El gobierno argentino decidió este martes (12/03) reforzar el control de cambio  para evitar la salida de dólares del país. Y la medida ya encendió una señal de alarma en los países receptores de turismo argentino. Es que a partir del 03 de abril, los  argentinos ya no podrá utilizar sus tarjetas de débito en el exterior para retirar  en moneda extranjera de sus cuentas en pesos. Varios países ya contabilizan e interpretan que la medida impactará en el turismo.
Al viajar a Brasil, por ejemplo, y retirar reales de sus cuentas en pesos, sólo  podrán hacerlo si tienen una caja ahorro en dólares en Argentina.
"La medida afectará al turismo argentino en el exterior, ya que, a pesar de que la  gente todavía podrán utilizar tarjetas de crédito, se sentirán menos seguras,  sabiendo que no cuentan con otras formas de pago", dijo a la Agencia Brasil, el  economista Marcelo Elizondo. "Y comprar dólares para viajar al extranjero se  volvió mucho más complicado", añade.
Es la segunda medida de control de cambio adoptada por el gobierno argentino en  menos de cinco meses. La primera, en octubre pasado, obligó a los argentinos que  querían comprar dólares (o cualquier otra moneda extranjera) a solicitar  autorización previa a la AFIP, la Receita Federal local.
En los bancos y casas de cambio, los compradores de moneda extranjera deberán  presentar pruebas de que tienen suficientes pesos declarados para realizar la  operación. Los turistas que quieran cambiar pesos sobrantes de viajes puede  hacerlo, siempre que presenten pruebas de que cambiarán moneda extranjera por  moneda local.
Las medidas, en un país que, históricamente, está acostumbrado a calcular precios  y a ahorrar en dólares, no son del agrado de la población. En Argentina, a  diferencia de lo que ocurre en Brasil, los alquileres se calculan en dólares. Y  quien ahorra prefiere cambiar pesos por dólares y guardarlos en casa en vez de  colocarlos en una cuenta de ahorros en el banco no importa en qué moneda.
Para el gobierno, el control de cambio es la única manera de evitar la fuga de  capitales. La principal preocupación después de la inflación, que, según  estimaciones de consultores privados, llega al 20% por año. La primer medida ya ha  dado resultados positivos: la salida de dólares por mes se redujo de 2 billones a  500 millones. Sin embargo, según Elizondo, "son mecanismos artificiales que no  darán resultados a largo plazo".
 De acuerdo con fuentes del Banco Central Argentino, la nueva medida sólo  complementa la primera y el objetivo es obligar a los argentinos a declarar lo que  ganan en Afip. Tanto es así que aquellos que tienen tarjeta de crédito podrán  seguir utilizándola en el extranjero.
Para el economista, esto, sin embargo, no es suficiente para resolver el principal  problema del gobierno: mantener un superávit comercial de 10 billones de dólares,  en año de crisis internacional.
 El PIB (Producto Interno Bruto) argentino, que venía registrando un promedio de  crecimiento del 7,5% desde el año 2003, debe crecer, como máximo, 3,5%, según  economistas independientes. "Y vamos a exportar menos porque, por falta de  competitividad, el gobierno está dificultando las importaciones y muchos productos  que exportamos dependen de insumos provenientes del exterior, tales como el sector  automotriz", concluye Elizond