Una vez más el Aeroparque Metropolitano volvió a estar en la primera plana de los diarios por las demoras y las cancelaciones de algunos vuelos. Esta vez, fue una medida gremial de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) la que paralizó las operaciones de Austral y en parte la de Aerolíneas Argentinas.
El paro de los tripulantes de cabina y los comisarios de a bordo tomó por sorpresa a los pasajeros el martes y miércoles de la semana pasada, que sufrieron más de veintiocho cancelaciones o demoras y una importante cantidad de reprogramaciones de algunos vuelos de Aerolíneas Argentinas y, principalmente, de Austral. El Ministerio de Trabajo había dictado la conciliación obligatoria durante la noche del martes, pero el sindicato llevó adelante la medida hasta pasado el mediodía del miércoles.

Los motivos
Ricardo Frecia, que dirige la AAA, sostuvo que se trataba de una falta en la capacitación de sus afiliados. Según el dirigente, los cursos que recibieron los tripulantes de cabina de pasajeros no contaban con un importante ítem en el entrenamiento que reciben anualmente. Se trata del trabajo de preparación para la extinción del fuego en los nuevos aviones Embraer E-190, adquiridos por el Estado nacional para modernizar y ampliar la flota de cabotaje destinada a la operación de Austral.
El gremio de Frecia no avalaría los cursos que dicta el sindicato de pilotos de la empresa, la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA), según informó la agencia DyN. Mensajero intentó en varias oportunidades hablar con el gremio que representa a los aeronavegantes, pero no pudo comunicarse con ninguno de los integrantes de la comisión directiva.
La disputa con UALA no es nueva. Es que la AAA es más cercana a la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), que encabeza Jorge Pérez Tamayo, y que tiene un enfrentamiento de vieja data con UALA. La sintonía entre AAA y APLA quedó de manifiesto en un comunicado reciente, que señala que ambos gremios están unidos por “una profunda amistad”.
En sus declaraciones el vicepresidente de UALA, Carlos Rinzelli, señaló que “los tripulantes que se bajaron de los vuelos, como todos los que trabajan a bordo de los aviones de Austral, cuentan con los permisos activos, los que se vencen entre mayo y junio de este año”.
En diálogo con Mensajero, el gremialista indicó que la Gerencia de Instrucción de la empresa había aprobado los certificados de idoneidad de la tripulación que debía subir a esos vuelos. “Después de lo que pasó con LAPA, ¿un gerente de instrucción de una línea aérea va a aprobar un certificado que no cumple con todos los requisitos?”, se preguntó el dirigente.

Acusaciones cruzadas
En las discusiones entre ambos gremios Austral queda en el ojo de la tormenta, ya que es el real motivo detrás de la disputa. Es que tanto UALA como la AAA se acusan entre sí de buscar la destrucción de la empresa, aunque por motivos bien diferentes. Según el gremio que dirige Frecia los pilotos retrasan la capacitación de los nuevos tripulantes que deberían incorporarse en Austral, lo cual genera retrasos en los vuelos por falta de personal. Finalmente, según la AAA, UALA buscaría que tanto Austral como Aerolíneas se vean afectadas en su operación haciéndolas inviables y, una vez saneadas por el Estado, sean entregadas a “empresarios amigos” en una nueva privatización.
Desde UALA niegan estas acusaciones. “Tenemos una excelente relación con Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas Argentinas y Austral”, señaló Rinzelli. El número dos del gremio aclaró que la actual Comisión Directiva de UALA, que asumió en agosto y es encabezada por Claudio Somoza, no realizó ni un solo paro de actividades. “Somos los más agradecidos a este gobierno”, indicó. Incluso cuestionó al gremio de los aeronavegantes, ya que señaló que “en la AAA son todos de Aerolíneas y no saben lo que pasa en un vuelo de Austral”.
Por su parte, UALA acusa a los tripulantes de cabina de pasajeros de “querer destruir la Gerencia de Instrucción de Austral y que pase a depender de Aerolíneas”.
Pero Rinzelli llega más allá e indica que la AAA busca “el cierre y paralización de Austral”, con el objetivo de que sea absorbida por Aerolíneas.
El paro de la semana pasada fue una interna gremial. Pero en este caso, como en otras ocasiones, se expresó en una cancelación del servicio, en perjuicio no sólo de de los pasajeros, sino también de la empresa en su conjunto.

“Separación operativa”
Más allá de lo que sucedió la pasada semana en el Aeroparque, la disputa entre los gremios que representan a los trabajadores de Austral lleva largo tiempo.
Uno de los temas de esa disputa tiene que ver con que UALA, el gremio que representa a los pilotos de la empresa, pretende la separación operativa de Aerolíneas Argentinas y Austral, para que esta última funcione con personal y horarios independientes de Aerolíneas, medida que no comparte el gremio de los Tripulantes de Cabina de Pasajeros, representados por la AAA.
“Lo que pedimos es la separación operativa de Aerolíneas y Austral: separar los pilotos, mantenimiento, el contralor de los vuelos y la tripulación de cabina de pasajeros”, detalló Carlos Rinzelli, vicepresidente de U