El Turismo en perspectiva: desafíos y oportunidades en el siglo XXI
Por Lic. Pablo Singerman y Lic. Camilo Makón
Directores Estudio Singerman, Makón y Asoc.
A pesar de que el año 2012 ha transcurrido en un marcado contexto de inestabilidad económica a nivel mundial, las llegadas de turistas a nivel global crecieron un 4% (+39 millones de turistas) alcanzando la cifra de 1.035 millones, superando de esta manera la barrera de los mil millones. ¿Qué explica que en 2011-2012 no se registraran las caídas que se observaron en 2009 (-4% anual) y 2003 (-1% anual) frente al ciclo de recesión mundial?
En los últimos siete años las economías emergentes vienen mostrando mejores tasas de crecimiento en el turismo receptivo internacional. Entre 2012 y 2005, los países en desarrollo promediaron un crecimiento anual de 2,9%, el doble del observado en los desarrollados. Si comparamos contra el año 2000, estas tasas se incrementan, así como la brecha: las economías emergentes crecieron 5,5% promedio por año entre 2000 y 2012, en contraste con el 2,2% de las economías desarrolladas. En efecto las crisis del siglo XXI, con epicentro en los denominados países desarrollados, han arrastrado el crecimiento del sector turístico en destinos tradicionales. Tal es el caso de la crisis 2008-2009 que afectó con mayor profundidad a las economías avanzadas. Todos los países registraron mermas, con la excepción del Sudeste Asiático y África, pero tuvieron más fuerza en Europa (-5%), principalmente en el Centro y Oeste (-10%) y en América Central (-7%), mientras que América del Sur registró la menor caída (-2%).
Frente a la desaceleración económica de los dos últimos años, que sigue concentrada en las economías desarrolladas, se observa una leve desaceleración en la llegada de turistas internacionales, pero sobre todo, se destaca una mayor convergencia de las tasas entre los países en desarrollo y los considerados desarrollados.
Los países del continente europeo y Estados Unidos lograron sostener tasas positivas con recuperaciones del 13%, acumuladas entre 2009 y 2012. Más allá de la política cambiaria llevada adelante en estos países, como las diferencias en la marcha de la suba de precios, lo cierto es que estos destinos han puesto la política turística en el centro de la política de recuperación de sus economías: adoptaron estrategias de redireccionamiento de los flujos internacionales al interior de los propios países y salieron a buscar inversiones en el sector de capitales extranjeros.
El turismo se destaca por tener múltiples efectos derrame en la economía como por dar cuenta de éstos en el muy corto plazo. Los países en desarrollo pueden y deben salir a disputar en el terreno internacional.
En efecto, entre 2012 y 2009 el crecimiento más fuerte se registró en el Sudeste Asiático (35% acumulado) y América del Sur (25%). Argentina, en lo que refiere a la llegada de turistas internacionales a través de los Aeropuertos de Ezeiza y Aeroparque Jorge Newbery, acumuló en esos años una suba de 23%, incluso cuando terminó 2012 con una merma de 4,6%, por debajo de la contracción de 2009 (-10,5%). Frente a la caída acumulada en esos tres años de 8% en las visitas desde Estados Unidos y Canadá, y la baja de 3% desde Europa, Argentina se ha fortalecido como destino turístico para brasileros (32% del total de llegadas en 2012), los que mostraron afluencias un 80% superiores en los últimos años, seguidos de Chile (+37%) y el Resto de América (+29%).
Se observa un cambio de perfil del turismo en época de vacas flacas, con una mayor integración con países limítrofes. El país está en condiciones de afianzar las relaciones Sur-Sur e ir por una mayor penetración de otros mercados. Las previsiones de la OMT arrojan entre un 3% y un 4% de crecimiento en las llegadas internacionales para el 2013, mientras que las perspectivas para las regiones indican que el mayor crecimiento en las llegadas internacionales corresponderá a Asia y el Pacifico (entre +5% y +6%), seguida de África (+4% y +6%), las Américas (+3% a 4%), Europa (+2% a +3%) y Oriente Medio (0% a +5%).
El punto destacado es que la competitividad en turismo ya no sigue el dictado del ciclo económico y la brecha cambiaria, en un mundo donde la diversidad y calidad en los productos turísticos que se ofrecen, marcan un diferencial destacado.
Nuevas tecnologías, nuevos servicios, novedades en las propuestas y una nueva generación de emprendedores, sólo plantean algunos de los aspectos que están cambiando la cara del turismo, y presentando infinitas ventajas comparativas en Argentina.