Las nuevas pautas presentadas el martes pasado por la gerencia comercial de Aerolíneas Argentinas muestran una profundización en el cambio de la política de ventas que la compañía anunciara a comienzos de año.
La baja de comisiones fue el primer golpe importante para los agentes de viajes hace ya 16 años, quienes siempre mantuvieron como eje de sus reclamos el rol de intermediarios entre las líneas aéreas y el pasajero. Sin embargo, a pesar de la aplicación de la reducción de la comisión años más tarde, la actualidad los encuentra con un proyecto de negocio muy similar al de aquel entonces.
Hoy el planteo cala más hondo y tal vez el concepto de comisión cero podría ser el inicio de un fuerte replanteo de los empresarios del sector en la búsqueda de un futuro más sustentable, no ya por la comisión perdida, sino por la necesidad de incorporar nuevos productos a su portfolio como forma de hacer más rentable su negocio.
Aunque a muchos pueda no gustarle el nuevo escenario, la realidad es que la inmensa mayoría de las líneas aéreas en el mundo marchan en esa dirección y a pesar de esto los agentes de viajes no han desaparecido, aunque sí han mutado muchos de ellos en la búsqueda de nuevos negocios a partir de su contacto directo con el último eslabón de la cadena: el pasajero.
La situación vivida en el país durante la gestión de la administración CFK, que aplicaba políticas proteccionistas hacia Aerolíneas Argentinas, hacían innecesario realizar estos cambios en las aerolíneas vernáculas, dado que el proyecto de saneamiento y equilibrio de la compañía se desarrollaba con tiempos más laxos a los aplicados en la gestión del gobierno de Mauricio Macri; y esa falta de necesidad de cambios forzaba a las demás aerolíneas a mantenerse en un status quo imposible de romper por sí mismas, y a las agencias de viajes a dejar que el tiempo pase.
Hoy l escenario político es otro, y a la baja de los costos operativos se le suma la necesidad de reducir urgentemente el déficit estructural de Aerolíneas Argentinas, apurando un proceso que debería haber sucedido durante la gestión de Mariano Recalde probablemente.
La tendencia a nivel mundial para las compañías aéreas pasa por el interés que despiertan en el pasajero y su forma de conquistarlo y no por las necesidades de los agentes de viajes, que, a pesar de todo, continúan siendo su principal canal de ventas.
De la misma manera que ha sucedido en otros rubros es necesario que la venta de pasajes sea sólo un instrumento para captar clientes que consuman otros productos y servicios que ayuden a sustentar el negocio de las agencias de viajes, y que el cobro de un cargo de servicio por la gestión sea sólo la parte más pequeña de la reconversión.