Una de las obras más geniales de Julio Cortázar puede describir la situación de Marsans Viajes en Argentina. El sumario en el que está trabajando la Secretaría de Turismo de la Nación. Los pedidos de quiebra, la falta de garantía y las repercusiones en España donde la tormenta no se detiene.

Justo antes de la navidad dejaba de volar Air Comet y dejaba cientos de pasajeros varados (muchos de ellos argentinos) en el aeropuerto de Madrid. En una pendiente hacia abajo que se inició hace años y no parece tener fin, ahora la Secretaría de Turismo de la Nación le inició un sumario a Marsans Viajes por la complicada situación financiera que atraviesa, evidenciada en la entrega de numerosos cheques sin fondo y tres pedidos de quiebra. Mensajero ya había anticipado en sus editoriales poco después de la FIT que el futuro de la empresa era incierto. En noviembre el grupo Marsans había firmado una carta de intención para venderle Marsans Viajes Argentina a la Organización Turística de Bariloche (OTBA) por dos millones de euros, pero, después de un mes y medio de revisión de los números, OTBA desistió de la compra. Mensajero lo había anticipado a pesar de la desmentida de la compañía.

La palabra de SECTUR
“Decidimos abrirle un expediente básicamente por la mala situación financiera que presentaba la empresa” abrió el diálogo con Mensajero, Gonzalo Casanova Ferro, director Nacional de Gestión de Calidad Turística y explicó: “Nosotros empezamos a tener algunas dificultades con ellos sobre mediados de noviembre, cuando teníamos noticias de que había cambiado el directorio. Entonces les pedimos, como a cualquier empresa, que informaran cuál era la nueva composición del directorio y demás formalidades. Al principio no nos contestaban, después nos pidieron una prórroga, se las concedimos, se venció. Hasta ahí todas cuestiones de carácter formal. Sí un problema de comunicación, que, atendiendo que se trataba de una empresa grande llamaba la atención. Cuando fue el tema de Air Comet aumentamos el zoom y ahí nos anoticiamos de que venían con una situación financiera complicada. Entonces les requerimos otro tipo de información. Ahí vimos con sorpresa y preocupación que había muchas cosas que no terminaban de cerrarnos, por ejemplo los tres pedidos de quiebra que tenían y es de donde surge el dato de que había cheques girados sin fondos”. Consultado por el momento en que comenzaron a surgir los cheques sin fondo y el monto que los mismos representan, Casanova Ferro prefirió no brindar los datos ya que “forman parte de la confidencialidad que le debemos a todas las agencias. Lo que sí puedo decir es que no son cifras siderales. Son cifras que, con el volumen de movimientos como el que podía llegar a tener Marsans, uno no se explica por qué dejaron que transcurriera el tiempo y por qué dejaron que el acreedor les terminara presentando una demanda. Son cosas que este tipo de empresas las soluciona mucho antes”.
En los últimos días los comentarios de los empleados de Marsans Viajes Argentina comenzaron a correr por la red de redes dando a conocer la situación de la empresa y la enorme cantidad de deudas que la misma tiene con ellos mientras los teléfonos de los altos mandos de la empresa siguen sin ser atendidos. En ese sentido, Casanova Ferro comentó: “Empezamos a mandar inspecciones diarias. Los empleados de la empresa nos dicen que ellos también son víctimas porque hace tres o cuatro meses que no cobran su sueldo. Y esto viene matizado con el hecho de que tratábamos de ponernos en contacto con los titulares de la compañía y no había forma de hablar con ellos. Ya el tono de nuestros requerimientos cambió y teníamos argumentos y semiplena prueba suficiente como para abrir un sumario por esta cantidad de irregularidades y de situaciones financieras complicadas”.

Sin seguro
Pero la situación no podía ser más grave: “Mientras tanto, la AAAVyT, que era la entidad que se hacía cargo del fondo de garantías se retiró. Con lo cual los notificamos de que antes de fines de enero tienen que acreditar un nuevo garante del fondo de garantías” comentó Casanova Ferro y confirmó: “Yo me puse en comunicación con el gerente y él me manifestó su misma preocupación, porque de alguna manera no deja de ser un empleado y esta situación lo tiene preocupado. Lo que me garantizó es que le iba a transmitir, tanto a las autoridades de España como al señor Magariños, al que no hemos podido ubicar, la voluntad de diálogo de parte de la Secretaría de Turismo para poder canalizar la situación como sea. Si deciden cerrar que lo hagan pero prolijamente y sin dejar varado a ningún pasajero”.

¿El retiro de la licencia?
El director Nacional de Gestión de Calidad Turística adelantó: “Para nosotros está corriendo un plazo que es vital, que es la restauración de la aseguradora del fondo de garantías de la agencia, que es lo que venimos reclamando e insistiendo con más ahínco y lo otro es la sustanciación del sumario que, si bien tiene plazos legales, en mucho depende de la prueba que se produzca. Podrá ser en más o en menos. El plazo cierto que hoy tenemos son estos días hasta fines de enero que tiene por delante para cambiar la aseguradora que era la AAVyT. Si la empresa deja transcurrir un tiempo y no ponen ninguna aseguradora para el fondo de garantías, se puede llegar al retiro de la licencia habilitante”.

Un auditor cruza el océano

A través de un comunicado publicado en numerosos medios españoles el grupo propiedad del presidente de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), Gerardo Díaz Ferrán, y de Gonzalo Pascual detalló que Marsans Viajes Argentina es una compañía de gestión independiente cuyo presidente Ejecutivo, Luis Magariños, “ha informado de una serie de problemas que para valorar adecuadamente requieren acción inmediata” y confirmaron que enviarán un auditor “urgentemente” para examinar “de primera mano” los problemas de su filial Marsans Internacional Argentina (Miasa).  "Miasa, que opera en el país iberoamericano desde 1969 con regularidad y eficiencia, ante los problemas recientes surgidos tomará las soluciones necesarias y adecuadas", afirmó el grupo.