El Carnaval federal de la alegría tiene por objetivo principal recuperar la pertenencia y el lugar de encuentro de las celebraciones populares, como expresión libre de las culturas regionales.
El feriado nacional de carnaval, que este año se festejará el lunes 7 y martes 8 de marzo, 40 días antes de la celebración de la Pascua, está previsto en el cronograma de feriados establecido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para impulsar el turismo interno.
En la provincia los carnavales se realizarán en la ciudad de Salta, San Antonio de los Cobres, Tolar Grande, Cafayate, Cerrillos, Chicoana, El Carril, La Caldera, Pichanal, Orán, Tartagal, Campo Quijano, y Rosario de Lerma.  
Los carnavales salteños son marcadamente diferentes a los que se festejan en otras regiones del país. En ellos perduran reminiscencias ancestrales; además, la vasta geografía salteña, el escalonado relieve y tradiciones culturales diversas matizan su desarrollo, ofreciendo diferentes estilos y formas de celebrarlo.
En la región del Valle de Lerma, el carácter gauchesco y rural de la región le imprime un estilo particular de celebrar los carnavales. En esta región predominan como característica singular las carpas tradicionales, con típicos patio criollo, bombo, violín, caja; bagualas y zambas  los festejos carnestolendo se desarrollan con baile, música, n serpentina, agua y pintura.
Otro elemento importante son los corsos, con desfiles majestuosos de disfraces murgas artísticas, humorísticas y folclóricas en especial desfile de comparsas tradicionales que inspirados en diseño indígena presentan cajeros, brujos y gorros mayores decorados con rico atuendo y pluma multicolor.
En la región andina y puneña, el carácter andino y ancestral de comunidades kollas, le dan al carnaval un marco más ritual. Forma parte del rito agrario y ritual, que tiene como eje central la celebración por las cosechas, el agradecimiento a la Pachamama, los “Tomapientos de Comadres y Compadres”, con encuentros de copleros; el desentierro del carnaval y entierro del Pujllay, forma parte del tradicional ritual.
En la región de las Yungas, las costumbres y tradiciones de comunidades originarias, le da un marco particular a los carnavales. El baile ritual, la toma de chicha, la construcción de máscaras de madera y los típicos Tipoy y los bailes del PIM-PIM le dan a la festividad un tono muy emocional y reivindicativo de las costumbres originarias.