Los Kirchner quieren asegurarse una buena relación con los sindicatos de Aerolíneas y Austral. Asimismo, buscan una salida conveniente para el traspaso formal de las acciones de las compañías y anuncian incorporaciones para la flota de aviones. Los cambios más drásticos se dan en el directorio.

De alguna manera, la semana pasada el turismo volvió a ser protagonista en la quinta presidencial de Olivos. La última vez que el sector se había encontrado cara a cara con la máxima mandataria, Cristina Fernández de Kirchner, había sido el jueves 11 de diciembre del año último, cuando se anunciaron las medidas del Plan de Estímulo al Turismo Interno; el último jueves, si bien los invitados de honor eran los gremialistas de Aerolíneas Argentinas y Austral, y el tema que convocaba a todos allí era la política aerocomercial, la actividad turística no está al margen de lo que vaya a suceder con las dos empresas de aeronavegación más importantes del país. En la residencia oficial estuvieron presentes, además de la Presidenta, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; el secretario de Transporte, Ricardo Jaime; el jefe de Gabinete, Sergio Massa; el ministro del Interior, Florencio Randazzo; el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; el subsecretario de Turismo de la Nación, Daniel Aguilera; la coordinadora del Consejo Federal de Turismo (CFT) de la Sectur, Patricia Vismara; y el director Nacional de Gestión de la Calidad Turística, Leonardo Boto Álvarez, entre otros. El traspaso formal de las compañías a manos del Estado aún espera por definiciones, y el viaje de Cristina a España, donde se reunirá con su par José Luis Rodríguez Zapatero, será clave.

Buenas migas con los gremios
Se sabía que el jueves, en Olivos, Cristina iba a firmar un acuerdo con los representantes de todos los sindicatos que consistía en equiparar los incrementos salariales a cuenta de 2008 (el aumento asciende a un 19,5 por ciento) a cambio de que los trabajadores se comprometieran a unificar los convenios colectivos y a garantizar la paz social, evitando protestas y paros. Debido a los problemas de público conocimiento de las dos empresas, los aumentos que se habían acordado con distintos gremios durante el último año no pudieron alcanzar a los sindicatos de AR y Austral. Algunos dirigentes gremiales expresaron además que entre marzo y abril se discutirán las paritarias de 2009.
En lo que respecta al pacto de paz social, se preveía que se iba a acordar por tres años, aunque, antes del anuncio oficial en la quinta presidencial, el titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Jorge Pérez Tamayo, le aseguró a Mensajero Periódico Turístico que no había ningún plazo estipulado. “Todos los gremios tenemos la voluntad de sacar adelante a Aerolíneas. Queremos hacer todo lo que sea necesario para recuperar la confianza de los usuarios, y para que la transición (del Grupo Marsans al Estado) sea lo más rápida y lo menos dolorosa posible”, manifestó en diálogo con este medio.

Renovación de flota
Sin embargo, el acto del jueves no estuvo dedicado únicamente a hacer público el acuerdo entre el Gobierno y los sindicatos, sino que además sirvió para que desde el Poder Ejecutivo se enumeraran los logros alcanzados en Aerolíneas y Austral desde julio, cuando se produjo la intervención estatal, y se explicaran algunas acciones como parte de un plan de modernización de las empresas en esta nueva etapa. A la hora de pararse frente al atril, y no sin antes ser ovacionado (“olé, olé, olé, olé, Julio, Julio…”, le cantaron), De Vido destacó el rol del sector público como administrador de las compañías y reveló además que el Estado ya adquirió 12 aviones Boeing 737 para utilizar en vuelos de cabotaje. A su vez, comentó que se está gestionando la compra de aeronaves a Embraer, que servirían para cubrir vuelos de corto alcance de Austral, y que aspiran a poder incorporar más equipos para volar rutas internacionales. El Ministro expresó que los aviones que actualmente no están volando por problemas técnicos serán reparados en los talleres del Aeropuerto de Ezeiza y del Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery, y que esperan contar con aproximadamente 60 aeronaves activas para el mes de junio.
Ante la consulta de Mensajero, Pérez Tamayo consideró: “Para saber cómo debe ser la flota, tanto en lo que tiene que ver con la cantidad como con la calidad, primero hace falta tener un plan de negocios que sirva como guía. Aún no sabemos cómo va a ser nuestra participación (la de los trabajadores) en el manejo de las compañías, pero creo que se nos debe consultar antes de tomar este tipo decisiones”.

Silencio stampa
Desde hace casi un mes que se viene barajando la posibilidad de que el Grupo Marsans retire la demanda que presentó contra el Estado argentino ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), dependiente del Banco Mundial, si es que el Gobierno de Fernández de Kirchner decide adquirir una cantidad de aviones que el grupo español se había comprometido a comprarle a la fabricante Airbus. A pesar de esa hipótesis, y de las expectativas puestas en que algún funcionario hiciera referencia a ella durante el acto en Olivos, nada se dijo al respecto. Jaime dijo a los medios que tienen en carpeta la opción de adquirir algunos Airbus A330 y A340 para volar al exterior, pero nada más se supo el jueves.
El viernes, al cierre de esta edición, trascendió que la Presidenta le había pedido al secretario de Transporte y a De Vido que aceleraran las negociaciones para comprar alrededor de 30 de los más de 70 aviones que Marsans había encargado en 2007 a la fabricante europea. El Estado debería poner unos 1500 millones de dólares, y el grupo empresario daría marcha atrás con el juicio iniciado en diciembre. La primera mandataria busca con esto aliviar las trabas con España en torno al conflicto generado por el destino de las dos compañías aéreas.

Cambios en la cúpula

Horas después del acto en Olivos, tuvo lugar una reunión esencial para definir el futuro del directorio de AR y Austral. El Gobierno impulsaba la reducción en la cantidad de miembros que lo conforman (de 12 a cinco) y, paralelamente, la salida de los representantes de Marsans. Quienes estarán al frente de las dos compañías son Julio Alak -actual gerente de AR y AU-, como presidente; el ex interventor de Racing y amigo de Néstor Kirchner, Héctor García Cuerva, como vicepresidente; Gustavo Simeonoff y el abogado Juan De Dios Cincunegui, como directores; y Jorge Mateos y Javier Acosta, representando a los trabajadores bajo el Programa de Propiedad Participada. Los que se van son Gonzalo Pascual, Gerardo Díaz Ferrán, Horacio y Diego Fargosi, Eduardo Aranda, Enrique Meliá, Jorge Molina, Héctor Alonso y Luis Magariños.