Rosario se quedó sin vuelos internacionales desde que la semana pasada LAN dejó de unir este aeropuerto con Lima.
Mientras LAN operó la ruta Rosario – Lima, en los últimos trece meses transportó 72.000 pasajeros y eso reportó unos 2 millones de dólares como ingresos directos al Aeropuerto local, controlado por el Estado provincial. Es obvio que no hay un interés mayoritario de rosarinos por visitar la capital peruana, sino que ese punto es usado para derivar hacia otros destinos internacionales. Ese es el mercado que se quedó Aerolíenas con la ayuda de la Anac.
Este tema ya provocó el año pasado una intervención directa del entonces gobernador Hermes Binner y quien era intendente de Rosario, Miguel Lifschiz. Hoy el conflicto impactó en la actual intendente, Mónica Fein, que soporta la presión de un grupo de empresarios y comerciantes que organizaron un lobby para defender el aeropuerto local. Es que la retirada de esa línea mermó movimiento a la terminal aérea y desactivó un factor dinamizador de la actividad económica rosarina.
El directorio del aeropuerto asegura que la Nación lo discrimina por ser, junto con Santa Fe, una de las dos terminales que no fueron concesionadas a Aeropuertos Argentina 2000. Versión que desde la propia LAN desmintieron a LPO. Como sea, al perder sus vuelos internacionales, Rosario se quedó sin la recaudación de la tasa de embarque con destino exterior, que ronda los 29 dólares por cada pasajero.
Por este tema, Fein le pidió al secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli -y se lo reiteró a la propia Cristina el lunes 27 en el acto por el Bicentenario de la Bandera- que le concedan una audiencia en Casa Rosada para negociar la conectividad internacional del aeropuerto situado en el barrio de Fisherton.

Halcones y palomas
Pero más allá del pedido de audiencia, Fein evitó polemizar con el gobierno por este tema. Es que la flamante intendenta decidió cambiar la estrategia de su antecesor y busca negociar, antes que pelearse con el gobierno nacional en los primeros meses de gestión. Mirada política en la que coincide con el gobernador Antonio Bonfatti.
Se trata de un giro que en rigor está marcando la tensión interna que ya vive el socialismo, entre los dirigentes con responsabilidades de gobierno como Fein y Bonfatti que buscan asordinar las críticas al kirchnerismo y aquellos que hoy ocupan un rol netamente político como el propio Binner, que para alimentar su proyecto presidencial necesita marcar diferencias con la Casa Rosada.
Eso explica que Binner y Lifschitz critiquen periódicamente a Cristina, mientras que Bonfatti y Fein, no.

Los guiños de Cristina

La estrategia conciliadora de los socialistas “que gobiernan” recibió algunas señales desde la Casa Rosada. En su discurso ante la Asamblea Legislativa, Cristina le tiró un centro a Bonfatti, al cuestionar a los docentes santafesinos que no aceptaron una oferta salarial de 4.025 pesos, y también le hizo un mimo a Fein al usarla como ejemplo para pegarle a Mauricio Macri (“Rosario no tiene subte, y sin embargo la intendenta socialista no me pide que me haga cargo de sus colectivos, aunque también está en la oposición”, afirmó).
En Santa Fe tomaron debida nota de esos mensajes y esperan poder sacarle algún provecho. Temas hay muchos en la agenda socialista con el gobierno nacional, casi todos en la órbita de Julio De Vido: además de la conectividad internacional del aeropuerto rosarino, necesitan el aval nacional para obtener un crédito para obras cloacales, Rosario espera que la ADIF le libere unos terrenos costeros que pertenecían a Ferrocarriles Argentinos, y quieren participar de la discusión en la redistribución de subsidios al transporte.

La alternativa COPA

Descontando que el quite de permiso a LAN para operar desde Rosario es irreversible, en esta ciudad ya analizan apelar al convenio bilateral que Argentina mantiene con Panamá y su línea de bandera, Copa. Este acuerdo autoriza un paquete de vuelos para cada línea de bandera, pero ocurre que Aerolíneas todavía tiene 4 frecuencias vacantes a Panamá. Fein quiere plantearle entonces al gobierno que Aerolíneas ocupe esos vuelos pero desde Rosario, y que la conexión internacional de este aeropuerto sea ahora Ciudad de Panamá, como antes lo era Lima. Además, la intendenta pretende que todo el check in y la tasa de embarque de los pasajeros que hoy deben volar a Ezeiza para trasbordar al exterior se haga en Rosario, y no en aquel aeropuerto.