Resistencia verde
La historia comienza en el 2012 cuando el por entonces legislador José Luis Acevedo (ahora Diputado nacional) del bloque PRO elaboró un proyecto de ley para la licitación e instalación de bares en parques y plazas de la Ciudad de Buenos Aires cuya superficie superen los 50.000 metros cuadrados.
El tratamiento del proyecto se demoró dos años, no sólo por los tiempos legislativos, sino por las discusiones ente los integrantes de la Asamblea Legislativa.
La primera sanción de la ley se llevó a cabo en el 2013, mientras que la aprobación surgió en el 2014.
En ese año, mediante la Ley 4950 se estableció la instalación de bares en distintos espacios verdes de la ciudad que cuenten con más de 50 mil m2 de superficie. Esta medida abarcaría 37 plazas y parques.
En esta ley se dispuso que estos bares, además de cumplir su función, deben ofrecer otros servicios tales como sanitarios accesibles para todos, una estación saludable, estacionamiento para bicicletas, Wi-Fi, una biblioteca y un espacio en donde puedan presentarse artistas callejeros.
Por otro lado, entre las disposiciones se establece que estos establecimientos deben ofrecer alimentos bajos en sodio, de bajas calorías, frutas, verduras y propuestas para personas diabéticas y celíacas; además, no podrán vender bebidas alcohólicas ni cigarrillos.
Según la Ley “el 30% de los permisos de uso a otorgar deberán ser destinados a Organizaciones No Gubernamentales y/o Entidades de Bien Público sin fines de lucro que estén destinadas a la atención y/o ayuda, en forma directa o indirecta, de las personas con discapacidad, Asociaciones Civiles sin fines de lucro, Cooperativas y Fundaciones, que cuenten con domicilio legal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Este apartado es algo que Acevedo se encargó de aclarar en una entrevista que realizó en Infobae en donde específico que la administración de cada uno de los locales, tendrá una gestión asociada, por lo que no queda netamente arraigado a una concesión privada.
La carta fuerte del Gobierno de la Ciudad y del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, es que para preservar el espacio verde, los bares no pueden tener una superficie mayor a 120 m2 entre el área cubierta y descubierta que le pertenezca al establecimiento. Tampoco podrán estar cerca de estatuas, monumentos o esculturas, además, los bares deberán estar separados por al menos 200 metros y no podrá haber más de cinco de ellos en cada plaza. Asimismo, tampoco podrán estar a más de 70 metros de otros bares establecidos en otras calles cercanas al parque ya que por lo contrario, se generaría competencia.
De todas formas, estas disposiciones no conformaron a los vecinos de diferentes Asambleas barriales que salieron a defender sus espacios verdes desde que la ley salió a la calle.
El primero
En el 2015, el Parque Chacabuco fue el primero de la lista para comenzar con el proceso de licitación y se preveía una inversión de $4, 5 millones por parte del Gobierno de la Ciudad para poder levantar el local gastronómico.
En el medio, vecinos y legisladores de la oposición se expresaron en contra de este emprendimiento y juntaron 3600 firmas para frenar la iniciativa, además de realizar diversas asambleas y trabajo de concientización en el resto del barrio. El argumento que expusieron para oponerse fue que el parque ya había perdido 12 de 20 hectáreas del espacio de verde que tenía antes de la construcción del polideportivo, la Autopista 25 de Mayo, entre otras construcciones que le ganaron terreno al pasto.
Esta iniciativa consiguió que se frenaran las obras, aunque los vecinos no saben hasta cuándo.
“Nosotros estuvimos peleando mucho por el Parque Chacabuco, que por dos años fue el único parque en donde se quería instalar un bar. Hemos tenidos triunfos importantes, pero siempre está el temor de que quieran volver a las obras”, declara Irene Cutillo, integrante de la Asamblea Parque Chacabuco.
“Este parque es muy sufrido, porque antes tenía 20 hectáreas de verde y hoy no llega a tener ocho. Así que otro bar (NdR: ya hay uno instalado hace algunos años) es causarle un daño y se destruye un lugar que fue pulmón verde de la ciudad. Hoy no lo podemos llamar así porque se ha reducido a menos de la mitad de verde”, agregó Cutillo quien también puntualizó en que están trabajando para volver a recuperar algo del verde que se fue perdiendo por las distintas obras que se realizaron en el parque.
Por otro lado, también hizo hincapié en que desde el Gobierno de la Ciudad no les dan una respuesta concreta en base a la preocupación.
Parque Patricios en alerta
“Este proyecto que se aprobó en el 2014, fue inconsulto y va en contra de la misma Constitución de la Ciudad, ya que que estas cuestiones de reurbanización, y sobre todo estas modificaciones en lo que respecta al espacio público que es de todos, tiene que tener participación de los vecinos y de los ciudadanos, y en este caso, eso no sucedió”, plantea Maximiliano Maldonado, vecino del barrio y miembro de la Red Interparques y Plazas.
Hay varias cuestiones que preocupan a los vecinos del parque, pero una de las más relevantes tiene que ver con que el año pasado, el Gobierno de la Ciudad presentó un proyecto para poder instalar un bar adentro de la biblioteca “Enrique Banchs” que se encuentra dentro del espacio. Organizados, los vecinos pudieron frenar la construcción bajo un amparo, pero luego, el mismo fue revocado cuando desde Ciudad enviaron un proyecto nuevo.
El pasado 27 de enero los vecinos autoconvocados Por el Parque Patricios Sin Bares, llamaron a una conferencia de prensa con el fin de informar los motivos de su postura. “Los vecinos, usuarios diarios de este espacio verde, entendemos que el emplazamiento de un bar en ese parque resulta totalmente innecesario, ya que alrededor, actualmente, se encuentran emplazados más de 20 bares y restaurantes, cafés y heladerías. Así, su construcción en el interior del parque significaría la mercantilización y privatización de tierras públicas, la supresión del derecho a los bienes comunes y la apropiación de recursos naturales públicos”, expresaron.
Con firmeza
No sólo Parque Chacabuco y Patricios se muestran en contra de la instalación de bares, sino que otras asambleas vecinales también se están organizando para manifestar su descontento. Como sucede con la Asociación de Amigos del Parque Tres de Febrero, quienes se oponen a que el antiguo chalet donde funcionaba El Tambito, se reforme para hacer un bar.
El próximo paso, tiene que ver con el 4 de marzo se realizará un festival en Parque Patricios con el fin de visibilizar la problemática e impulsar el proyecto para derogar la Ley 4950, según explican desde las diversas asambleas y agrupaciones. El proyecto será presentado en las primeras semanas de marzo.
“Pienso que puede haber posibilidad de que se derogue la Ley. Habrá que pelearla y discutirla bastante. El proyecto ya cuenta con la firma de muchas asociaciones que nos apoyan y el festival servirá para hacer una difusión masiva”, comentó Cutillo. En esa misma línea, Acevedo agregó: “Vamos a ir por la derogación. Para el 4 de marzo estamos preparando un gran festival, junto a cientos de agrupaciones, organizaciones y asambleas de toda la ciudad y desde ahí vamos a impulsar acá el proyecto de derogación, que se presentará los primeros días de marzo”.