Cuando la semana pasada el Congreso brasilero aprobó el impeachment a la presidenta Dilma Rousseff, algo cambió drásticamente en el mapa económico de la región.
Para “O País Mais Grande do Mundo” este es un año complicado y se lo va a hacer saber, fundamentalmente, a todas las economías regionales. 
La caída de los precios del petróleo y la soja, la crisis del Zika y la resistencia de gran parte de la población a la realización, en menos de dos meses, de los controvertidos Juegos Olímpicos, presentan una realidad que se muestra como una de las peores crisis de la historia brasileña, y esa realidad, sin dudas, se cruzará en nuestro camino arrojando un resultado que nos va a afectar, y mucho.
El clima político y económico de nuestro vecino, y principal socio comercial, se está enrareciendo cada día más, provocando una inestabilidad -algo de lo que los argentinos conocemos un poco-, que no sirve para generar tráfico de pasajeros en ninguno de los dos sentidos, provocando que los argentinos viajen menos a Brasil, y que los brasileños restrinjan sus viajes a nuestro país.
Esa gran masa de potenciales turistas brasileños que había ingresado a la clase media –cerca de 40 millones- está perdiendo poder adquisitivo y con ello las posibilidades de viajar dentro de su país y fronteras afuera, y como sabemos, Argentina es uno de los primeros destinos afectados, ya que están dejando de venir en forma masiva como antaño.
En el mientras tanto, el famoso bloque de economías emergentes conocido como BRIC, por Brasil, Rusia, India y China, estaría a punto de romperse, creando un nuevo grupo que se podría identificar como el RIC -Rusia, India y China-, que para nosotros serían turistas tan lejanos como difíciles de captar para suplir rápidamente la pérdida de turistas brasileros.
Las intenciones del Mintur por incentivar al sector privado para buscar nuevos segmentos de turistas en países lejanos, o recuperar mercados como Europa y Estados Unidos, tal vez sea una manera de reemplazar cantidad por calidad ante la ausencia de los pasajeros del país vecino, sin embargo aún es demasiado temprano para saber si la formula tendrá éxito.