Las decisiones del Banco Central que obligaron a las operadoras y agencias de turismo a reducir sus transferencias diarias en dólares al exterior de 150 mil a 75 mil las empujó fuera de los límites de la concordancia, ya que para la actualidad cambiaria da lo mismo que la empresa que debe realizar una trasferencia al exterior tenga más de 200 empleados o sólo tres. Una gran incoherencia dado que ambos casos, la limitación es la misma.
En consecuencia, esto separa dos realidades: la desventaja de las grandes operadoras al tener que recortar sus ventas y, por ende, sus ganancias; y la “oportunidad” de las agencias minoristas que se ven beneficiadas por los clientes rebotados por otras empresas que han dejado de financiar los viajes al exterior. Cada operador, entonces, lanzó su propio comunicado explicando las reglas de juego a las que se sujeta, mientras que otras simplemente se adhieren o rechazan. 
La industria turística de Argentina  se encuentra hoy en el ojo de la tormenta, donde la calma del diálogo aún no se ha roto pero que, posiblemente, tenga fecha de vencimiento. 

La génesis del apocalipsis
Si se buscase el cabo del enorme ovillo de presiones y limitaciones que cubre al sector es que desde el paradigma gubernamental el Turismo es un enorme agujero por donde se filtra uno de los mayores porcentajes de dólares al exterior. En pos de cuidar las reservas del Banco Central, la maniobra buscó disminuir la salida de dólares bajando los cupos de transacciones permitidas a las empresas turísticas. 
Esto, sumado al temor de una posible fuerte devaluación y la incertidumbre de los inversionistas propio de encontrarnos en vísperas de las elecciones presidenciales, genera en los pasajeros también una reticencia.

Biblioteca de reglamentos
A los operadores les resulta casi imposible encontrar financiamiento para poder ofrecer paquetes turísticos al exterior, dado que las posibilidades de crédito se limitan sólo a la compra de pasajes aéreos y por un lapso controlado. 
Por esto, las empresas turísticas se vieron obligadas a transmitirles a sus clientes con qué reglas seguirán surfeando sus ventas. 
Cada empresa tuvo que salir a competir con nuevas pautas impuestas desde la necesidad de subsistir en el mercado, afectando inevitablemente también al pasajero, dado que al perder la oportunidad de disfrutar de una financiación segura todo se hace cuesta arriba. 
Francisco Stengel, coordinador de Comunicación de Despegar.com, explicó al respecto en La Nación: “La decisión del Banco Central nos afecta, en especial a los operadores más grandes. Por eso eliminamos las cuotas en hoteles y paquetes de viaje al exterior”.
Algunos otros, en cambio, proponen congelar el precio de la divisa sólo 15 días previos al viaje. 

Opciones reducidas
Recientemente la operadora mayorista Juliá Tours publicó un comunicado firmado por su director, Claudio Palacios, que supo ganarse aliados, aunque también enemigos. Todo surgió porque la operadora tomó la decisión de no congelar el precio del dólar debido a la volatilidad cambiaria y a la inestabilidad del sistema financiero.
“Más allá de lo que piense cada uno, desde Juliá Tours queremos decirles que la decisión que hemos tomado de ‘limitar cobros’ hasta que se nos permita transferir al exterior los montos acordes a nuestras necesidades la consideramos MUY, PERO MUY RESPONSABLE”, emite una parte de este comunicado. 
“¿Qué pasaría si seguimos cobrando indiscriminadamente  y no se nos permitiera transferir al exterior en la misma proporción y no pudiésemos hacer frente a los compromisos? ¿Quién se perjudicaría?”, indaga otro segmento del comunicado. 
Al respecto, Claudio Palacios, explicó: “Sacamos un comunicado, a nuestro entender, muy responsable, así que vamos a seguir en este camino porque tenemos que, de alguna manera, proteger el patrimonio de nuestra empresa, el de los agentes de viajes y también el de los pasajeros”. “El turismo tuvo un muy buen año pero estamos con un final turbulento, esperemos que todo pase rápido para todos”, concluyó.

Congelamiento en plazos
Empresas como Eurovips emitieron comunicados en los que explicaron que las tarifas se congelarán sólo 15 días antes de concretarse el viaje, siempre aclarando que se trata de medidas tomadas por fuerza mayor, y que no se verán afectadas las ventas en pesos o emisiones aéreas.
“Hasta nuevo aviso, sólo se congelará el tipo de cambio de aquellos pagos cuyo destino sean reservas que tengan como fecha de salida un período igual o menor a 15 días corridos. (…) Aquellas operaciones posteriores a los 15 días podrán ingresarse y hasta confirmarse, más no congelarse en su relación cambiaria parcial o total”, expuso el comunicado de Eurovips, y agregó: “Nos vemos en la obligación de administrar todos los recursos a nuestro alcance a efectos de garantizar sin mayores inconvenientes, la prestación de servicios terrestres de cara a la Temporada Alta 2016”. 

En el momento menos oportuno
Para Roberto Giacobone, gerente General de Eves Turismo la situación se podría complicar aún más porque la venta de la temporada se podría demorar causando un descontrol de reservas y tarifas, al respecto dijo: “Si esta situación se mantuviera, seguro el panorama sería otro. Si hay que esperar dos meses a la asunción del nuevo presidente es mucho tiempo para la nueva temporada, porque esto no cae en buena época”. 

Pañuelo de lágrimas
“Hasta nuevo aviso nos vemos en la necesidad de establecer ciertos límites para la imputación de pagos, transferencias y depósitos bancarios en forma adelantada”, explicó por su parte American Executive International, adhiriéndose también a la decisión de sólo congelar el precio 15 días antes de la consumación del viaje. 
En tanto Trayecto Uno aún mantiene un poco más de soltura, si se quiere, al poder ofrecer el congelamiento de la tarifa en un lapso “menor a los 30 días corridos” previos al viaje. Y, en su respectivo comunicado firmado por el presidente Gabriel Bernahut, expresó en forma concluyente: “Hemos hecho un enorme esfuerzo para sostenerlo pero ya es imposible, ojalá prontamente volvamos a la normalidad para disfrutar de este hermoso trabajo al cual pertenecemos”. 
Organización Piamonte envió un mail también adhiriendo a esta medida, fijan do el tipo de cambio “solo para aquellas reservas cuya fecha de inicio de los servicios sea menor o igual a 15 días corridos”. Y agregaban: “Cabe aclarar que los pagos correspondientes a servicios en pesos (servicios en Argentina y emisiones aéreas) no se incluyen dentro de esta medida”.

Pequeñas tertulias
Así, para poner paños fríos a la fiebre causada por las problemáticas cambiarias, operadores como Vacaciones Barceló publicó: “Esta empresa ha decidido por el momento no modificar en nada su operación en cuanto a cobros y fijar el saldo de las reservas una vez éstas se salden. (…) Como siempre tienen a nuestro equipo para respaldarlos en estas épocas de cambios e incertidumbres”. 
El viernes a última hora FAEVYT declaraba a Hosteltur.com que “algunas empresas decidieron suspender las cuotas, pero esto no quiere decir que se haya cortado la financiación por parte de las agencias de viajes sino que se trata de decisiones empresariales individuales”. 

Chocar contra el muro
Aunque muchas voces del sector turístico intentaron llegar a los oídos de las autoridades pertinentes a fin de crear conciencia sobre la asfixia que causan, en muchos casos, las medidas tomadas en relación al manejo y disponibilidad de divisas, aún no hay una respuesta oficial concreta. 
Si bien hay perjudicados y también beneficiados en esta historia, resulta innegable que esta medida nivela hacia abajo. 
Es por esto que un grupo de empresas de Turismo organizaron una reunión en el Banco Central de la República Argentina para plantear esta situación en búsqueda de una solución. Muy lejos de sus expectativas, los dos técnicos que recibieron la preocupación del sector explicaron estar imposibilitados de dar mayores explicaciones o soluciones por órdenes “de arriba”. 
<br