Como nos enseñó la historia, todo enfrentamiento tiene ganadores y derrotados, y esta ocasión no es la excepción. El turismo es el gran beneficiado por los feriados largos y, si bien no hay estudios que analicen cómo el calendario impacta en otros actores de la economía, algunos sectores de la industria manifiestan su malestar por el impacto negativo en los planes de producción y ventas, y por los mayores costos que generan estos días libres.
Pese que el turismo es una de las industrias que más dólares produce anualmente, detrás de la soja (que genera u$s 17.000 millones )y las exportaciones del complejo automotriz (que casi alcanzan los 10.000 millones de dólares); desde la óptica de la producción y los servicios, las interrupciones semanales no son tan bienvenidas. Si bien esta nueva modalidad se hizo efectiva para favorecer exclusivamente al turismo, a la gastronomía y al entretenimiento, lo cierto es que la industria se frena durante estos días originando menos producción en buena parte de la industria nacional.
En este sentido, cabe recordar que durante el 2012 serán 18 los feriados nacionales, generándose once fines de semana largos (8% más).

No se distendieron

Pese a que los números en turismo avalan las políticas que se gestaron desde la Casa Rosada por incentivar a que los argentinos viajen más (y si es por su país mejor), la otra cara de la moneda encuentra a un grupo de empresarios disgustados por tener que pagar por más jornadas sin que sus empleados trabajen. Y afirman que “una gran cantidad de feriados implica también menos ventas, menos producción, menos inversión, y por ende, menor cantidad de empleos”.
En tanto que, si bien la teoría indica que el gran movimiento turístico equilibra los ingresos, los especialistas sostienen que la producción nacional se ve afectada porque lo que no se produce, es pérdida. Asimismo, los economistas coinciden en que saber exactamente cuánto se reduce la manufactura por cada feriado y cuáles son sus consecuencias no es simple ya que se deberían analizar varios factores y actores.
Para el especialista Fausto Spotorno, director del área de Research de Orlando Ferreres & Asociados, el aumento de los días festivos debe ser considerado como un crecimiento de la productividad laboral, al igual que los incrementos salariales. Pero advierte que “en muy contadas ocasiones esta medida podría generar más actividad económica, porque, en general, tiene el efecto de retirar recursos de la industria y pasárselos al sector turismo”.
En esta línea, Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso remarcó: “Más allá del beneficio puntual de un sector que se ve favorecido porque una porción menor de los que dejan de trabajar ese día gastan en sus productos o servicios, la realidad es que la producción del conjunto del país se reduce respecto a lo que hubiera podido ser”. Sin embargo, el economista manifestó que la medida permitió que el argentino se pueda tomar más vacaciones, consumir en otras regiones y reactivar otras economías locales.
“Uno podría decir que la riqueza de un país se genera a través de trabajo y los feriados generan menos días laborales, difícilmente con más feriados vamos a tener más producción neta”, declaró Marcelo Capello, titular del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL). Y añadió que “los días no laborables agregan costos de trabajo entre un 3 y un 5% en la nómina salarial, porque las horas que no se trabajan se deben recuperar en otro momento o el feriado y eso tiene un precio dado que para producir lo mismo las empresas tienen más costos y eso afecta la competitividad”.
Por otra parte, desde la Cámara de Comercio plantean el interrogante de que si el turismo interno alcanzará para que todos los fines de semana largos sean de “fiesta”. Además, explicaron que si bien es cierto que hay una tendencia a acortar los períodos de descanso y a hacer varios en el año, la dinámica del consumo seguramente no será igual en todos los casos. Para terminar, vaticinaron que “cuando empiecen a llegar los resúmenes de tarjeta con los gastos del verano y del inicio de las clases habrá un segmento social que deberá frenar un poco, sino le será imposible terminar el año”.

A las pruebas me remito

En contraposición, los resultados de los primeros dos fines de semana largo ridiculizaron la queja de los industriales. Con casi tres millones de argentinos moviendóse por el país, una ganancia superior a los 2.900 millones de pesos, gastos promedios mayor a los $250 por visitante, y ocupaciones que en algunos casos alcanzó el 100 por ciento las diversas economías locales de los principales centros del país aún siguen agradecidas.
Por su parte, el presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Oscar Ghezzi, sostuvo que el 89% de los desplazamientos de ese fin de semana largo fueron dentro del país, y señaló que “el turismo interno se consolida como una fuente de ingresos genuina y permanente para todas las localidades”. Además, comentó que “estamos convencidos que el 2012 será un año histórico, no sólo por el incremento de la actividad sino también por su protagonismo en el desarrollo económico y social del país”, destacó el dirigente.
Con la posibilidad de estos feriados, el turista argentino supo aprovechar el “viaje de radio corto,” o sea trasladarse a un destino turístico vecino cercano donde poder descansar y disfrutar de alguna fiesta provincial. De esta forma, la rueda económica siguió en funcionamiento y ciudades del interior encontraron en estas mini vacaciones la manera de poder engrosar sus ingresos.

Palabra autorizada

Hace unos meses, y consultado por este medio sobre el calendario de feriados para el 2012, el Ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer, sostuvo que “estos días favorecen la disminución de los efectos negativos de la estacionalidad, generando una mejor distribución en el tiempo de los flujos de turistas, con una consecuente reducción del porcentaje de capacidad ociosa instalada en los espacios turísticos. Y esto permite la diversificación de la oferta.”
En torno a la problemática sobre que estos días atentaría contra la producción nacional, el Ministro remarcó: “La estrategia de distribución criteriosa de los feriados a lo largo del año tiene como objetivo la previsibilidad, al permitir con una antelación de tres años la planificación de las pausas laborales y los desplazamientos”.

 Buenos Aires, un caso especial

De público conocimiento es que Buenos Aires es el principal emisor de turistas hacía el interior del país. Y si bien aquellos que se quedan disfrturan de la paz del tránsito de las calles porteñas, existe un grupo de personas que no estan contentos con estas migraciones por los feriados largos. Comerciantes, hoteleros, gastrónomicos, y taxistas, entre otros, se sienten perjudicados cuando el calendario turístico marca días festivos porque la ciudad “queda vacía”.
Según ellos, esta situación se puede revertir si existieran campañas de promoción  de la ciudad de Buenos Aires en el interior del país. Asimismo, los empresarios sostienen que si bien la ausencia de turistas en la city porteña disminuye sus ingresos, también se produce una merma en la recaudación impositiva de la ciudad.

And the winner is…

Como consecuencia de la política de Estado y la determinación del reordenamiento del calendario turístico, el turismo, en principio, es el gran ganador de la economía nacional.

Lo que el feriado dejó
El balance turístico del feriado del Bicentenario de la Creación y Jura de la Bandera Argentina indicó que se movilizaron a distintos destinos turísticos durante el fin de semana largo más de un millón de personas, que a un promedio de gasto de 1.000 pesos diarios dejaron casi 1.000 millones de pesos en los distintos destinos turísticos del país.
Asimismo, según relevó el Ministerio de Turismo, se consignó que de cada tres turistas se alojaron en un establecimiento en el que pagaron por la estadía, ya sea una vivienda alquilada (en un 30%), un establecimiento hotelero (en un 21%) o un camping (14%).


En Europa no se consigue

Así como en la Argentina los feriados y los fines de semana largo se multiplican, en el Viejo Continente la crisis tiende a que sea a la inversa. Países como Portugal y España comenzaron con su reacomodamiento de asuetos y feriados puentes, con la intención de lograr una mayor cantidad de días laborales y así aumentar la productividad.
El primer país que modificó su almanaque fue Portugal, que realizó una reforma laboral y golpeó fuertemente los días de ocio de sus habitantes. El acuerdo entre el Gobierno y la Unión General de Trabajadores incluyó la reducción de los días festivos de 13 a 9. Mientras tanto, los días puente quedaron a merced de cada empresa.
En el mismo sentido, y a días de haber asumido el presidente español, Mariano Rajoy, manifestó su deseo de reacomodar los días libres de los españoles y llevar los feriados a los días lunes, con el objetivo de derribar los puentes. En caso de llevarse adelante, España eliminaría cuatro días puente y contaría con 14 feriados nacionales.