Los últimos movimientos en las economías de países limítrofes podrían favorecer la llegada de los argentinos a destinos más allá de la frontera ¿Se prende una alarma para los balnearios de la Costa Atlántica, tradicionales para los nuestros a la hora de elegir un lugar para vacacionar?

Durante todo el año pasado el común denominador a la hora de hablar de vacaciones en Brasil era que, si bien ofrecen un servicio de gran nivel, los valores que se manejaban, producto de la sobrevaloración del Real, la moneda oficial brasileña, frente al peso nacional, transformaba al país de la alegría en un destino poco accesible para el bolsillo promedio argentino. Algo similar pasaba al cruzar los Andes para llegar a Chile, o el Río de la Plata para arribar a Uruguay, y encontrarse con precios todavía altos para los turistas de nuestro país.
El 2011 parece haber llegado con cambios en el plano económico, no directamente en la balanza comercial de la Argentina -ya que de momento la moneda norteamericana sigue planchada y no hay mayores variaciones en el compra-venta-, pero si a nivel económico para los países limítrofes, que afectan plenamente las posibilidades de los argentinos a la hora de decidir dónde pasar sus vacaciones.
Además, hay factores que van más allá de la buena voluntad que pueda existir en los destinos nacionales, y que pueden afectar el volumen turístico en la Costa Atlántica de la provincia de Buenos Aires, el punto de descanso por excelencia para los argentinos en Argentina: los precios más altos que se están manejando, las recurrentes noticias que hablan de “inseguridad”, la falta de combustible en surtidores y de efectivo en cajeros.
 
¿La oportunidad de volver a Brasil?
La flamante presidente del Brasil, Dilma Rousseff, estrenó su mandato con una serie de medidas que la separan un poco del accionar de su co-partidario y ex presidente, Lula da Silva. Entre las decisiones tomadas se encuentra  la “guerra al súper real”, que no es más que la devaluación de la moneda brasileña para evitar que se vea perjudicada la actividad productiva de su país. De momento, esta es la movida que tiene más influencia y trascendencia con respecto al turismo emisivo de la Argentina, aunque “son infinitas las medidas a tomar”, según aclaró el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, durante una conferencia de prensa.
En los últimos años, EstadosUnidos colocó muchas divisas en países emergentes para planchar las monedas locales. En Brasil a pesar de aumentar los intereses por capitales extranjeros, igual se produjo una fuerte inversión de moneda estadounidense, que dejó un dólar semi-planchado y un real sobrevaluado que ahora se ven obligados a ajustar.
Esto podría producir que con el transcurso del tiempo, Brasil deje de ser un destino tan caro, menos aún para quienes están en un punto geográfico cercano y duden entre pasar sus vacaciones en la costa argentina o en un destino en el extranjero, con todo lo que esto significa.
“Podemos esperar una devaluación paulatina a lo largo de un año del Real con respecto al Dólar de entre el 20 y el 30 por ciento”, le anticipó a este medio Juan Maiztegui, gerente de Producto de Principios Tour Operador, con respecto al comportamiento de la moneda brasileña, aunque descarta grandes cambios en el comportamiento del turista argentino en el corto plazo ya que “este ajuste se podrá apreciar recién a mitad de año. El incremento de la venta -que supera en un 25 por ciento al año anterior-, hasta el momento, no se debe a las variaciones del Real sino a una mayor cantidad de dinero circulando en Brasil y acá”.

Chile siempre estuvo cerca
En la última semana circularon informaciones de que se estuvo produciendo una leve baja en los precios que se manejan en el país trasandino. La devaluación de la moneda chilena frente al dólar norteamericano ha beneficiado a los turistas argentinos que con la misma cantidad de plata pueden comprar más pesos chilenos. Aunque de momento no se trata de un cambio mayor, es un alivio para el bolsillo de quienes ya se encuentran veraneando allí -según la casa de cambio, se produjo una rebaja cercana al 5 por ciento con respecto al dinero necesario para poder adquirir los mismos productos-.
Denegando la posibilidad de crisis, en Chile son optimistas con respecto a esta medida tomada por su Gobierno. Ana Bahamondes, directora de Turismo de la Municipalidad de La Serena señaló que con respecto al mes de enero “la llegada de turistas va a subir entre un 5 y 10 por ciento respecto al año pasado’’.

Competencia de hermanos
“Punta del Este tiene su público año tras año y no creo que sea una competencia para el público de la costa, que si está muy cara puede empezar a competir con Piriápolis, La Paloma, Atlántida, La Pedrera, en vez de irse a Mar del Plata o San Bernardo”, explicó en diálogo con Mensajero, Joaquín Albamonte, responsable de Marketing de Grupo 8.
Albamonte además aclaró que la actual temporada ha decantado de una manera muy similar a la del año pasado -“una buena temporada”-. En lo referido a los costos durante la estadía en el destino señaló que “los precios en Uruguay no están más caros. Punta del Este es un destino caro, pero el costo de vida en Uruguay es igual que en la Costa, salvo algunas cosas como la nafta”.

Optimismo de verano
“Esta primera semana terminó con muy buenos números”, había informado Ignacio Crotto, secretario de Turismo de la Provincia de Buenos Aires, y añadió que “esto recién empieza y dentro de un par de meses vamos a decir que fue muy buena temporada”.
Apoyado en la tradición, Rodrigo Torre, secretario de Turismo del Partido de la Costa, defendió el potencial de las vacaciones en las costas argentinas durante su conversación con Mensajero: “los 1200 km de playa que tiene la provincia de Buenos Aires tienen una particularidad: son destinos que han sido forjados por el turismo familiar y el turismo de amigos, que no compite con Brasil. Si vos observás la oferta recreativa que tienen nuestros destinos -dejando de lado el ‘Sol y Playa’-, es una fortaleza que tenemos como centros turísticos. Además, una familia en auto en unas horas puede estar en cualquier destino de la Costa”.
El responsable de Marketing de Grupo 8 también adhirió a la idea de Torre: “la costa tiene un público que va año tras año. Puede estar más cara o menos cara pero siempre va gente. Todos los años se dice que está más cara pero igual se llena”.
Por su parte, el Secretario de Turismo del Partido de la Costa aporta una mirada interesante con respecto al turismo emisivo y receptivo, hacia un concepto más integral dentro de la región: “son bienvenidos los turistas que pueden venir a la Costa -que ya no viene sólo a la Patagonia y al Norte-, como los argentinos que pueden ir, ya que se genera un proceso de integración mucho más amplio de la variación monetaria que pueda haber”.

Hace un año

A esta misma altura, el año pasado veranear en Brasil o en Uruguay resultaba hasta un 10 por ciento más caro que en la costa argentina. La devaluación del peso argentino frente al real y al peso uruguayo llevó a que los alquileres, el combustible y la carne, se ubicaran entre los productos más caros.
Para entonces un alquiler en Mar del Plata -por ejemplo- en la primera quincena de enero, costaba aproximadamente 1.800 pesos, a la vez que un departamento similar en Florianópolis,  alrededor de 6000.
El combustible en Uruguay oscilaba era un 57 o 79 por ciento más caro, como las cenas, que en Mar del Plata promediaban los 45 pesos por cabeza, mientras que en Punta del Este los 20 dólares.</addres