Varias generaciones de esquiadores se reunieron en el cerro Catedral para celebrar una nueva edición de la Carrera de la Historia. Boinas, pañuelos al cuello, polainas, bastones de caña y la más variada diversidad en las ropas y los equipos hicieron de este tradicional encuentro un muestrario de modas y estilos.
Desde pulóveres de rombos estridentes a los primeros trajes de nylon, desde las tablas de lenga hechas en el taller de Tutzauer a los telemark, cuyo uso demostró con destreza Carlos Viaene, la Carrera de la Historia fue una vez más un paseo por las diversas épocas que transitó el esquí en los 70 años que lleva de historia en nuestro país.
Todo comenzó temprano, tal como estaba previsto, en la cabaña Oertle, y continuó en la pista Lynch, donde se hicieron presentes las instituciones históricas que desarrollaron el esquí en el cerro Catedral -como el Club Andino Bariloche, Parques Nacionales, el Club Argentino de Ski, la Escuela Catalina Reynal, la Escuela de instrucción Andina del Ejército, el Ski Club Bariloche y el CUBA, entre otros-, y en la que el jurado distinguió los mejores trajes, equipos y estilos.