Hace unas semanas la administración de Aerolíneas Argentinas a cargo de Isela Costantini volvió a sacar a la luz una campaña de publicidad implementada hace un tiempo por Mariano Recalde que, de manera directa y sin piedad, atacaba a los micros de larga distancia. Las imágenes eran de por sí claras ya que se mostraba a un mismo pasajero en dos fotos: en una de ellas se lo veía demacrado y desprolijo indicando cómo quedaba tras un largo viaje en bus, mientras que la otra foto lo mostraba descansado y sonriente tras un corto viaje en avión. Obviamente que el tema comparativo entre costos también era central. 

Esa campaña de hace tres años hoy volvió a tener vigencia ya que los precios entre los dos medios de transporte vuelven a encontrarse muy cerca uno del otro (y a veces ubica al avión por debajo del bus) poniendo al viaje en avión al alcance de un numeroso público que al hacer un balance entre horas de viaje vs. costo, encuentra muy tentadora la propuesta de las aerolíneas. Y decimos aerolíneas porque LAN Argentina (y sus pares en Perú y Chile) también apelan a esa ecuación promocional con un slogan que dice: “el sueño de volar a precio de Micro”.  
¿Porqué la polémica entonces?

Haciendo historia

El tema no es nuevo, ya desde el surgimiento en los Estados Unidos y Europa de las aerolíneas “low cost” se buscó conquistar al pasajero de mediano ingreso para subirlo a un avión. El éxito en los mercados mencionados fue explosivo, y hoy no se podría imaginar un mapa de la aviación comercial sin actores como Ryanair, Vueling, Easyjet, Southwest, Iberia express, JetBlue, y muchísimas más. 

También nuestro país tuvo un conato de low cost con el modelo que Gustavo Andrés “Andy” Deutsch buscó imponer en LAPA allá por los 90’s. 

El ex piloto y propietario de Casa TIA, despuntó el vicio de la aviación comercial al recibir como parte de pago de un campo familiar la aerolínea Líneas Aéreas Privadas Argentinas en 1984 con dos aviones Saab y que culminó su existencia en el 2003, luego del lamentable accidente de Aeroparque en 1999. En esos quince años transcurridos desde que compró LAPA, la empresa creció hasta tener más del 30% del mercado argentino, y lo logró gracias a la agresiva campaña de vuelos baratos, “subiendo” los, hasta entonces, pasajeros de micro, al avión.  

El plan de negocios de Deutsch era convertir a LAPA en la empresa líder del mercado de cabotaje en la Argentina y, a más largo plazo, tratar de transformarse en una fuerte operadora en América del sur.

Desde 1993 LAPA empezó a volar con jets a las principales ciudades del interior y bajando las tarifas consiguió tasas de crecimiento que la llevaron a transportar 1,8 millón de pasajeros en 1998 y una participación del 26% en el mercado. Parte del suceso de LAPA se asocia a la explosión que experimentaron los vuelos domésticos en una economía en crecimiento. Entre 1992 y 1998, el número de pasajeros transportados en viajes de cabotaje más que se duplicó: saltó de 3,1 a 6,5 millones. “La estrategia fue sacarles pasajeros a los micros de larga distancia, que bajaron los precios a la par de los aviones”, señalaba Deutsch entonces. “Eso al mismo tiempo es un aliciente para seguir. Nuestro competidor es el ómnibus. Hay millones de personas que viajan en ómnibus y la idea es ir capturándolos de a poco. Pero al mismo tiempo que hay espacio para crecer a costa del ómnibus, la falta de rentabilidad es una gran debilidad para la industria. Ocurre que las tarifas son mucho más bajas que las norteamericanas y europeas, donde la existencia de gran cantidad de viajeros de negocios por ser economías descentralizadas geográficamente le salva la rentabilidad a más de una compañía”, declaraba el dueño de LAPA en 1999.

Hoy como ayer

La reaparición de la campaña “Llegá volando a tu destino” que la compañía estatal lanzó hace algunas semanas en la vía pública y que también replicó -aunque en menor medida- en las redes sociales. En los afiches, se ve a una misma persona sonriente tras viajar en avión y en muy malas condiciones tras viajar por ruta. Y se remarca que el primero tardó dos horas en el vuelo y el segundo veinte horas en micro.

Lo llamativo es que la imagen del “supuesto” pasajero es la misma que utilizó la campaña del 2013, cuando Mariano Recalde todavía era el presidente de la aerolínea estatal, pero que tenía un slogan levemente diferente ya que decía “Llegá volando. Viajá mejor”. 

Lo provocativo de la campaña no quedaba sólo en la imagen del pasajero de bus maltratado por las muchas horas de viaje sino que se llegó a colocar en la misma Terminal de Ómnibus de Retiro, hecho que fue considerado una provocación por los empresarios y los sindicatos del sector y llevó a judicializar el tema.

También ahora se hace mención directa a los largos y cansadores viajes en micro, volviendo a desatar el enojo de los empresarios del transporte terrestre.

“Es triste ver como Aerolíneas Argentinas se burla de los millones de Argentinos que habitan en centenares de ciudades, pueblos y parajes en dónde el avión no existe y el ómnibus es el único medio de transporte público. Que una empresa del Estado, que es de todos los argentinos inicie una campaña basada únicamente en la burla hacia los argentinos que en su mayoría no pueden acceder a ese medio de transporte es cuando menos, repudiable”, se quejó la Cámara Argentina de Larga Distancia (Celadi), que agrupa a las principales compañías del sector.

Además de la queja, la Celadi envió una nota formal al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y también hizo una presentación en la Justicia para reactivar una denuncia que habían hecho en 2013 por la campaña anterior. En ese momento, Aerolíneas retiró la publicidad y la Justicia consideró que con eso bastaba para no resolver. Aunque la Cámara intentó que quedara sentado que no se podían lanzar este tipo de campañas, no tuvo éxito.

En declaraciones a medios de prensa de voceros de la Cámara Argentina de Larga Distancia calificaron la campaña como “denigrante y engañosa” y con un mensaje “falso”. “Nosotros no maltratamos a los pasajeros como muestran los afiches. Y tampoco hacemos campaña contra los aviones”, dijeron. “Nos pareció poco feliz, desconoce la realidad del transporte y la cuestión federal. Una aerolínea del estado debería entenderlo mejor que nadie”, completaron.

Y es que son los mismos empresarios de los micros quienes con sus impuestos sostienen a la aerolínea estatal, con el conjunto de la sociedad argentina, claro.

La respuesta a esa reacción fue el levantamiento de la campaña ya que desde la línea aérea reconocen que “generó malestar” y que recibieron mensajes con críticas. “No queremos ningún problema, si generó un mensaje distinto al que pretendíamos, había que retirarla”, indicaron desde Aerolíneas, donde también reconocieron que hubo un llamado del Ministro Dietrich que trasmitió el fastidio de las empresas de micros.

La campaña tampoco habría tenido buena recepción entre los usuarios de las redes sociales, donde los mensajes fueron mayormente negativos. Incluso, muchos usuarios destacaron que los afiches estaban mal hechos, ya que el logo de Aerolíneas aparecía sobre el “viajero” demacrado. 

Los privados lo hacen

Como se hizo mención al inicio de la nota las filiales de LAN Argentina, (así como LAN Chile y LAN Perú) utilizan como “gancho” el beneficio de viajar en avión al precio de micro con su campaña “El sueño de volar al precio de micro”. Increíblemente es así, ya que en una oferta publicada en estos días el tramo Buenos Aires-Bariloche, ida y vuelta, se puede conseguir desde $ 2681 (precio final) o 12 cuotas de $ 224 para para volar en cabina Económica hasta el 30/06/2016 (viaje completo).

Buscando on line un viaje en bus a la ciudad de San Carlos de Bariloche en Suite (la categoría más alta) para salir entre el 30 de abril y el 7 de mayo, por tomar un viaje en Baja Temporada, el costo total ida y vuelta es de $ 3810. 
¿Porqué entonces la Celadi no reacciona de la misma manera que ante el mensaje publicitario de Aerolíneas Argentinas, cuando es muy similar en concepto? 

La gran diferencia en este caso es que se trata de la publicidad de una compañía privada, y como tal puede fijar la tarifa más conveniente para su negocio ya que no depende del dinero del erario para realizar sus servicios. De ahí que pueda llegar a ser considerada “agresiva”, sí, pero no por ello deja de ser bajo el riesgo de su propia viabilidad como empresa. Por lo tanto podrán argumentar que es una tarifa muy por debajo del costo real para ese trayecto pero no “denigrante y engañosa” como se tachó a la de Aerolíneas Argentinas. 

Ejemplificando

Las campañas promocionales de las aerolíneas low cost del mercado europeo suelen sorprender con tarifas que pueden sonar hasta ridículas. Entrando en este momento en la web de Vueling  podemos ver la oferta de un millón de vuelos desde 24,99 euros en tramos dentro de Europa. Así se puede encontrar una oferta entre Barcelona y Dublín por 29,97 euros en abril, mayo u octubre, por ejemplo; o a Ginebra por 24,97 euros.

Esos mismos tramos en una aerolínea de las llamadas tradicionales puede costarnos 71 euros para Dublín y 135 euros para Ginebra, ruta que en bus puede costar de 90 a 166 euros.