La discusión que viene
De acuerdo a una resolución conjunta del Ministerio de Justicia y de la Secretaría de Transporte los pasajes de ómnibus de larga distancia sumarían a su precio un “cargo por seguridad” equivalente a un litro de gas oil. El presidente de la cámara empresaria confirmó a Mensajero que los privados discutirán la medida.
En plena campaña electoral, en la cual la cuestión de la inseguridad se ubica en el centro de las polémicas, el transporte de pasajeros de larga distancia se suma a esta búsqueda de una sensación de seguridad, también a la hora de viajar. La Resolución Conjunta 1778/09 del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos y 322/09 de la Secretaría de Transporte establecen una nueva tasa adicional que deberán abonar todos los usuarios que utilicen los ómnibus de larga distancia. El nuevo cargo extra tarifario será equivalente al valor de un litro de gasoil y se destinará a cubrir los gastos que demandará la implementación de un nuevo sistema de control y seguridad de los pasajeros y las encomiendas, por eso llevará el nombre de “cargo por seguridad”.
Si bien la resolución anticipa que se empezaría a cobrar a fin de año, una vez que los operadores de las terminales y estaciones de ómnibus pongan en marcha los nuevos programas de inspección y control, parece que la discusión recién comienza (ver recuadro); Mensajero dialogó con Mario Verdeguer, presidente de la Cámara Empresaria de Larga Distancia (CELADI), quien comentó: “Hay una resolución de la Secretaría de Transporte pero el sector privado no fue consultado. Nosotros no estamos en contra de todo lo que contribuya a la seguridad. Eso siempre es bienvenido, pero nos parece que esta medida debe ser acompañada por una disposición simultánea en todo el país porque esto se hace para crear un funcionamiento similar al del transporte aéreo pero el aéreo es punto a punto. Nosotros salimos de Retiro donde se tienen todas las condiciones de seguridad y a las 20 cuadras tenemos que volver a parar y ya no hay más nada, porque paramos en una esquina”.
Recargando por seguridad
El presidente de CELADI explicó a Mensajero cómo se aplicaría esta medida: “prevé que el recargo estaría incluido en la fórmula que determina el costo de la tarifa. Entonces para solventar los gastos de la seguridad en la terminal, se le pondría un ítem terminal a la fórmula con la que se conforma la tarifa para que de esta manera se financie este proyecto. Se ha previsto que el costo sea el de un litro de gas oil para las terminales de categoría A y de ahí para abajo en distintas categorías en función del equipamiento que tengan”.
Pero la medida también alcanza a las encomiendas ya que se cobrará una estampilla adicional, cuyo valor será definido en cada una de las terminales.
Pero la norma además establece que las terminales y estaciones de ómnibus de larga distancia tendrán que llevar adelante las tareas de verificación y control de todos los pasajeros y las encomiendas que se embarquen en sus instalaciones.
El primer paso que el programa de seguridad operativa les exige a las terminales es la separación de las dársenas utilizadas para las partidas y las llegadas de los ómnibus.
Para eso tendrán que levantar barreras físicas que impidan el contacto entre ambos flujos de pasajeros. En caso no de ser posible ese tipo de división, los operadores de las terminales deberán implementar un sistema de segmentación móvil, variando la cantidad de dársenas para salidas o llegadas de acuerdo con la concentración horaria de los servicios. Al igual que en los aeropuertos, las estaciones de ómnibus de las principales ciudades del país deberán contar con una nueva “zona de preembarque”, a la cual podrán acceder sólo los pasajeros y el personal autorizado.
En el caso de las encomiendas, el nuevo sistema de control establece que deberán pasar por una zona específica para ser inspeccionadas con escáners y equipos de rayos X preparados para detectar todos los elementos que puedan poner en peligro a los pasajeros.
La discusión que viene