Dicen que nada enseña mejor que la práctica, tal vez por eso las autoridades ucranianas acaban de abrir un programa de visitas oficiales a la planta nuclear de Chernobyl que sufriera en 1986 el peor accidente de la historia en una instalación civil. Según la directora del Programa de Desarrollo de la Naciones Unidas, Helen Clark, ellos aprueban este plan porque éste podrá ayudar a la región en el ingreso de divisas y dejará una importante lección sobre la seguridad nuclear.
Esta apertura de Chernobyl al turismo se debe, también, al hecho de que en varias zonas, incluso de algunas próximas al antiguo reactor, la radiación puede ser hoy baja. Igualmente todo estará bajo un estricto control, incluyendo el tiempo de permanencia en estos lugares que, 25 años después, continúan presentando niveles de radiación elevados; un hecho inevitable cuando se sabe que la radiación de elementos como el plutonio permanece durante miles de años.
Las visitas turísticas a Chernobyl eran una realidad, aunque realizadas de forma independiente, sin estructura o cobertura oficial.
Entre otras atracciones, los turistas podrán visitar las ciudades de Chernobyl y Pripyat, evacuadas después del accidente de 1986.
Con estas medidas de seguridad el sitio de Ucrania competirá directamente con otros destinos trágicos como la Zona Cero en nueva York y Auschwitz.