“Pensé que después de tantos años trabajando para posicionar a Aruba como destino entre los argentinos la desaparición física de Marcos Sydor iba a provocar más demostraciones de congoja y solidaridad para con su familia. Me da algo de vergüenza ajena”, decía un íntimo amigo de quien durante casi dos décadas se dedicó a promocionar las bondades de la isla caribeña entre agentes de viajes y medios de prensa.

La muerte lo sorprendió a temprana edad dejando a su mujer Caro, y sus tres hijos sin consuelo.

Seguramente a “la isla feliz” se le habrá borrado la sonrisa por el momento.

Durante la celebración del Día Nacional de México en la Embajada de ese país el pasado viernes, la flamante representante diplomática, Mabel Gómez Oliver, se dirigió a los presentes para decir “hoy no solamente celebramos el comienzo de la gesta de la Independencia de México sino que también celebramos el regreso de Argentina al escenario mundial... y que hacía varios años que nos debíamos trabajar juntos”.

¿Será que la grieta había llegado tan lejos y nos habíamos dado cuenta?

Los huracanes en el Caribe no sólo traen destrucción de bienes personales y vidas humanas, también provocan que se despierten las miserias humanas a escalas nunca vistas.

Un lujoso hotel, en una no menos exclusiva isla, contrató un ferry para sacar a sus pasajeros que se enfrentaban al huracán José, días después del paso de Irma.

Si bien el barco tenía capacidad de sobra se negaron a subir a 35 personas que se habían llegadao hasta el muelle buscando un medio de escape porque “no eran huéspedes del mencionado hotel”.

Obviamente las redes sociales se encargaron de viralizar la actitud nefasta de la administración central de la cadena hotelera internacional. ¿Alguien habrá pensado que no era una buena campaña promocional o sólo será parte del “efecto Trump”?

El Huracán Irma dejó una destrucción casi sin precedentes. Cuando todo pasó, las muestras de solidaridad se multiplicaron por millones, aunque también estuvieron los aprovechadores y los sin corazón. Tal es el caso de la cadena de pizzerías Pizza Hut, reconocida en todo el mundo, que envió un comunicado a sus empleados de La Florida en donde decían que lamentaban mucho lo sucedido, pero que el imprevisto natural no era excusa para llegar tarde o faltar...

Se ve que la cuota de humanidad no viene en el manual de estos empresarios.