En este encuentro, Malvido propuso una instancia de diálogo gremio por gremio, en donde se van a establecer nuevas condiciones laborales. “El objetivo es potenciar la competitividad de cara a las nuevas inversiones que requiere el potencial de crecimiento de la empresa”, explicaron desde la compañía.

Según trascendidos, algunos de los 15 ítems que tendrán que revisar los gremios con la aerolínea, tienen que ver con por ejemplo, la reducción de la cantidad de estadías de hotel de los pilotos que hacen escalas en Roma y Nueva York; además de eliminar los dos asientos reservados para la clase Business, teniendo en cuenta los camarotes con los que ya cuentan los pilotos. Por otro lado, también se plantea la cantidad de tripulantes de cabina en los vuelos hacia Europa; por otro lado, se marca el hecho de que cada vez que un avión de AR se encuentra en suelo argentino, la conexión de la manguera de combustible la hace un mecánico de la empresa y no un empleado de la petrolera como sucede en otras aerolíneas.

Esta determinación se tomó a raíz del déficit que la empresa viene atravesando, y según la propia aerolínea “en los dos últimos años y medio se trabajó intensamente en reducir los pedidos de subsidios al Tesoro Nacional, pero ahora debe encararse una nueva ronda de discusión, buscando hacer más productivo el trabajo de los 12.250 empleados de la empresa”, afirman y sostienen: “En ese sentido, la empresa ha abierto ya en más de una ocasión mesas de diálogo con sus trabajadores buscando discutir condiciones laborales que permitan llevar su competitividad a los estándares de la industria, sin afectar la seguridad y calidad del servicio. Pero los resultados de ese diálogo han sido insuficientes para enfrentar lo desafiante del momento actual del mercado. Y, sobre todo, para  aprovechar las oportunidades que ese mismo mercado nos está ofreciendo. Por eso, Aerolíneas hizo ahora una convocatoria a sus dirigentes gremiales, dado que el tiempo que ha transcurrido sin obtener resultados pone en riesgo las inversiones y la sustentabilidad futura de la compañía.”

Lo que viene

“Entre 2015 y 2018, Aerolíneas Argentinas pasó de 74 a 83 aviones, pero además 24 de esos aviones son nuevos. Eso implicó un gran esfuerzo de inversión por parte de la compañía y un sólido apoyo del Tesoro nacional. Ahora se abre una nueva etapa, con la necesidad de renovar de manera urgente parte de la flota de vuelos transatlánticos y de cabotaje Embraer”, sostienen en el comunicado en el que indican cuáles son los pasos a seguir en el próximo plazo.

En esta instancia también alegan que si en el transcurso de 2019 no incorporan al menos dos aviones, Aerolíneas Argentinas “no estará en condiciones de cubrir todas sus rutas internacionales”, por lo que plantean un plazo de 60 días para iniciar un plan de acción al respecto. Vale recordar que en febrero de este año, la compañía dejó de volar a Barcelona y hace algunas semanas también canceló la ruta que unía la ciudad de Córdoba con la de Santiago de Chile.

En este sentido también expresaron que Austral cuenta con la misma urgencia y en los próximos 90 días deberá definir la renovación de su flota Embraer “ya que necesita aviones más modernos y de mayor porte para poder competir con los nuevos operadores que llegan al mercado”.

Al pie del cañón

Esta reunión se llevó a cabo en coincidencia con que se venció la Conciliación Obligatoria que había dictaminado el Ministerio de Transporte cuando el frente gremial compuesto por APLA, UPSA, APTA, UALA Y UPA, iba a efectuar una medida de fuerza  en el inicio de las vacaciones de invierno. "Nos hallamos en plena libertad de acción para continuar con todas las acciones gremiales, judiciales, políticas y comunicacionales. Dichas acciones serán llevadas a cabo en oposición a la política aerocomercial decidida por la coalición política gobernante de Cambiemos, avalada por el presidente  Macri y ejecutada por el ministro de Transporte Guillermo Dietrich”, esgrimieron en el comunicado.