Nos invaden los dinosaurios
El Parque Nacional de Talampaya en La Rioja ya cuenta con las primeras réplicas de los animales extinguidos y que serán parte del nuevo atractivo turístico “Los Dinosaurios del Triásico de Talampaya” que será inaugurado entre los meses de julio y agosto.
Esta nueva propuesta, que será auto-guiada y gratuita, aumentará la oferta del Cañón de Talampaya al recrear, mediante piezas artísticas a escala natural, la fauna y la flora que poblaban el territorio que ahora ocupa el Parque Nacional.
El ingreso al camino será por una portada especial, que alojará también una sala de proyecciones y desde allí se extenderá un sendero de 230 metros de extensión donde se exhibirán en orden cronológico las distintas especies de dinosaurios que habitaban la zona, realizadas a escala natural en fibra de vidrio y resinas sintéticas. A su vez, a lo largo del recorrido habrá pérgolas con bancos y carteles de señalización e información.
El trascendental suceso es producto del trabajo encarnado por un prestigioso equipo de paleo-artistas que construyeron, con el asesoramiento de paleontólogos del CONICET, las réplicas de los dinosaurios. En tanto que, esta obra fue financiada mediante un convenio entre el Gobierno de la Provincia de La Rioja, el Ministerio de Turismo de la Nación y se llevó a cabo también, gracias a la colaboración de la Administración de Parques Nacionales que aportó el desarrollo de la infraestructura edilicia, los senderos, las estaciones de muestra y pérgolas.
Cabe resaltar, que este Parque Nacional, creado como Parque Provincial en 1975 e incorporado como al sistema nacional en 1997, cuenta de una superficie de 215.000 hectáreas, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, conforma parte de la llamada Cuenca Triásica de Ischigualasto, una vasta región desértica que cuenta con al menos 250 millones de años de prehistoria.
Tanto los hallazgos fósiles de reptiles y plantas como los estratos geológicos analizados responden a un período en el que los grandes reptiles gobernaban la tierra. Acumulados durante cientos de miles de años, los sedimentos de diferentes colores y texturas quedaron al descubierto al elevarse junto con la Cordillera de los Andes hace 60 millones de años.