Drtes pasado, el MIA luce completamente renovado y acercará a quienes lo visiten, de manera interactiva y dinámica, la historia de la industria más importante de la región, y que da identidad a la ciudad de San Miguel de Tucumán y la provincia.
Por José Romero Silva (Desde San Miguel de Tucumán).- La Casa Obispo Colombres se encuentra en el Parque 9 de Julio, unos de los pulmones verdes más importantes de la Ciudad de San Miguel de Tucumán. Allí se alza imponente uno de los ingenios más viejos de la provincia,  el único espacio cultural y educacional que permite tomar contacto con la principal actividad económica de la región y su real incidencia en la sociedad. El pasado martes, fue reinaugurado con un concepto que lo ubica al nivel de los principales museos nacionales.
El museo fue renovado por manos expertas que cuidaron el patrimonio para no modificar los espacios de la vieja casona. En esta oportunidad, el proyecto fue encabezado por el Arq. Marcelo Beccari y el Museólogo, Gabriel Miremont.  Se habilitaron nuevos espacios y se incorporaron recursos tecnológicos de última generación, actualizándose con nuevos contenidos históricos que contemplan aspectos hasta hoy no mencionados: los movimientos sociales y obreros, los hechos políticos y culturales vinculados a la industria azucarera, como así también toda su evolución desde su origen artesanal hasta la actualidad.
Como nuevos atractivos, se destacan las numerosas pantallas distribuidas en las más de cinco salas del museo, que contiene producciones audiovisuales, tablets con testimonios de personalidades relacionadas con los distintos aspectos del azúcar y la producción azucarera. Entre las recientes incorporaciones se destaca la creación de un “espacio de historia oral”, donde el público podrá, de manera interactiva, dejar grabados sus testimonios y anécdotas en relación al azúcar, que luego será publicada en la web del Museo. Además se colocó una ambientación sonora que recrea el mito del “perro familiar”.  Asimismo, se colocó un portón de hierro  frente de la casa que recrea la evolución de la industria azucarera, diseñado por la paisajista, Cristina Le Mehauté.
El acto inaugural contó con la participación del  Intendente de la ciudad Domingo Amaya,  quien destacó que “este espacio cultural donde fundamentalmente ponemos en valor la industria azucarera. Tucumán es patria, porque acá se declaro la independencia de nuestro país y de la Sudamérica unida. Pero también somos azúcar. Y lo que nosotros queremos como tucumanos es sentirnos orgullosos de lo que es nuestro”.  Además Amaya resaltó que “San miguel de Tucumán es ciudad histórica de los argentinos, y tenemos que contar la historia de nuestro pueblo, a través del espacio público”.  También, estuvieron el Director de Turismo de la ciudad, Alejandro  Auvieux,  la Directora de Cultura de la Ciudad, Beatriz Torres Correa, empresarios de la actividad turística, dueños de ingenios tucumanos, entre otros.
El museo cuenta con varios guías que permitirán conocer con exactitud todo el edificio. El mismo abre sus puertas de lunes a domingos de 9 a 21 horas y la entrada es libre y gratuita.

UN INGENIO EN EL CORAZÓN DEL PARQUE DE LA CIUDAD
La casa consta de dos plantas con escaleras de vigas de quebracho que datan de su época de construcción. Fue el Obispo José Eusebio Colombres, ilustre religioso tucumano, congresal de 1816 y refundador de la industria azucarera en la provincia quien desarrolló una labor destacada en esta área. Este religioso instaló en 1821 el primer trapiche azucarero que hubo en Tucumán realizado en madera de quebracho, que luego fuera reemplazado por el trapiche a vapor. En la década de 1950 llegaron a funcionar en la provincia 26 ingenios dedicados a la molienda del azúcar. </d