Cerrar o no, he ahí la cuestión
Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), ya se han cerrado unos 6500 locales en tan sólo ocho meses. Esto se debe a la suba de precios, de impuestos y alquileres, además se registra una baja en la rentabilidad y en el consumo. Persianas bajas, carteles de alquilar oxidados por la lluvia y ciudades con espacios en blanco, como un rompecabezas al que le faltan piezas, es un panorama que se repite en muchas ciudades del país, convirtiendo al respaldo legislativo en lo más deseado en la actualidad.
Impacto profundo
Mendoza fue otra de las provincias que acusó el impacto, algo que repercutió de manera indefectible en el consumo interno, causando un efecto negativo (para ser considerados) en los establecimientos comerciales.
Cuando aún eran 5000 los locales que habían claudicado en todo el país, la provincia contabilizaba 150, producto de los elevados costos de alquileres, los ajustes tarifarios y la caída de ventas.
En aquella ocasión, Rubén Manusovich, titular de Fedecámaras, le explicó a MDZ Radio: “Esto tuvo que ver con el espectacular aumento de precios por parte de empresas líderes, desde noviembre a la fecha, y en simultáneo con los aumentos desproporcionados de costos y tarifas. Además, los pequeños y medianos comercios no pudieron soportar estas subas desmesuradas cuando se nota una caída de las ventas”.
No tan cerca
Los aumentos en los alquileres y los servicios, además de la baja actividad comercial percibida durante prácticamente todo el año, son factores importantes para entender la realidad que se está viviendo en Rosario: más de 1500 locales comerciales están vacíos y con carteles de “se alquila”, se acumulan. Esta situación es reconocible en el centro de la ciudad y en todas las avenidas y corredores comerciales más importantes.
Otro dato resonante es el ajuste a la hora de renovar el contrato del alquiler, el cual ronda en un promedio del 40 por ciento de aumento. La Asociación Civil Concejalía Popular realizó un relevamiento en donde remarcó los números exactos: en el centro de Rosario existen 604 locales cerrados; en el macrocentro 447; en los centros comerciales como Ayacucho y Echesortu unos 270; y en los corredores como bulevar Oroño y avenida Pellegrini 221. En total, el número exacto es 1542 y el panorama indicaría que seguirá creciendo.
“La actividad ha caído pero los alquileres siguen incrementándose igual como los últimos 15 años, en algunos casos desproporcionadamente”, explicó el integrante de Concejalía Popular, Ariel D’Orazio.
La misión de no cerrar
En lo que va del año, se cerraron 209 locales comerciales en Posadas, capital de Misiones, mostrando nuevamente la dificultad que vive el sector comercial ante las paridades distribuidas por los aumentos y las bajas en la rentabilidad del sector. Además de los cierres, otros comercios reconvierten sus negocios, ante la posibilidad de alejarse del centro y poder afrontar alquileres más bajos. Este último ejemplo conlleva diversos riesgos, ya que al alejarse del centro comercial principal, las ventas en días importantes como el “día de la madre”, cayeron hasta en un 50 por ciento.
La Cámara Inmobiliaria de Misiones admitió su preocupación por la cantidad de locales vacíos que se observan. Además, desde la Cámara aseguraron haber recomendado a los propietarios de los locales congelar los precios, de no ser posible la baja de los mismos.
Por otro lado, los datos de Rentas de la comuna hablan de 209 cierres hasta septiembre y 319 habilitaciones con local, dando un total de 576 habilitaciones en total con y sin local.
¿Hay luz al final del camino?
De acuerdo a un relevamiento realizado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, durante septiembre y octubre de este año, se redujo el número de locales inactivos (en venta, alquiler, clausurados o cerrados) en las áreas comerciales más relevantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En el transcurso del segundo bimestre de 2016, se conoció, hubo un pico de 403 locales cerrados. La cifra era contundente. Sin embargo, el panorama que se avizora en lo inmediato es mucho más provisorio. Según la CAC, pasó a 342 sobre el cierre de la primera mitad del año, pero subió a 350 al comienzo del segundo semestre; y ahora volvió a reducirse poco más de un 12 por ciento, a 307 locales.
Al respecto de la medición (que se viene realizando desde hace dos años), se contabilizaron cinco áreas con una merma en el número de locales inactivos en relación al bimestre previo. Por otro lado, hubo por lo menos dos que permanecieron sin cambio alguno, y una con un leve aumento.
En síntesis, el relevamiento propone: en la avenida Córdoba (4000-5300) se observaron 28 locales inactivos, frente a los 32 de la medición anterior, mientras que en la avenida Cabildo (0-1800) se observaron 8 locales inactivos, cuatro menos que en la medición previa. Por otra parte, en la avenida Santa Fe (700-5300) los locales sin actividad comercial pasaron de 44 a 41, y en la avenida Avellaneda (2800-3800) y Corrientes (200-6800) se registraron 3 y 98 locales sin actividad, lo que implicó una baja en relación a la medición anterior.
Por su parte, en la peatonal Florida la cantidad de locales sin actividad aumentó de 15 a 21. Mientras tanto, las avenidas Pueyrredón (0-1200) y Rivadavia (2000-2800; 4900-5400; 6300-7400; 11000-11600), mantuvieron la cantidad de locales inactivos estable, en 21 y 87, respectivamente.
Vientos de cambio
Un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados emitió la semana pasada dictamen favorable al proyecto que pone un tope del 2 por ciento a los aranceles que cobran los bancos a los comercios por operaciones con tarjetas de créditos y del 1 por ciento cuando se trate de tarjetas de débito, con lo cual el tema se podrá tratar previo al fin de sesiones ordinarias.
La decisión se adoptó en el plenario de las comisiones de Finanzas y Legislacion General, que conducen los macristas Eduardo Amadeo y Daniel Lipovetzky, y al que asistió el titular de la Came Osvaldo Cornide.
Si bien en un principio parecía que el plenario iba al fracaso, finalmente se logró el quórum que permitió llevar a cabo la reunión de los dos organismos asesores del cuerpo y emitir el dictamen, como pedía la Came.
El dictamen fue respaldado por Cambiemos, el massismo, el bloque Justicialista y el kirchnerismo, aunque con disidencias parciales, y se redactó en base a un proyecto de Amadeo y Lipovetzky, sin tener en cuenta la iniciativa que había sido aprobada por el Senado.
Si hay acuerdo político, la iniciativa podrá ser debatida esta semana con el fin de que el Senado pueda convertirla en ley en la última sesión de esa cámara, que se celebrará el 30 de noviembre, aunque los tiempos parecen ser muy ajustados para cumplir la meta de Came.
Para Cornide, el comercio minorista tendrá un alivio de 5.000 millones de pesos al año si se aprueba este proyecto, ya que se reducirá en un 35 por ciento el arancel que actualmente pagan unos 300.000 comerciantes.
El acuerdo alcanzado entre el oficialismo, la oposición y Came establece que el tope por operación con tarjetas de crédito no supere el 2% y que el tope sea del 1% en el caso que se haga con las de débito.
Los bancos no podrán fijar comisiones o aranceles diferenciados entre comercios que pertenezcan a un mismo rubro o con relación a iguales o similares productos o servicios, como sucede en la actualidad entre los grandes y pequeñas firmas, establece el proyecto.
La acreditación de los importes correspondientes a las ventas en las cuentas de los establecimientos adheridos se hará en un plazo máximo de 3 días hábiles para las operaciones con tarjeta de débito, puntualiza.
Además se autoriza a los comercios a poder sumar al pago contado los valores correspondientes a los aranceles, lo cual en la práctica significa que las personas que no utilicen el sistema electrónico podrán tener algunos descuentos cuando abonen sus compras. Asimismo, el proyecto establece que el contrato entre los bancos y comercios deberá tener plazo de vigencia, topes máximos por operación, determinación de las comisiones y gastos administrativos, además de plazos y requisitos para la presentación de liquidaciones.
Catarata de cierres
En Iguazú la cosa no viene mejor: en lo que va del año fueron 388 los comercios que bajaron sus persianas, dejando un paisaje desolador en varias calles de la ciudad, uno de los principales destinos turísticos del país. Un dato que podría ser promisorio es el ajuste del ITC, bajando el precio de la nafta hasta en un 14% en Posadas y Clorinda, con el objetivo de frenar el éxodo de ciudadanos que viajan a Paraguay en busca de mejores precios, afectando el comercio local. En base a esto, el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Iguazú, Jorge Florentín, explicó que Iguazú se siente “discriminada” por no entrar en el acuerdo. Hasta $800 millones salen mensualmente de Misiones en compras derivadas a centros comerciales de Paraguay y Brasil, debido principalmente a la devaluación y las subas de tarifas.
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