobernador -Daniel Urribarri- es otro fanático del club de Avellaneda. Luego de la frustración que significó el empate en cero, y antes de recibir la cargada de sus amigos se apresuró a enviar un mensaje diciendo “somos unos pechos fríos”. Ante tan cruel verdad nadie se animó a hacerle llegar un mensaje sobrador. Menos mal que aún con complicidad del juez de línea lograron ascender, porque una vez se la perdonaron, pero tanta bondad tiene límites.
Entre tensos y acartonados estaban los invitados a un ágape que el Ente de Turismo de Tucumán había organizado en lo alto del Cerro San Javier. El protocolo fue roto por el mismo presidente del Ente, Racedo Aragón, quien sin preámbulos ni formalismos, comenzó con una serie de chistes creando un ambiente tan distendido que fueron varios los allí presentes que terminaron el almuerzo tomándose hasta el agua de los floreros. Muchachos: ni tanto, ni tan poco, ¿nadie practica la moderación?
Siempre hay excusas para festejar. Incluso el haberse salvado del desgraciado accidente de la avioneta del Río de la Plata de hace un par de semanas. Si bien el festejado no iba a ir exactamente en ese vuelo, estaba en la lista de viajes de inspección del hotel en Carmelo para la misma semana, y con el mismo avión y piloto. Cuando no es el momento…