La ciudad que no se ve
El objetivo es el de ayudar y mostrar lo que no se suele ver en un City Tour tradicional. Desde hace un tiempo se comercializan paquetes turísticos que ofrecen recorridos que se entrelazan con programas de voluntariado en centros comunitarios de villas de la ciudad.
“¿No sería una vergüenza viajar a Buenos Aires y solo mirar una parte de la ciudad?. Usted puede ofrecerse para realizar trabajo voluntario con nosotros durante un día, una semana, un mes, un año, o más tiempo ... y conseguir ver otro Buenos Aires sobre el cual las guías del viajero no le hablarán. Trabajamos mucho para mejorar las vidas de personas que viven en otro Buenos Aires”. Así se presenta desde su página web la agrupación Voluntario Global que trabaja con varias agencias de Buenos Aires para que los turistas vivan una experiencia diferente en su recorrido por Buenos Aires. Una de estas agencias es Tangol y así lo explica Lucas Markowiecki en diálogo con Mensajero Periódico Turístico: “Los recorridos o programas de introducción, como los llamamos, surgieron de la necesidad de mostrar la otra realidad de Buenos Aires, la que se supone que es peligrosa, pero en realidad tiene la presencia de personas humildes que todos los días intentan mejorar su calidad de vida”. Por su parte, Valeria Gracia, de Voluntario Global explica: «Somos una Asociación Civil que trabaja hace más de diez años en los barrios y desde hace tres años promocionamos programas de voluntariado que nos permiten sostener actividades de gran desarrollo y otras muy sencillas. Por ejemplo tenemos un centro de capacitación en computación donde los voluntarios enseñan a mas de 30 personas semanalmente. Las máquinas fueron compradas con las donaciones recibidas. Además, tenemos programas en educación con niños, capacitación en emprendimientos productivos con adultos, ayuda en la cocina y comunicación entre otros».
Un viaje diferente
De esta manera, los turistas extranjeros pueden conocer la forma de vida de los pobres de Sudamérica y, de paso, colaborar con ellos de alguna forma. Desde hace un par de años que el sector intenta comprender el significado de estas excursiones, como las que se realizan en las favelas de Río de Janeiro: ¿triste espectáculo o desinteresada solidaridad? Son las preguntas que podrían generar estos fenómenos turísticos del siglo XXI.
Todas las grandes ciudades de la Argentina ostentan villas que multiplican su extensión a medida que más personas se ubican por debajo de la línea de pobreza, más allá de lo que diga el Indec. Hace 30 años, las topadoras de Cacciatore las escondían para que los miles de turistas y periodistas que vinieron al país a disfrutar del Mundial de Fútbol no las vieran. Hoy son parte del paisaje de la ciudad.
Ya en 2005 todos los diarios de Argentina se habían hecho eco del Villa Tour, que animaba al turista a sobrevivir durante una noche en zonas “conflictivas” de la ciudad de Buenos Aires, como la villa 31. Estos servicios se promocionan también en Sudáfrica, India y México, e incluso en algunas ciudades de Holanda y Estados Unidos.
Lucas Markowiecki explica: “Los programas de un día o introducción sirven a quien nunca ha visto una Villa Miseria o a ingresado en un Centro Comunitario. Da la posibilidad de conocer, y ayudar. Ya que consideramos que quien va no sólo debe ir a mirar, sino que debe ser participe, ayudando por lo menos durante una hora en las tareas. Así los voluntarios, ayudan a servir la comida o la merienda de los niños, algunos colaboran en los juegos del día o en las clases de inglés a los voluntarios del programa más extenso que están allí y a los maestros”.
En uno de los sitios de Internet más visitados del mundo como es YouTube se pueden ver videos de diversas experiencias vividas en estas excursiones. Entre ellas, uno de los voluntarios afirma al realizar una descripción de sus vivencias en la ciudad: “Es una gran manera de conocer a la gente y de vivir una experiencia con la comunidad, además de darnos la posibilidad de colaborar en la generación de un gran cambio. Yo siento que de esta manera realmente pude conocer a la comunidad de Buenos Aires”.
En ese sentido, Markowiecki aclara: “La experiencia de los voluntarios es, por sobre todas las cosas, de integración absoluta. Se sienten parte del centro comunitario, comparten, aprenden y enseñan. Todo en un clima de respeto mutuo y comprensión de las limitaciones por parte de los voluntarios”.
Los recorridos
De esta manera, el paquete incluye transporte, comidas, guía bilingüe y guía del lugar, fotografías de su recorrido y materiales para los talleres y merienda con los niños. Y se presenta con una consigna: “Con nuestra presencia estamos ayudando a revertir la exclusión”. Así, un mediodía de martes o jueves, turistas extranjeros recorren una parte de la villa 1.11.14, ubicada en el Bajo Flores y asisten al Centro Comunitario La Chispa en un tour que dura aproximadamente cuatro horas. Y un miércoles o un viernes, se acercan al Centro Comunitario Los Pibes del barrio de La Boca, identificados con remeras de “Voluntario Global” para, de acuerdo a la presentación del paquete de la web: “Conocer uno de estos barrios desde adentro, caminar por sus recovecos, ver cómo son sus casas, el humor de su gente, interactuar con ellos e intercambiar anécdotas y experiencias. El programa Ver, Conocer, Descubrir… y Ser voluntario está dirigido a quienes quieran explorar estas otras formas de vida, ya sea para entender un poco más acerca de la exclusión social o para ver una realidad diferente”.
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