IATA pidió al Gobierno porteño que cese los controles en EZE
María José Taveira alertó sobre la "superposición" de requerimientos para quienes arriben a esa terminal aérea y sean residentes o tengan como destino CABA.
Desde hoy, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires activó un sistema de testeo en Ezeiza y que es parte del mismo plan por el cual desde el 8 de diciembre quienes visiten BUE o sean residentes que se hayan ausentado del destino 150km y por más de 72 horas deben someterse a la prueba en los centros de control peatonales ubicados en distintos sitios de la ciudad.
En contra partida, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) que representa 290 líneas aéreas de todo el mundo envió una carta a Felipe Miguel, jefe de Gabinete de Ministros del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
"Me dirijo a usted para solicitar amablemente sea revisado el recientemente aprobado Sistema Especial de Control y Monitoreo para el ingreso de personas al territorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y se considere que el mismo no debe aplicar para los pasajeros que ingresen al país por vía aérea", comienza la misiva que está firmada por María José Taveira, Country Manager de la asociación para Argentina, Paraguay y Uruguay.
Básicamente, desde IATA apuntan contra la «superposición y duplicación» de los controles y requerimientos ya impuestos por el Ministerio de Salud de la Nación y la Dirección Nacional de Migraciones (DNM).
«La declaración jurada electrónica se
superpone con el requerimiento vigente de declaración jurada electrónica implementada por la DNM mediante la Disposición 3025/2020 y su modificatoria Disposición 3460/2020 del mismo organismo, de obligatoriedad a nivel nacional», especificada la carta.
Del mismo modo, hacen hincapié en que la imposición de una prueba de saliva al arribar en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini duplica la exigencia vigente de presentar un test PCR negativo dentro de las 72 horas de inicio del viaje en el punto de origen. En este sentido, remarcan que al tener un costo (2500 pesos) para los no residentes, representa un encarecimiento del viaje con destino a Argentina y en particular a la Ciudad de
Buenos Aires.
«Consideramos que toda duplicidad de controles y exigencias, así como medidas que impliquen un incremento en el costo del viaje constituyen un desincentivo para el viajero y representan una pérdida de competitividad frente a otros destinos de la región, siendo el ingreso de turistas internacionales una fuente importante de divisas tanto para la ciudad como para el país», detallaron desde IATA.
En resumen, solicitaron que se mantenga la uniformidad en los requerimientos con el fin de evitar confusiones tanto para los pasajeros como para los operadores. E insistieron en que no se exijan estos controles y requisitos para los pasajeros aéreos provenientes del exterior.
«Nos encontramos en total disposición para realizar una reunión a fin de poder aclarar cualquier cuestión relativa a la presente solicitud y trabajar de forma conjunta sobre los protocolos sanitarios para los pasajeros aéreos, acordes a las tendencias y mejores prácticas a nivel internacional», cierra la carta que envió la IATA al Gobierno porteño.