Fitoturismo: otra cara de Neuquén
En el Pehuén se encuentran 40 kilómetros de bosque y estepa que rodean a la localidad neuquina de Villa Pehuenia, pudiendo descubrir lagos como Moquehue y Aluminé, practicar deportes de aventura y dejarte seducir por la gastronomía local.
Tanto si se prefiere hacer turismo solo, o en grupo, las diferentes agencias cuentan con guías turísticos especializados en la flora del lugar, que organizan salidas de pocas horas o de día completo, adaptándose a la forma física y las preferencias de los viajeros.
El centro turístico por excelencia para el desarrollo de esta actividad en la provincia de Neuquén, es la localidad de Villa Pehuenia y los alrededores de los lagos Moquehue y Aluminé, donde existen tres eco-regiones bien diferenciadas, el bosque andino patagónico, el semidesierto de altura, por encima de los 1.700 metros, y el área de transición a la estepa.
Las rutas no implican una gran exigencia física y tampoco es preciso tener conocimiento previo sobre botánica al contratar la excursión, por lo que cualquier persona puede lanzarse a la búsqueda de las violas que crecen en los cerros, una de las especies más apreciadas por los visitantes de otros continentes, por su rareza.
Según explica Alejandra Maza, una de las guías de trecking habilitadas por la Subsecretaría de Turismo de la provincia de Neuquén, en declaraciones a la agencia argentina Tur Noticias, el fitoturismo es una actividad que se diferencia del andinismo de altura y está orientada a la comprensión del paisaje circundante.
‘El pehuén define un montón de cosas, un área de la Patagonia norte distinta al resto de la región, porque al sur de Tromen no hay más araucarias; un elemento de alto valor turístico por su singularidad, en el aspecto cultural, económico, paisajístico y botánico; y una especie representativa desde lo etno botánico, asociado a la cosmovisión mapuche y lo gastronómico’, explica la guía.
La gastronomía es precisamente uno de los puntos fuertes de esta región. Un paseo por estas tierras patagónicas incluye la degustación del típico cordero, así como también chivos asados y truchas frescas recién sacadas de los lagos de origen glaciario. Una recomendación de los lugareños son los alfajores de piñón, amasados con la harina del fruto del pehuén.