Bahía Blanca a la espera
La terminal aérea bahiense sigue postergada en sus posibilidades de utilizar su pista principal para vuelos nocturnos, luego de la decisión tomada por la Asociación Nacional de Aviación Civil (ANAC) en agosto de 2009 de suspender los viajes sin luz natural, debido a las deficiencias en el balizamiento.
Y tampoco puede habilitar su pista secundaria, hasta tanto las autoridades centrales no den el visto bueno a las refacciones que permitirán operar de noche.
A pesar de que en 2010 el ORSNA aseguró que el aeropuerto local "era prioritario" en el listado de obras a realizar por esa entidad --incluso se anticipó su "inminente" licitación para fines de ese año, con la expectativa de tener las obras terminadas en 2012-- nada de eso se ha concretado.
La realidad actual es desalentadora. Desde el ORSNA no hay comentario alguno sobre la realidad de los trabajos --no se obtienen respuestas de la oficina de prensa ni de la gerencia de Operaciones-- aunque la realidad es que el organismo ha privilegiado otros aeropuertos antes que el bahiense.
Por caso, el pasado 15 de enero dejó de operar el aeropuerto de Esquel, que estará cerrado hasta los primeros días de abril, para permitir la reconstrucción completa de su pista --de 2.400 metros de recorrido por 40 de ancho--, la renovación de su balizamiento y la colocación de un PAPI, sistema que auxilia las maniobras de aterrizaje.
Pero no sólo eso. También el ORSNA anunció el cierre del aeropuerto de Bariloche a partir del venidero 10 de marzo para, mediante una inversión de 30 millones de pesos, realizar reparaciones en su pista principal --2.350 metros de largo por 48 de ancho-- y concretar una nueva señalización vertical y el balizamiento completo.
En ese contexto, la repavimentación de la pista local --de 2.645 metros por 60-- y su balizamiento han quedado relegados y, lo que resulta más preocupante, sin ningún indicio cierto sobre posibles fechas de licitación o asignación de recursos necesarios para su ejecución.
Con un movimiento de 18 mil pasajeros por mes, la terminal aérea bahiense ve así dificultada la posibilidad de incorporar nuevas líneas aéreas y destinos ya que, al decir de los administradores del lugar, las compañías ven dificultados sus servicios desde el momento en que la falta de luz natural les impide organizar sus escalas.
El PAPI, en espera
La alternativa que tomó la aeroestación bahiense fue la readecuación de su pista secundaria, gracias al aporte conjunto de materiales y mano de obra por parte de la empresa concesionaria, el municipio, el ORSNA y la Armada Argentina.
La reparación de la carpeta asfáltica, el mejoramiento del balizado y la colocación de un PAPI posibilitaron que la ANAC presentara una carta de navegación visual --la IAC Nº 4-- que habilita el aterrizaje nocturno utilizando ese sitio desde julio de 2010.
Sin embargo, las empresas aéreas, entre ellas Aerolíneas Argentinas, exigen el funcionamiento del PAPI como elemento guía para sus pilotos. Instalado hace tres meses, el aeropuerto sigue esperando la llegada de un avión de la Armada que debe, simplemente, aterrizar en esa pista para así calibrar el sistema y preparar una cartilla que quedará a disposición de los pilotos.
Ese trámite viene siendo postergado, mes a mes, desde noviembre de 2011.
Carlos Millán, máxima autoridad del aeropuerto local, aseguró que "antes de terminar marzo" ese trámite estará cumplido, especulando que el avión podría estar en la ciudad la semana entrante.
Hasta ahora, las carencias del aeropuerto se disimulan debido a la extensión del día y la posibilidad de operar con luz natural. A partir del mes venidero comenzarán a acortarse las jornadas y el panorama se