Influencers, Papá Noel, egresados y metida de pata
Las y los “influencers” pueden resultar un buen negocio para algunas marcas y/o destinos ya que se garantizan que su nombre se expanda rápidamente entre los miles de seguidores. Pero al menos deberían asegurarse que sus productos se den a conocer correctamente ya que si su marca o destino turístico está mal escrito (o directamente se inventa uno) la inversión sale muy cara. Algo así se vió luego del MegaFam a Cuba en el Instagram de una famosa modelo argentina que fue invitada a recorrer la isla y no tuvo el menor empacho en decir que desde Varadero se podía ir a “Cayo Santo Domingo” entre otros. Si algún agente de viajes sabe de la existencia de este nuevo destino ¿podría decirnos dónde está?
La presentación del nuevo MAX de Aerolíneas Argentinas tenía muy entusiasmado a los periodistas del trade, así es que en fila fueron esperando su turno para pasar a la cabina y sacarle una foto al piloto y copiloto. Mientras una periodista se disponía a realizar la ansiada fotografía, el comandante esbozó: “Me siento el Papa Noel del shopping. ¿Viste cuando le dan el nene para que se saque la foto y no entiende nada y llora?”
¿El señor piloto sabrá que en verdad era un Papa Noel pero para adultos fanáticos de los aviones? Sólo que esta vez ninguno lloró y todos se fueron con una sonrisa dibujada en la cara.
Cuando el contingente de periodistas llegó hasta el mostrador de check in de un hotel cordobés donde serían hospedados para asistir al día siguiente a la presentación de la temporada de verano descubrieron que, tal como los contingentes de egresados de 7 mo grado, les habían asignado habitaciones ¡cuádruples! Si bien alguno se enojó en el momento, después todo se desarrolló con tranquilidad y dicen que hasta se los escuchó cantar ¡vamo´a ser feliz, felices los cuatro!
Durante la presentación del avión de FlyBondi en Córdoba, un reconocido camarógrafo tuvo la brillante idea de emitir una opinión sobre los modelos que portaban los auxiliares de vuelo: “la verdad, no me gustan nada los uniformes”, a lo que inmediatamente alguien detrás suyo replicó: “Los diseñé yo”.
Al parecer no tuvo otra solución más que pedir ¡Trágame tierra!
¿habrá tenido suerte?