Devaluación vs. inflación
El sector turístico tomó distancia del pedido de devaluación del agro, dejando entrever en su postura notables signos de madurez institucional. Eduardo Carey y Juan Carlos Chervatín analizaron los efectos de una herramienta cuya implementación solo produciría una espiral inflacionaria.
Las asociaciones que nuclean al agro, a excepción de Carbap y la Federación Agraria, reclamaron recientemente al Gobierno la necesidad de devaluar la moneda nacional, de modo que el dólar llegue a 4 pesos.
La ministra de Industria y Turismo de la Nación, Débora Giorgi rechazó de plano esta posibilidad, y la mayoría de los sectores tomaron posición respecto del tema. Los industriales, por ejemplo, de la mano de la Unión Industrial Argentina (UIA), no se sumaron al pedido del sector agrícola-ganadero.
En medio de la polémica, Mensajero indagó acerca de cómo afectaría esta variable al Turismo, y encontró algunas constantes que hablan de la madurez institucional del sector.
Aprender del pasado
Juan Carlos Chervatín, presidente de Consult House y director de la Maestría de Economía y Gestión de Turismo de la UBA, consideró totalmente improbable una devaluación en el corto plazo.
“Acá las medidas que hay que tomar son de otro tipo. No tiene sentido comenzar la eterna carrera que lamentablemente recordamos los argentinos, donde la inflación y el dólar corrían uno y el otro adelante, los salarios quedaban atrás y el deterioro cada vez era mayor para todos”, disparó el empresario y académico.
Además, el reconocido profesional del Turismo señaló que la coyuntura económica actual tampoco propicia un reclamo de esta naturaleza.
“El pedido del agro, desde el punto de vista del normal movimiento de la economía, se da en un momento donde justamente están ingresando la mayor cantidad de dólares, y además se espera una gran cosecha. Lo que regula el precio de la moneda es la cantidad de billetes que hay en el mercado. En este momento, el Banco Central está interviniendo todos los días para que el dólar no baje, o sea que ya el Gobierno está manteniendo el precio del dólar alto”, explicó Chervatín.
“Este tipo de medidas, incrementaría la inflación. De nada vale que vivamos la apariencia de que bajan los costos después de una devaluación, porque inmediatamente aumentan los precios”, analizó.
En tiempos de “récords”
Por su parte, Eduardo Carey, presidente de AAOVyT, opinó que es necesario analizar estas cuestiones dentro del plan integral del país. “Si está previsto un modelo económico donde se tiende a la inclusión y a la integración, las preferencias de algunos sectores pasan a un segundo plano en pos de un beneficio general”, señaló.
“Yo apoyo el actual modelo económico. La situación en la que se encuentra hoy, con la orientación que ha tenido durante los últimos años, es acertada. Si se produjera un corrimiento en el tipo de cambio, se daría para acompañar al modelo”, agregó Carey.
El año 2006 fue el único en que el turismo receptivo estuvo en niveles superiores al emisivo. Sin embargo, el contexto era otro, tal como explicó Chervatín: “La crisis internacional, si bien es menor, todavía no está solucionada. El mercado europeo y el americano todavía no salieron de la crisis. Considero que es una situación simplista extrapolar una situación del 2006 a ahora, porque entonces el mundo estaba en un proceso de buena posición económica. En este momento, los europeos no viajan a destinos mucho más tradicionales para ellos que Argentina, como Caribe”.
“Yo sé que hay sectores que adoptan una posición simplista y dicen: “salgamos a devaluar”. Porque, por un lado están haciendo una paritaria del 30 por ciento, y por otro lado se lo quieren sacar vía devaluación del dólar. Eso es trampa”, sentenció.
“Todavía estamos a tiempo, con buenas medidas desde el Estado, de bajar la inflación a niveles de un dígito. Con procesos de devaluación pasa lo contrario, cada día vamos a tener más inflación, que nos perjudica a todos. El que piense que si hay una devaluación va a vender más durante treinta o sesenta días, revela un desconocimiento importante de los factores reales del equilibrio monetario”, concluyó Chervatín.
El cambio no se toca
Débora Giorgi defendió el tipo de cambio actual. La ministra aseguró que la política cambiaria del gobierno es competitiva porque permite el nivel de actividad, promueve las exportaciones, alienta la sustitución de importaciones y el crecimiento con inclusión. “En ese marco, el nivel actual y la administración del tipo de cambio asegura esos objetivos”, señaló.
“El nivel del dólar es sólo uno de los factores que determinan la competitividad”, explicó Giorgi, y agregó: “Los restantes se basan en la productividad de la economía en su conjunto, la disponibilidad y calidad de los servicios públicos y la calidad de la mano de obra, entre otros”, afirmó la funcionaria.
Además, aclaró que quienes proponen una mayor tasa de devaluación “están proclamando el ajuste para los asalariados y todos los beneficiarios de las políticas de seguridad social”.
Por su parte, el Ministro de Economía, Amado Boudou dijo que con la devaluación de la moneda sí que habría inflación. El funcionario agregó en declaraciones televisivas: “Si ellos piden quedarse con toda la renta a través de un dólar más alto, se perjudica el resto de la población. Sólo el 10 por ciento del agro saldría beneficiado, nadie más”.
Finalmente, la titular de la cartera de Industria y Turismo sostuvo que muchos de los sectores que proponen un tipo de cambio más alto son los mismos que critican la intervención del Estado en los mercados.
“Los que piden devaluación buscan reducción de los salarios”