"¿En serio? no me hagas ilusionar que me hace mal al corazón!" Le decía un empresario hotelero de la ciudad de Buenos Aires al funcionario del Ministerio que le confirmaba que el año que viene el Dakar vuelve a empezar y terminar en estos lares.
"¡Sabés que durante los tres años que los tuvimos por acá el hotel estuvo lleno en una época de vacas flacas como Fin de Año!" le decía a su interlocutor. De pronto6 se lo vio salir presuroso al establecimiento para fijarse si las sábanas y toallas tenían que ser renovadas de acá a enero. Previsor el hombre, ¿no?.

Mientras en Buenos Aires se anunciaba que la ciudad chilena de Iquique tendría dos días de descanso en el Dakar 2015 un mozo que pasaba con varias copas de agua por el salón de la cancillería tuvo un percance que le hizo volcar la bebida al piso.
Uno de los allí presentes, mientras leía las noticias en su celular, acotó “parece que el terremoto chileno tuvo una réplica en Buenos Aires”, comentario que fue muy mal recibido por los vecinos trasandinos. Mal momento para hacerse el gracioso.

El jueves de la semana pasada, durante el desayuno que Consolid ofreció para presentar los atractivos turísticos de Ecuador, un agente de viajes llegó veinte minutos antes de lo pautado y se sentó a comer medialunas con tanta voracidad que para cuando llegó el turno de ver el video promocional del destino, tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para mantener los ojos abiertos.
¿Será que le va tan mal en los negocios que aprovecha a comer en los eventos, o se trata de un caso de glotonería nomás?

No, fotos no te voy a mandar. Así de cortante contestaba un agente de viajes a la periodista de esta editorial al querer que sea parte de la nueva sección La Gente Opina.
Al insistir sobre la requisitoria, del otro lado del teléfono se oyó a un angustiado caballero que finalmente admitió que su falta de colaboración tiene que ver con su reciente operación de trasplante capilar y no quería quedar en evidencia. ¡Ahá!

Durante una capacitación que se brindó la semana pasada en un hotel del centro, un agente de viajes hablaba de su experiencia vivida en el destino en cuestión cuando de pronto un involuntario “provechito” lo sorprendió en medio de su comentario. El color rojo de su corbata quedó pálido frente al bochorno que llegó a sus mejillas. Pero muy serio finalmente concluyó su aporte y tomó asiento como un caballer