Día de la Pachamama
En Argentina, como en otros países de Latinoamérica, el 1º de agosto se homenajea, celebra a la Pachamama.
El vocablo mama significa ‘madre’ y pacha, ‘universo, mundo, tiempo o lugar’: la Madre Tierra. Es la más popular de las creencias mitológicas que aún sobrevive con fuerza en algunas regiones de nuestro país. Es una fiesta de agradecimiento, de tributo, de devolución. Adquiere diferentes formas según las regiones. Son fiestas de identidad relacionadas con cada territorio.
Esencialmente simboliza alimentar su vientre para agradecerle lo recibido y como un acto de esperanza en que se renueve su “dar”.
El 1º de agosto se comienza con el brebaje de caña macerada con ruda. El imaginario popular dice trae suerte para el año y salud para que las pestes de agosto no te lleven. Siempre significa prevención para los males y renovación de energías.
Antes de servir, debe movilizarse bien la botella. Es un trago y se bebe de una sola vez, de una sola toma. Hay quienes hablan de tres y siete tragos también.
La caña se macera durante nueve lunas llenas con ruda. La ruda es una hierba curativa muy propagada en estas tierras. El proceso implica el asentamiento de otros contenidos que aseguran su sabor y lo que el imaginario popular le atribuye desde épocas precolombinas: salud y prosperidad. La maceración debe hacerse en vidrio, no en plástico y el resultado no es una bebida ardiente que resulta de plantar en una botella una rama.
Esta fiesta se celebra después del Año Nuevo aborigen, del solsticio de invierno (21 de junio), y antes del resurgir de las flores y de las fertilizantes lluvias del equinoccio de primavera. La celebración marca el retorno de la Pachamama desde las profundidades a donde se ha replegado durante su descanso invernal para mantener la vida desde las raíces. Por eso, el ritual y la ofrenda tienen la intención de despertar a Pachamama, llamarla e invitarla a beber y comer para que vuelva a manifestar su fertilidad y poder.
Este ritual se realiza antes de comenzar a trabajar la tierra y a sembrar. Se hace un pozo y se le da de comer y beber caña, por supuesto, también vino, leche o cerveza. En el pozo se colocan semillas, frutos y hortalizas, yerba, cacao, vellones de lana, miel, harina de maíz, esto según la región.
Luego, se sahúman las ofrendas y se agradece para renovar el pedido. El pozo siempre se cierra y, depende el lugar, la fiesta de ese día incluye manjares, danzas y cantos.
Es agradecer a la Madre Tierra lo que nos dio y alimentar su vientre para que nos vuelva a dar en el a&ntild