Variada oferta gastronómica en Mar del Plata
Visitar Mar del Plata en verano no solo es una oportunidad para disfrutar de sus playas y de su naturaleza, sino también para realizar una serie de circuitos gastronómicos que incluyen desde los tradicionales mariscos en la zona del puerto, hasta el denominado ‘camino de las frutas y verduras’ por las afueras de la ciudad.
El Puerto de Pescadores es un símbolo de la ciudad equiparable a la rambla, el casino, playa grande o los lobos marinos, reconocido a lo lejos por el colorido de sus barcos y el aroma de los mariscos que invaden cada uno de sus rincones.
El itinerario está vinculado a la comunidad que allí reside, sus costumbres, su idiosincrasia, su economía y centro de producción local, que se nuclea alrededor de los diferentes puestos comerciales donde se pueden degustar los frutos de mar.
Además, en el área se encuentra el Museo del Hombre; puestos de venta que comercializan conservas y souvenirs; y agencias turísticas que ofrecen paseos embarcados que recorren Playa Grande, Cabo Corrientes, Varese y las playas del centro.
El circuito finaliza con una visita a la Cervecería Antares, de gran tradición en la ciudad y el resto del país, con la degustación de sus diferentes producciones en rubias, rojas y negras, tal como aconseja la agencia Tur Noticias.
El camino de las frutas y verduras
Otro de los primeros circuitos gastronómicos recomendados, y tal vez no tan conocido como el Puerto, es el “Camino de las frutas y las verduras”, que se encuentra en el denominado cordón frutihortícola en las afueras de la ciudad.
El itinerario permite conocer las diversas producciones, su historia, crecimiento e importancia en la economía de la región y la elaboración de platos locales.
Por ejemplo, se puede visitar la huerta agro ecológica: “Aromáticas y hortalizas Gourmet”, donde se observan los cultivos de diversas especies y los viajeros se aproximan a la tierra. Además, su suman al itinerario las fábricas artesanales de dulces Coyuncó y La Seño.
Las rutas y caminos vecinales que circundan Mar del Plata a través de paisajes serranos también invitan al viajero a degustar carnes asadas, escabeches y frutas y verduras en antiguos cascos de estancias de estilo colonial, donde se faenan animales, hay espectáculos folclóricos, domas, cabalgatas y otras tradiciones del campo argentino.
Algunas de las estancias de la zona son: Estancia La Trinidad (Autovía 2 kilómetro 396); Estancia Santa Isabel (Ruta Provincial 11, kilómetro 19,5); Estancia La Calandria (Ruta Provincial 88, kilómetro 15); Yiuzangó (Ruta Nacional 226, kilómetro 12, frente al Paraje Santa Paula).
Otras opciones en la región son: La Reserva, una fábrica de dulces caseros (Autovía 2, kilómetro 391,5, Estación Camet); y Complejo La Serranita (Ruta Nacional 226, kilómetro 24,5), unas 200 hectáreas con sierras, arboledas y una laguna.
Quintas y canteras
Otra de las opciones es el camino de las “Quintas y canteras”, una propuesta alternativa para sumar al paseo por los alrededores de la ciudad. Allí, se descubren las Canteras Batán, donde se conjugan las rocosas estibaciones del macizo de Tandilia con el verde de los cultivos.
La piedra que se extrae de esas canteras es la Cuarcita, también llamada Mar del Plata, la cual es muy utilizada en la fachada de los chalets de la ciudad balnearia.
En el camino se accede a un punto panorámico que permite tener una visión generalizada de las diversas canteras, las cavas o pozos (característicos en la fabricación de ladrillos), los hornos, las fábricas de cerámicos y los cultivos de quintas.
Se suman allí Granja La Piedra (a 14 kilómetro del centro de Mar del Plata), donde se realizan visitas guiadas, hay comercialización de quesos de cabra y toda una línea de productos naturales; y Complejo El Encanto (Ruta Provincial 88, kilómetro 8,5), con camping, cabañas, granja, piscina y actividades de turismo aventura.
Balcarce, los postres y la papa
El tercer itinerario gastronómico en los alrededores de Mar del Plata conduce hasta la vecina ciudad de Balcarce, que además de ser la principal productora de papas de la provincia de Buenos Aires, es la cuna del postre más famoso de las tierras bonaerenses.
El Postre Balcarce es una especie de versión criolla del imperial ruso, el cual es fabricado desde 1958 con la particularidad de no utilizar conservantes y dar especial importancia a la alta calidad de sus materias primas.
Los procesos productivos y gran parte de la historia de este postre se conocen en la Confitería Comoantes, donde también se elaboran alfajores, regionales de hojaldre, budines y pan dulces.
Originalmente conocido como “Imperial” sus inicios se remontan a la Confitería París de Balcarce, propiedad de Guillermo Talou, una marca que luego fue vendida a una firma de Mar del Plata.
Los ingredientes del postre son: base de bizcochuelo, merengue, dulce de leche, crema chantilly, coco rallado, vainilla en polvo, marrón glacé, nueces, praliné, crema de leche, pasta de almendra y azúcar impalpable para la cubierta, que en muchos casos es grabada a fuego con la inicial del lugar donde se lo elabora.
Cada mes de agosto se realiza en la ciudad también la Fiesta del postre Balcarce, cuando se lleva a cabo un concurso con la participación de más de 30 preparaciones y se homenajea a su creador.
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