Después de dejar de usar el avión presidencial, y comenzar a volar en aerolíneas comerciales, ahora se habla de una nueva licitación para comprar uno nuevo. ¿Qué pasará ahora?

No es la primera vez que se suscita la controversia acerca de la necesidad de que el presidente de la Nación se desplace en un avión comercial o en un avión privado. Muchos recordarán al B757 que compró Menem en 1992 pagando 66 millones de dólares y que tenía un interior que muchos jeques árabes de hoy en día le envidiarían: butacas masajeadoras en todo el avión, servicio de Internet Satelital, el área presidencial tenía revestimientos en caoba, un comedor para seis personas, un despacho con escritorio y sillones para las reuniones reservadas, y dos suites, una de ellas poseía cama doble y la otra con dos camas. El baño, con grifería confeccionada en bronce con pintura en color oro, incluía ducha y sillón peluquero.

Ese avión fue utilizado infinidad de veces por la familia presidencial de los Kirchner, primero Néstor y luego Cristina, ya que su residencia estaba en Río Gallegos o El Calafate y hacia allá se dirigían en cuanta ocasión tenían, protagonizando varios incidentes que cuestionaron su mantenimiento y la seguridad de sus ocupantes. En el 2004 yendo Néstor a Entre Ríos el avión sufrió una “falla en la combustión que ocasionó una explosión y fuego de la turbina izquierda” que obligó a un aterrizaje de emergencia. En el 2007 cuando la familia Kirchner volvía de Río Gallegos se recalentó el motor derecho durante la mitad del trayecto, lo que obligó “a bajar la potencia y la altura de vuelo unos 1.200 metros” en el resto del viaje, para a los pocos días tener una alerta de falla en el tren de aterrizaje. En el 2009 volviendo de Estados Unidos bajaron en Venezuela por un problema menor en el parabrisas y en el 2012 cuando la presidenta Cristina Fernández iba a viajar desde Río Gallegos a El Calafate se decidió cancelar el vuelo por fallas en las turbinas.

El avión fue dado de baja en enero de 2016 por el presidente Mauricio Macri, quien comenzó a desplazarse en aviones privados o aerolíneas comerciales, suscitándose el extraño caso de que a su regreso de Madrid el 26 de febrero de 2017 en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, se encontró a una pareja de narcotraficantes colombianos a los que se les detectó 21 kilos de drogas.

Bullrich Dixit

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó hace pocos días un informe en el que afirma que el presidente Mauricio Macri no puede viajar más en vuelos comerciales por el alto riesgo que eso conlleva.

“Un presidente no puede estar expuesto a que se suba a un avión una persona con un fin distinto a viajar, no puede estar expuesto a no volver en el momento en el que el país lo necesita y a no tener custodia”, dijo. ”Aconsejo que Argentina alquile un avión porque Macri así no puede viajar más”, sentenció. A continuación recomienda “la compra, adquisición o acondicionamiento de una aeronave de uso oficial presidencial” o “chartear o alquilar una aeronave (de manera exclusiva) con características de seguridad corroboradas, y efectuando un estudio de seguridad sobre la tripulación de la misma”.

En su extenso informe de más de 46 páginas argumenta que la seguridad es prioritaria y “la ausencia de custodia armada es uno de ellos. Como las aerolíneas comerciales no transportan personas con armas, “en caso de ataque directo, es imposible repeler la agresión. En este punto quedan comprendidos los pasajeros que deliberadamente o no: alcohólicos, usuarios de estupefacientes, pérdida de la cordura- constituyen una amenaza contra la seguridad presidencial”, plantea y continúa hablando del tema, específicamente, de los aeropuertos. “Los vuelos oficiales operan en bases militares con altísimas medidas de seguridad” mientras que “los vuelos comerciales transportan pasajeros y equipajes que, si bien pasan por controles de seguridad típicos, constituyen un riesgo mayor que un vuelo netamente oficial” ya que, según Bullrich, “se desconoce la profundidad y calidad de los controles, que no puede ser ponderada ya que varía según los países”.

Segunda licitación

El año pasado se llamó a licitación para la compra de un avión destinado al traslado del presidente pero esta semana el Gobierno publicará un aviso en el Boletín Oficial en el que anunciará que la misma fue dada de baja luego de que las nueve ofertas preseleccionadas no reunieran los requisitos.

En ese momento, y por sugerencia de sus colaboradores, se apuntó a la compra de un Boeing Business Jet (BBJ), por unos US$ 50 millones, el que iba a contar con una cama y una ducha, para poder relajarse en los viajes más largos. En julio recibió una preselección de naves que hizo la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), un organismo de las Naciones Unidas con sede en Montreal (Canadá), a quien le encomendó la tarea para transparentar la compra.

La OACI seleccionó dos Boeing Business Jet, pero (según informa Clarín de fuentes oficiales), luego de varios meses de deliberación interna, el Gobierno desistió de la operación porque “ninguno de los dos cumplía algunos requisitos técnicos”.

Al igual que la anterior licitación, el Gobierno delegará en la OACI la nueva convocatoria a los oferentes.

¿Qué pasa en el mundo?

En España siete aviones -dos Airbus A-310 y cinco Falcon 900B- integran la flota del 45 Grupo del Ejército del Aire, creado en 1956 y que se destina a viajes oficiales de miembros del Gobierno y de la Familia Real.

En el Reino Unido no cuentan con una flota aérea específica y el Primer Ministro (hoy Theresa May) se desplaza en aerolíneas comerciales y, en caso de que la delegación que la acompañe sea extensa, se alquila un avión. Mientras que la Familia Real británica sí tiene un helicóptero oficial “Sikorsky S-76 C”, pagado por el Ministerio de Transporte, y la Reina Isabel II viaja en avión, que por lo general se alquila según las necesidades. Si la soberana viaja a algún país de la Commonwealth, entonces ese país manda el avión. La realeza escandinava usa normalmente vuelos de línea regular. La Casa Real noruega no dispone de ningún avión para viajes oficiales y que sólo en ocasiones únicas, el Ministerio de Defensa puede poner a disposición un avión o un helicóptero; la Casa Real danesa informa que todos sus miembros usan “preferentemente” aviones comerciales. La Reina Máxima y su familia se trasladan en viajes de corto radio con un avión gubernamental, un Fokker Excutive Jet 70 con capacidad para 24 personas, pero en sus viajes a la Argentina lo han hecho con aviones de KLM.