Bajo costo, gran negocio
Las aerolíneas europeas de bajo coste (low-cost) transportaron un 7,2 por ciento más de pasajeros en 2012 con respecto al año anterior.
Según un comunicado del secretario general de la entidad, John Hanlon, estos resultados demuestran una "tendencia anual al alza" del modelo de negocio de las empresas aéreas de bajo coste, que se contrapone a la situación general en la zona como consecuencia de la crisis económica.
Entre enero y diciembre del pasado año, el factor de carga de los aviones de las aerolíneas "low cost" se mantuvo alrededor del 83%, en tanto el número de aeronaves que componen la flota de este tipo de entidades creció en 9,4%, indica el documento, difundido por la agencia EFE.
Además, critica los factores que, a juicio de la ELFAA, atentan contra el mejor desarrollo de compañías de bajo coste, entre ellos "las ayudas públicas ilegales" a algunas aerolíneas de bandera y "los fallos" en la aplicación del llamado Cielo único europeo que, a juicio de Hanlon, "amenazan la libre competencia" y "perjudican la protección medioambiental".
Por otra parte, el comunicado se opone a la propuesta de moratoria parcial presentada por la Unión Europea con respecto a la puesta en vigor de un polémico sistema de comercio de emisiones (ETS, por sus siglas en inglés) de dióxido de carbono, que se aplicaría a los vuelos que se originen o tengan por destino un país fuera de esa región.
Según la ELFAA, que presentó al Parlamento Europeo y a la comunidad de veintisiete naciones una solicitud para que rechacen la postergación de la medida, de realizarse una concesión al respecto ello sería "contrario a la efectividad medioambiental" de las políticas del viejo continente.
El gravamen ha encontrado la oposición de países como Estados Unidos, India, China, México, Brasil y Rusia, lo que ha motivado que la Unión Europea busque postergar su aplicación, a fin de favorecer un acuerdo en el ámbito de la Organización Internacional de la Aviación Civil (OACI), cuya asamblea general se realizará en el próximo otoño.
El sistema de comercio de emisiones europeo fija un impuesto a todos los vuelos que operen en el entorno de las naciones de esa comunidad, en función de las toneladas de dióxido de carbono que liberan a la atmósfera.
Fuente: www.caribbean